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Derrota en San Mamés

Atrapados en el atasco

Cuatro meses, o lo que es lo mismo, trece encuentros después, San Mamés asiste a una derrota del Athletic. Los rojiblancos, sin su principal referencia ofensiva y en inferioridad tras la expulsión de Iraola, sucumbieron ante la presión de un buen Valencia.

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ATHLETIC 0

VALENCIA 3

 

Amaia U. LASAGABASTER

Cuatro meses han pasado desde que el Granada se llevara los tres puntos de San Mamés. Cuatro meses en los que la Catedral se había convertido en un bastión. Trece encuentros, once victorias y dos empates, con plenos copero y europeo plasmaban en cifras el largo y plácido invierno del Athletic. Hasta que llegó el Valencia y congestionó a los rojiblancos como una alergia primaveral cualquiera.

O como un atasco de puente fallero. Que vino a ser lo que le pasó al Athletic, que se pasó la tarde de domingo atrapado en el colapso. Permanentemente rodeados de rivales, los futbolistas de Marcelo Bielsa perdieron cualquier capacidad de movimiento. Juramentos y bocinazos sirvieron de poco. No era el día.

Una auténtica pena porque la jornada estaba dejando buenas noticias, como la derrota del Atlético de Madrid, que se mantiene por detrás, o el tropiezo de Osasuna, al que los rojiblancos habrían superado en caso de victoria. Pero también en la clasificación sigue atrapado en pleno atasco un Athletic que, de cuando en cuando, disfruta de la semana en posiciones europeas, pero que no acaba de dar el arreón que le permita asentarse, cuando menos, en los puestos de Europa League. Por no hablar de la Champions League que, con la victoria del Levante, se va hasta los cuatro puntos. Qué decir del Valencia, que aumenta a diez puntos su renta respecto a los bilbainos.

Cierto es que el Athletic llegaba trastabillado a la cita, con su principal referente ofensivo condenado a la grada por sus problemas en la cadera. Por si fuera poco -los rojiblancos no habían perdido ninguno de los seis encuentros que habían disputado hasta ayer sin el de Rincón de Soto-, también a Gaizka Toquero, su sustituto habitual, le tocaba comer pipas. Y por muy generalizada que esté la puntería de cara a puerta en este equipo, el hándicap era considerable. Al final, Bielsa apostó por dar oficialidad al ensayo que realizó la víspera en Lezama, con Susaeta en el centro e Iñigo Pérez y Muniain -éste por la derecha- escoltando al eibarrés por los lados.

Sin peligro

No funcionó. Aunque probablemente tampoco lo habría hecho ninguna de las otras alternativas que pudiera manejar el técnico rosarino. Para que el principal problema del Athletic hubiera residido en la resolución de las jugadas, los balones habrían tenido que llegar, en mejores o peores condiciones, a las inmediaciones del área de Guaita. Y apenas lo hicieron. Los rojiblancos no son los únicos que saben saltar al campo con el cuchillo entre los dientes. Ayer se encontraron con un rival que también lo hizo, que presionó mucho, bien y arriba, y que les impidió parecerse a ese equipo que tantos elogios viene mereciendo. Era imposible sacar el balón jugado y eso tuvo dos consecuencias. La sensación de peligro casi constante, aunque en la primera parte no cupiera hablar de muchas ni excesivamente claras ocasiones valencianistas, y las escasas opciones de ataque para el propio Athletic, que prácticamente necesitó un cuarto de hora de encuentro para enlazar su primera combinación con sentido.

El último ingrediente fue el cansancio. Que amenazaba a los dos equipos, sí -también el Valencia llegaba de superar su compromiso europeo ante el PSV Eindhoven-, pero que hizo mella al que menos hombres de refresco introdujo en su once -uno en el rojiblanco, seis en el ché- y, sobre todo, al que las cosas no le funcionaron desde el principio. O sea, al Athletic.

Que pese a todo aguantó durante casi todo el primer tiempo y que incluso tuvo momentos de lucidez que le permitieron difuminar la presión visitante. Pero que también sufrió algún susto, jugó con fuego y acabó quemándose. Se bordeaba el descanso cuando Mikel San José cometió un error flagrante al ceder el balón a Gorka Iraizoz. Ante Roberto Soldado. Que puede que llevara siete jornadas de sequía, pero que no es precisamente el rival más apropiado para andarse con tonterías. Efectivamente, robó el balón, dribló al guardameta y encarriló el choque para el Valencia.

Bielsa movió ficha en el descanso, dando entrada a Ibai por Iñigo Pérez y el consiguiente movimiento de fichas sobre el tapete. Durante algunos minutos pareció que podía funcionar. Un buen remate de Muniain y una bonita conexión entre Herrera y De Marcos, cuyo remate se paseó por delante de la portería, contribuyeran a que equipo y afición se lo creyeran.

La estocada definitiva

Jordi Alba pinchó pronto el globo, protagonizando un carrerón hasta el área, sacudiéndose allí a Javi Martínez y cediendo atrás para que Soldado firmara también el segundo. Parecía definitivo para un equipo que, ahora sí, acusaba la acumulación de esfuerzos. La estocada definitiva llegó poco después, cuando Andoni Iraola veía la segunda cartulina amarilla -sufriendo la primera expulsión en sus nueve años en el campo profesional-.

