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Tahrir clama contra la sentencia a Mubarak y la candidatura de Shafiq

Miles de egipcios volvieron a tomar la plaza Tahrir en El Cairo para denunciar la sentencia contra el derrocado presidente Hosni Mubarak, sus hijos, su ministro de Interior y varios responsables policiales. Jóvenes revolucionarios e islamistas clamaron contra la que consideran una «farsa que traiciona las ideas de la revolución». Además, rechazaron la participación del ex primer ministro de Mubarak, Ahmad Shafiq, en las elecciones presidenciales.

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GARA | EL CAIRO

Islamistas, jóvenes de grupos pro democracia, militantes laicos de izquierda, islamistas...miles de egipcios se manifestaron ayer con el lema común del rechazo al veredicto que condenó a cadena perpetua al ex presidente Hosni Mubarak y absolvió a varios de los mandos policiales responsables durante la revuelta. La movilización denunció que la sentencia es «una farsa que ha traicionado las ideas de la revolución».

Muchos llegaron a la plaza Tahrir de El Cairo a bordo de autobuses fletados por los Hermanos Musulmanes o grupos salafistas, que procedían sobre todo de localidades del delta del Nilo. Otros llegan en marchas encabezadas por diferentes personalidades, entre ellos dos de los candidatos eliminados en la primera vuelta de las presidenciales, el naserista Hamden Sabbahi y el islamista Abdel Moneim Abul Futuh.

Algunas seguían convergiendo en la plaza durante la noche. También hubo manifestaciones en Alejandría, Suez, Port-Said, Ismailiya o Assiut.

«Ejecución, ejecución, dispararon a nuestros hermanos», se escuchaba en la plaza. «Queremos un juicio justo contra Mubarak y los jefes policiales», pedía Abdel Wahab, un obrero de la construcción partidario de los Hermanos Musulmanes.

«Rechazamos el proceso a Mubarak, que fue una gran farsa. Queremos también la dimisión del fiscal general, que ha dejado al margen todas las denuncias por corrupción», subrayaba Hicham Khalifa, un técnico informático.

La cólera de los egipcios es aún mayor por la absolución de seis altos responsables de seguridad, a los que responsabilizan de la muerte de 850 personas durante la revuelta, así como de los hijos de Mubarak por los casos de corrupción. También el último primer ministro de Mubarak, Ahmad Shafiq, que disputará la segunda vuelta de las presidenciales estuvo en el punto de mira de los manifestantes. «Todo el mundo sabe que es el candidato de los militares», acusaba Hicham Khalifa.

Algunos jóvenes reclamaban el boicot a la segunda vuelta electoral, otros la suspensión de las elecciones hasta que el Tribunal Constitucional decida si invalida la candidatura de Shafiq por haber participado en el antiguo régimen, una demanda que no comparten los islamistas, que confían en su victoria.

Mubarak se siente

Por otro lado, durante una visita de su familia., Mubarak lamentó que la Junta Militar lo engañara por no haberle avisado de que sería trasladado a la cárcel tras ser condenado, según el diario «Al Masry al Yom». «He servido a Egipto durante sesenta años y toda la gente me quiere matar, por eso me han traído aquí. Todo Egipto me ha vendido a pesar de mis logros y todos ahora quieren mi muerte», lamentó Mubarak ante su familia.

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