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Juan Mari Beldarrain | Miembro de Eguzki

«Caso Ilunbe»: tenemos derecho a saber

Una comisión de la verdad sobre Ilunbe y, sobre todo, una comisión de verdad. y no como la que creó Elorza en 1996, que se disolvió sin redactar un solo folio

La última sentencia que obliga a al Ayuntamiento de Donostia a proveer 8 millones de euros, para pagar posibles indemnizaciones a antiguos socios de Nuevo Desarrollo Anoeta (NDA), anterior adjudicataria de Ilunbe, vuelve a poner de manifiesto que el proceso de decisión, construcción, adjudicación y explotación de este complejo, ha sido una sucesión de chanchullos que nos está saliendo muy caro a los donostiarras.

Por que estos 8 millones, como los 21 que tuvo que abonar antes el Ayuntamiento a NDA, solo son una parte del iceberg que ha chocado contra las arcas municipales, un iceberg con forma de plaza de toros, que según afirmaban una y otra vez sus promotores, «no iba a costar un duro a los donostiarras».

Por eso nos alegramos de que el anterior alcalde -Odón Elorza- coincida con Eguzki a la hora de pedir una comisión de investigación sobre Ilunbe, algo que ya solicitamos en agosto del 2011.

Y es que desde Eguzki más que una comisión de investigación, solicitamos la formación de una Comisión de la Verdad.

Porque los donostiarras tenemos derecho a saber ¿quién y para qué, obligó a Eroski a comprar la vaguada de Ilunbe? ¿Cuánto dinero dejó de percibir el Ayuntamiento por la recalificación de Garbera? ¿Acaso 200 millones de pesetas?

Queremos saber la verdad de por qué no se sancionó a quién taló de manera ilegal los 224 árboles?, en una zona declarada por el Ayuntamiento como de «arbolado protegido».

Queremos saber cuánto costó al Ayuntamiento la construcción de una pasarela en 1994 y su posterior remodelamiento. ¿65 millones? ¿O fueron bastantes más?

Queremos saber, y tenemos derecho a saber cuánto dinero ingresó el Ayuntamiento por permitir a la Warner instalar sus cines en terrenos municipales?, ¿2.000 millones?, ¿o acaso no ingresó nada? En ese supuesto, ¿por qué y quién aprobó tal dispendio?

Queremos saber cómo es posible iniciar unas obras de esas características sin licencia de obra. ¿Es de recibo calificar esa ilegalidad de «pequeño incidente de defecto de forma», por parte del delegado de Urbanismo de aquel entonces?

El trato de favor a NDA, por el que el Ayuntamiento ha sido condenado, no se limitó a la adjudicación ilegal, sino que hace poco más de un año trascendió que el Ayuntamiento todavía no le había reclamado 1,2 millones -ahora de euros- a la empresa en concepto de ICIO (Impuesto de Construcción) que adeudaba desde 1993. ¿Ha actuado el Ayuntamiento siempre así con sus morosos? Y sino es así, ¿por qué esta laxitud con NDA?

¿Qué tiene o ha tenido la empresa NDA para que durante tantos años haya gozado de semejante trato de favor por parte del Ayuntamiento que presidía Elorza?

Todo esto y más queremos saber, y creemos que tenemos derecho a saber, y «los actores de este culebrón» tienen la obligación de aclarar.

Por eso demandamos la creación de una comisión de investigación y de la verdad sobre Ilunbe. Más habida cuenta de que ya se ha creado otra para un tema a todas luces menor, como Uxotegi, que en origen es poco menos que un asunto entre particulares.

Lo que no es de recibo, es que el alcalde -Odón Elorza- que lo ha sido durante todo este oscuro proceso de Ilunbe, eluda sus responsabilidades diluyéndolo en el colectivo.

Los técnicos y los concejales que avalaron esas operaciones con sus informes y votos, tendrán su responsabilidad, no cabe duda, pero la responsabilidad mayor recae en quien firma los protocolos, los acuerdos y los convenios, y ese no es otro que Odón Elorza.

Porque todo este largo, oscuro y sucio proceso del complejo de Ilunbe no es fruto de una mala gestión, no!,es peor, es el resultado de un empecinamiento en construir algo que los donostiarras no precisaban ni deseaban.

Todo este culebrón de chanchullos en Ilunbe, no se hubiera producido si el alcalde hubiera hecho caso a las 17.000 firmas que se le presentaron en mano solicitando que no construyera la plaza de matar toros. Tampoco hubiéramos llegado a esta situación si el Alcalde hubiera cumplido su palabra de «realizar una consulta o algo similar» con el tema de Ilunbe.

Por lo tanto Eguzki mantiene la propuesta de crear una comisión municipal de investigación sobre el Caso Ilunbe, y no es que seamos especialmente ingenuos, ya que no esperamos milagros de ella. Pero existe un dato que sí debería figurar en el dictamen final. Y ese dato es la cantidad de dinero que ha salido de las arcas municipales, y el que no ha entrado, para financiar una plaza de toros y su complejo, que no nos cansaremos de insistir, «no iba a costar un duro a los donostiarras».

Una comisión de la verdad sobre Ilunbe y, sobre todo, una comisión de verdad. Y no como la que creó Elorza en 1996, que se disolvió sin redactar un solo folio. En eso no coincidimos.

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