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Cristian Mungiu desconcierta con una difícil historia sobre el amor

El rumano Cristian Mungiu presentó ayer en la competición oficial de Cannes «Beyond the hills», una historia complicada y desconcertante sobre una comunidad de religiosas, la relación entre una de ellas y una amiga de la infancia, y la situación actual en Rumanía. Cosmina Stratan y Cristina Flutur, ambas debutantes en el cine, son las protagonistas de la película.

Alicia GARCÍA DE FRANCISCO (EFE) | CANNES

Centrada en la vida en la comunidad, Mungiu buscaba con esta película hacer algo completamente diferente a la de su anterior trabajo, «4 meses, 3 semanas, 2 días», con la que ganó la Palma de Oro de Cannes en 2007. «Este filme no es comparable con el anterior. Hice una película que funcionó muy bien y eso te hace plantearte muchas cuestiones. Pero hay que ir con el espíritu libre y no tener tensión», afirmó.

Con esa premisa, Mungiu eligió contar la historia de una comunidad religiosa muy femenina -solo el líder espiritual es un hombre-, que no trata forzosamente sobre la amistad aunque el punto de partida sea el reencuentro de dos amigas.

Es más «sobre el amor, sobre lo que la gente puede llegar a hacer por amor y también sobre el abandono, sobre lo que dejas por amor, incluso a la persona amada», explicó ayer el cineasta en una rueda de prensa en Cannes. Es además «sobre las elecciones que hacemos en la vida y que no siempre reflexionamos sobre sus consecuencias».

«Beyond the hills» cuenta la historia de dos amigas que se criaron juntas en un orfanato y que luego se separan. Años más tarde Alina regresa de Alemania, donde trabaja, para reencontrarse con Voichita, que ha decidido ingresar en una comunidad religiosa ortodoxa bastante estricta. Con esa historia, basada en hechos reales, Mungiu construye una larguísima película (dos horas y media) en la que hay pinceladas de crítica social y de la situación actual en Rumanía pero que abusa del aislamiento en el convento.

Largos planos secuencias, poca edición y apenas nada de música acompañan a una historia que parte de una premisa interesante pero que se pierde en una narración pesada e incapaz de mantener la tensión. Los personajes confunden con sus intenciones y al final «es difícil decir quién está equivocado», explicó el realizador rumano.

Las actrices protagonistas -Cosmina Stratan y Cristina Flutur, ambas debutantes en el cine- destacaron la ayuda de Mungiu para desarrollar unos personajes y una situación muy alejada de la que ellas viven. Flutur reconoció haber sentido miedo antes de empezar a rodar pero también sabía desde el primer momento que entraba en un desafío al participar en la película. Mientras que a Stratan, que interpreta a Voichita, le gustaba más el personaje de Alina, al que veía como alguien «increíblemente libre y furioso».

En Cannes ya se espera con impaciencia los dos largometrajes a competición de hoy: «Amour», de Michael Haneke, y «Jagten», de Thomas Vintenberg.

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