«Equidad, eficiencia y flexibilidad», estas son las bases que la Diputación de Gipuzkoa plantea de cara a la reforma del Impuesto de Sociedades, que comenzó ayer su andadura en la primera sesión de la ponencia que debatirá la misma. Durante la jornada de ayer, la diputada de Hacienda, Helena Franco, la directora de Política Fiscal, Itziar Miner, el director de Hacienda, Xabier Olano, y el diputado de Innovación, Jon Uriguen, dieron cuenta de un extenso análisis sobre este tributo y su evolución. Como conclusión, apuntaron que es necesaria una reforma que no deje resquicios para la ingeniería fiscal y que se ajuste a los beneficios de cada empresa.

Según explicó Franco, «no debemos olvidar que se trata de un impuesto sobre los beneficios y no sobre la actividad económica» por lo que es esencial que cada empresa pague de acuerdo a su capacidad económica, es decir que sea el que más beneficios obtenga el que más pague.

En este sentido, Miner afirmó que la aportación de las empresas de Gipuzkoa es «muy pequeña», ya que la presión fiscal es «menor que en otros territorios colindantes» y la diferencia entre el tipo nominal del Impuesto de Sociedades y el tipo real efectivo que pagan las empresas es «muy grande».

Otro de los aspectos en los que Hacienda hizo hincapié, y que probablemente sea el más polémico del debate, es el de las deducciones. Tal y como apuntó Olano, muchas deducciones «no son rentables desde el punto de vista fiscal», por lo que abogó por eliminar las que no sean estrictamente necesarias. Al respecto, Uriguen destacó que por ejemplo, en el ámbito de la innovación existe una gran indefinición.

«Tenemos un impuesto basado en las deducciones», señaló Franco, a lo que añadió que éstas deben ser un estímulo para impulsar cierto tipo de iniciativas empresariales pero no deben convertirse en algo «fijo» por lo que guiar la actividad. A su juicio, la fiscalidad debe servir para ayudar a las empresas, pero «de forma controlada, vía deducciones o a través de un fondo para las inversiones».

Franco indicó también que la arquitectura del tributo debe ser sencilla y asimismo, debe ser flexible para adaptarse a la coyuntura económica de manera que la recaudación se ajuste al ritmo de la economía.

Primeras reacciones

Tras la comparecencia del equipo de Hacienda, los portavoces de PSE, PP y PNV tomaron la palabra, siendo Julio Astudillo (PSE) el único que se refirió positivamente al planteamiento de Bildu. Afirmó que comparte la «orientación general» de las modificaciones propuestas. Asimismo, hizo un llamamiento a no obstaculizar el crecimiento económico. También propuso que los recursos que se puedan obtener de la eliminación de beneficios fiscales se destinen a «políticas de gasto para crear empleo».

Astudillo reclamó por otro lado, que el impuesto sea armonizado, a lo que Franco respondió que este es otro de sus objetivos.

Por su parte, el portavoz del PP, Juan Carlos Cano, se mostró contrario al resumen elaborado por Hacienda, ya que a su juicio la apuesta empresarial es la razón por la que la tasa de desempleo es menor en Gipuzkoa.

La portavoz del PNV, Itziar Agirre, criticó que el informe de Hacienda se centre en la recaudación «olvidando los beneficios que hayan podido traer las medidas adoptadas» y recordó que «la I+D ha mantenido y ha credo empleo».