Quedaban veinte minutos y las pocas dudas que pudieran quedar respecto a la victoria del Valencia se esfumaron definitivamente. Lo único que podía pasar ya en semejante escenario era que la tarde acabase con un marcador más sangrante y, efectivamente, fue lo único que sucedió. Teixeira Vitienes convirtió en penalti una mano involuntaria de San José y Soldado completó su festival y el de su equipo anotando el 0-3.

 

«Hasta la expulsión, las situaciones de gol no presentaban diferencias importantes»

No es fácil poner peros a un 0-3. Y tampoco lo hizo Marcelo Bielsa, aunque el técnico no vio un encuentro especialmente decantado del lado visitante, excepto cuando, en la recta final del partido, con superioridad y en ventaja el Valencia se encontró con todo a favor para firmar un marcador incluso más contundente.

«En la primera etapa -explicó el técnico rosarino-, el partido me dio la impresión de que era muy estudiado, con poco desequilibrio de ambos lados. Ellos terminaron ganando el primer tiempo con un 0-1 que no se correspondía con el trámite del primer tiempo». Más injusta aún fue la fortuna con los suyos tras el descanso porque «en el comienzo del segundo tiempo me pareció que, cuando estábamos predominando, llegó el segundo gol de ellos. Y a partir de ahí, aún más con la expulsión, se fue justificando la diferencia, tal vez un poco exagerada, pero se fue justificando el triunfo del Valencia», insistió. Y es que en la recta final del choque las cosas se le pusieron muy mal al Athletic, al que incluso le «costaba mucho el manejo de la pelota. Íbamos perdiendo por dos goles de diferencia y estábamos jugando con un hombre menos -recordó Bielsa-, me parecen dos condiciones para tener en cuenta».

Respecto a las alternativas ante la ausencia de Llorente y Toquero, el técnico rojiblanco explicó que «en el curso del partido he manejado las variantes que he creído que eran las mejores para ir resolviendo las necesidades del ataque. De algún modo, no construimos llegadas, ni demasiado peligrosas, ni en cantidad. Pero no atribuyo la falta de situaciones a la ausencia de un delantero, sino a que fue un partido muy apretado, muy trabado. Es más, hasta que se produjo la expulsión de Iraola -insistió-, las situaciones de gol de los dos equipos no presentaban diferencias importantes».

Bastante más clara vio Unai Emery la victoria de su equipo. «Buscamos la continuidad en el juego, en el posicionamiento dentro del terreno de juego -explicó el entrenador guipuzcoano-. En los últimos partidos lo habíamos conseguido en un porcentaje alto, pero no en un partido completo y eso había provocado algunos malos resultados. Pero hoy hemos completado el partido. Un partido serio, desde el principio, con una buena posición para tener el balón. Hemos madurado, hemos controlado el partido y hemos obtenido un buen resultado. Ayudados también -concedió- por la expulsión, que nos ha facilitado tener más balón y el manejo del balón». Lógicamente, salió de San Mamés «contento por las dos cosas, el partido completo y la victoria ante un buen rival que quería acercarse a nuestra posición».

A.U.L.

Andoni Iraola sufre su primera expulsión

Corría el minuto 67 cuando Andoni Iraola vio su segunda amarilla. Mala noticia. Pero sobre todo noticia porque el usurbildarra ha necesitado nueve temporadas en el Athletic, 376 partidos oficiales, para sufrir su primera expulsión. Noticia, por otro lado, doblemente negativa porque Marcelo Bielsa, lógicamente, no podrá contar con el lateral en el Calderón. Un partido para el que el técnico recuperará al central Fernando Amorebieta, que cumplió ayer su sanción.

Llorente entrena en solitario en Lezama

Fernando Llorente no pisó el césped de San Mamés pero sí tuvo trabajo. El delantero se ejercitó en solitario en Lezama en sesión matinal, donde comprobó el estado de sus problemas en la cadera. Habrá que ver si hoy puede trabajar con sus compañeros -citados a las 11.00 en las instalaciones de Lezama- y, sobre todo, si se encuentra en condiciones de enfrentarse al Atlético de Madrid.

Soldado hace historia con sus tres goles

Siete jornadas de Liga llevaba Roberto Soldado sin marcar y ayer lo hizo por partida triple. Un hat-trick que le convierte, junto a David Villa, en el único jugador en toda la historia del Valencia que lo ha firmado en San Mamés. Es, además, el único jugador del equipo ché que anota más de un gol en un mismo encuentro en la Catedral en este siglo. Con sus goles, el Valencia se impone en San Mamés por tercera temporada consecutiva.

El Schalke 04 goleó en Kaiserlautern

Triunfo contundente del Schalke 04 (1-4), que le permite mantenerse a un solo punto del tercer puesto, en manos todavía del Borussia Monchengladbach. Rodny adelantó al Kaiserlautern nada más comenzar el choque, pero los goles de Holtby, Huntelaar -que alcanza los 19 en Liga-, Raúl y Farfán acabaron dando los puntos al equipo de Huub Stevens.

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