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Langlois dice que «hay que seguir cubriendo el conflicto en Colombia»

El periodista francés Romeo Langlois, liberado ayer por las FARC, afirmó que «hay que seguir cubriendo el conflicto en Colombia» y que los periodistas deben acompañar tanto al Ejército como a la guerrilla para sacarlo del olvido lo que calificó como un «conflicto invisibilizado». Langlois llegó rodeado de guerrilleros y aseguró que fue tratado por las FARC «como un invitado», lamentando que con su secuestro «se ha hecho mucha política de todos los lados».

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El periodista francés Romeo Langlois, liberado ayer tras pasar un mes secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), hizo un llamamiento a la prensa nacional e internacional para que reflexione sobre el modo en que se informa del conflicto colombiano, que definió como un «conflicto olvidado».

Langlois fue entregado a la misión liderada por la activista de derechos humanos Piedad Córdoba. Llegó rodeado de guerrilleros y se dirigió a la tarima instalada en la remota aldea de San Isidro, en el departamento de Caquetá, donde le esperaba la misión, conformada, además de por Córdoba, por el emisario del Gobierno francés, Jean-Baptiste Chauvin, y el delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jordi Raich. En declaraciones a la cadena de televisión Telesur tras su liberación, el reportero aseguró que las FARC lo trataron «como a un invitado» y que en ningún momento fue maniatado.

«Esto es una guerra donde los que mueren son pobres contra pobres», afirmó, e insistió en que la experiencia le ha servido para ratificarse en su convicción de que «hay que seguir cubriendo este conflicto».

Langlois subrayó que «hay que hablar con todos los actores del conflicto, éste es invisibilizado». Además, lamentó que con su secuestro «se hizo mucha política de muchos lados. Me parece triste que tengan que retener gente para que hablen de este conflicto olvidado» y repitió que «hay que cubrirlo de todos los lados».

«El trabajo de un periodista es cubrir todas las partes del conflicto, la guerrilla, el Ejército, hay que seguir cubriéndolo, ojalá que el Ejército siga llevando gente a cubrir zonas de conflicto, ojalá que haya periodistas que también vayan con la guerrilla para mostrar qué es el diario vivir de los combatientes porque este conflicto no es cubierto», explicó a Telesur.

En cuanto a su situación personal, indicó que «estoy bien, un poco cansado, pero vamos bien. No me puedo quejar, a las duras con pocas cosas, pero nunca me tuvieron amarrado, siempre me trataron como un invitado, mucho respeto».

Respecto al operativo en el que se vio involucrado, detalló que el laboratorio de drogas destruido en aquella acción era «un pequeño laboratorio que la gente utiliza acá para sobrevivir», lo que contradijo la versión del Ejército que aseguraba que se trataba de una operación antidroga más importante.

Langlois, corresponsal del canal France 24 y del diario «Le Figaro» en Colombia, fue hecho cautivo el 28 de abril en esa zona del sur de Colombia cuando acompañaba a un grupo de policías y militares en un operativo antidrogas y se toparon con una ofensiva guerrillera.

Negociación política

Por otra parte, la defensora de derechos humanos y activista de Colombianos y Colombianas por la Paz, Piedad Córdoba, destacó a su llegada al punto del Caquetá donde fue entregado el periodista la necesidad de continuar trabajando por una salida política y negociada al conflicto.

«Es sumamente importante la operación humanitaria que estamos haciendo hoy porque además va allanando espacios hacia la posibilidad de una negociación política. También significativa porque demuestra que hay un conflicto» expresó.

En una entrevista para Telesur, Córdoba destacó que los habitantes de la comunidad del Caquetá son héroes al vivir en zonas de acceso muy difíciles, «en lenguaje castizo la gente está extrañada, es decir confinadas en regiones muy bonitas por la naturaleza pero finalmente muy precarias».

«Seguiremos insistiendo no solamente en la aplicación del derecho internacional humanitario como un instrumento para humanizar este conflicto sino como la manera de empezar a darle fin» afirmó Córdoba y apuntó que insistiremos «en la aplicación de la salida política y negociada de la guerra que vive este país».

La defensora de los derechos humanos subrayó que hay que «atacar las causas estructurales de la guerra que vive Colombia como lo son la miseria, la pobreza, y las tantísimas dificultades» que padece el pueblo.

La Fiscalía imputa a las FARC el atentado a Londoño

El fiscal general de Colombia, Eduardo Montealegre, aseguró ayer que hay «indicios» de que las FARC atentaron contra el exministro del Interior y de Justicia Fernando Londoño, el 15 de mayo al norte de Bogotá. Montealegre dijo que hay evidencias que conectan el atentado con otro que horas antes frustró la Policía al desactivar un coche bomba, en el centro de Bogotá, contra la sede del Comando de la Policía Metropolitana. «Tenemos ya evidencia de que se trata del Bloque Oriental (de las FARC) en el caso del carro bomba y ya empezamos a tener indicios entre los dos atentados y por lo tanto una primera hipótesis de trabajo es de que también las FARC podrían estar detrás del atentado contra Londoño», dijo el fiscal general en una rueda de prensa.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y mandos policiales y militares han dicho en repetidas ocasiones desde ese día que no hay elementos de juicio para pensar que los dos hechos, ocurridos uno en la madrugada y otro antes del mediodía, fueran de la autoría de las FARC. Londoño se extrañó por las dudas de Santos porque en varias oportunidades lo habían declarado objetivo militar. GARA

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Las FARC leyeron un comunicado en el que expresaron que el camino a seguir para lograr la paz en Colombia es «el de la unidad popular» y que «nuestra política actual es la paz y la unión patriótica» y subrayaron que es necesario «salir del modelo capitalista».

investigación

La Federación Internacional de Derechos Humanos pidió al Tribunal Penal Internacional una investigación contra los altos cargos del Ejército colombiano responsables de las ejecuciones de civiles presentadas como bajas en combate y pidió que no tenga en cuenta solo informaciones del Gobierno colombiano, «dada la participación de partes del aparato estatal en la comisión de crímenes en masa».

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