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Maiorga Ramirez Erro Secretario Territorial de Eusko Alkartasuna en Navarra

Barcina en el cocidito madrileño

Yolanda Barcina tuvo que recurrir a la cortina de humo de Volkswagen para tener algo positivo de lo que hablar. Y es que para hablar de logros económicos no tiene ni para empezar.

A ultrajar a miles de ciudadanos y ciudadanas navarras. A eso es a lo que acudió la presidenta de todos los navarros y navarras, Yolanda Barcina, a Madrid el pasado martes. Se vistió de su discurso más radical y excluyente y se dedicó a justificar su acuerdo con los socialistas bajo el conocido argumento de «que vienen los vascos». Evidentemente alguna excusa tenía que buscar para justificar su sintonía con el PSN mientras estaba sentada al lado del ministro del PP Alberto Ruiz Gallardón, quien la cubrió de elogios y halagos, para satisfacción de la señora presidenta.

En lo que nos afecta, nos parece indecente y falso que hablase de que Bildu o Amaiur utilizamos el discurso del miedo para imponer nuestros planteamientos políticos. Además de ser mentira, lo único que pretende provocar con esas afirmaciones es crispación en una sociedad cansada de vivir en conflicto y que demanda una reconciliación social y la paz. Mal vamos si en vez de abrir paso a los nuevos tiempos, algunos dirigentes se dedican a buscar la confrontación ciudadana en base a la mentira. El falso victimismo ya no sirve, señora Barcina.

En cuanto a las afirmaciones de que sería nefasto que los abertzales gobernásemos en Nafarroa o influyésemos a través del Parlamento, queremos decir a la señora Barcina que se ha demostrado que lo realmente nefasto es que gobierne la derecha navarra foral y española de UPN, con el apoyo de un Partido Socialista que se pliega a los dictados del socio del PP. Vaya trío: el uno que se avergüenza de ser socio del otro, el otro que reniega de las medidas de su socio, y el tercero victorioso porque al final lo que se hace es lo que él manda. Eso es lo nefasto, señora Barcina: los más de 50.000 parados (muchos de ellos creados por la gestión directa de su Gobierno), malgastar el dinero en obras faraónicas mientras se recorta y privatizan servicios públicos básicos como son la sanidad, la educación y los asuntos sociales... Y lo que vendrá.

Nos parece lamentable y que está trayendo unas consecuencias dramáticas para Navarra la inestabilidad y el desgobierno de quienes se supone deben dirigir la Comunidad Foral. Presenciamos día tras día sus controversias en los medios, sus aparentes y generalmente estéticas discrepancias, sus reproches y sus intentos mutuos de eludir la responsabilidad de la gestión que están realizando. Se cae la excusa de la estabilidad para sostener el Gobierno de UPN-PSN. Porque dicha estabilidad nunca ha existido.

En cuanto a la gestión de la crisis en Navarra, en su comparecencia Yolanda Barcina tuvo que recurrir a la cortina de humo de Volkswagen para tener algo positivo de lo que hablar. Y es que si la señora Barcina tiene que hablar de sus logros económicos, no tiene ni siquiera para empezar. Ella misma reconoció errores y afirmó que «hay inversiones realizadas en todas las administraciones con el apoyo de todos los partidos políticos que, seguramente, hoy nos replantearíamos». Señora Barcina, asuma sus errores, pero no los distribuya entre el resto. UPN no ha contado con el apoyo de la oposición ante obras faraónicas como el Circuito de Los Arcos o el Reyno Arena, que han supuesto satisfacer los caprichos políticos de la derecha mientras dejaba las arcas públicas hechas unos zorros. Barcina sabe que UPN se ha equivocado, así lo demuestran sus afirmaciones, pues ya va siendo hora de que asuman sus responsabilidades también por vía de la dimisión.

Que el actual consejero de Economía, y anterior también, Álvaro Miranda, no haya presentado su dimisión todavía es inaudito. Estamos ante un consejero que no solo no cumple sus objetivos de déficit, sino que además ni siquiera sabe de dónde sale su desfase. Bajo la excusa de cumplir dicho objetivo se ha dedicado a meter la tijera a cientos de partidas sociales. Primero derrochó el dinero con planes fracasados e incumplidos como el Navarra 2012, luego recorta porque se ha pasado con los gastos, y finalmente ni siquiera se ajusta al déficit que tenía como objetivo. Es un desastre. Todo ello sin olvidar que quien auguraba mejoras en el empleo, ha visto multiplicar las cifras del paro, siendo responsable directo con sus recortes de gran parte de ese número. Ya va siendo hora de asumir los errores, señor Miranda, un consejero que es incluso incapaz de ponerse de acuerdo con su propio socio, el PP, para determinar cómo se computa el déficit. Están haciendo el ridículo.

Y la situación no parece que vaya a mejorar a la vista de los recortes «sin precedentes» que anuncia estar preparando el Gobierno de Rajoy, y que no nos cabe duda afectarán a los pilares básicos del Estado del Bienestar. Y que casi con toda seguridad volverán a imitar miméticamente UPN-PSN. Los recortes ya efectivos, los que vendrán y sumados a la reforma laboral están marcando el fin del ciclo del Estado del Bienestar, y de los derechos laborales y ciudadanos. Pretenden acabar con una era, para dar paso a la peor y más inhumana cara del capitalismo más radical.

Ante esta situación, el cambio político y social es más necesario que nunca, los progresistas y de izquierdas tenemos la obligación de decir «no» alto y claro a los recortes, a la reforma laboral, a la derecha. Tenemos que ser capaces de anteponer lo que nos une frente a lo que nos divide y aunar esfuerzos para un futuro mejor, socialmente más justo y solidario. Desde Eusko Alkartasuna en ello estamos y vamos a estar.

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