La información contenida en los títulos de crédito deja bien clara la implicación de la familia Larrañaga en el documental «Ríndete mañana», algo que no solo no se oculta, sino que define la naturaleza solidaria de este proyecto. Marty Syjuco, cuñado de Paco Larrañaga, ha ejercido las labores de productor llevando a cabo una ardua labor de investigación en los últimos años. Sabido es el papel primordial que juegan los familiares de presos, dentro y fuera de Euskal Herria, a la hora de defender a quienes desde la cárcel no disponen de medios para hacerlo adecuadamente, por mucho que su causa sea justa.

En su alegato a favor de la verdad los Larrañaga entran en una guerra de familias contra los Chiong, totalmente involuntaria y que jamás habrían deseado, pero el entramado social filipino con sus corruptelas y diferencias raciales o clasistas crea ese escenario de confrontación. En realidad, no hacen otra cosa que luchar por sus derechos atropellados, intentando salvar la vida de su hijo frente a una trama conspirativa de auténtica pesadilla. Lo más extraordinario es que hayan sabido mantenerse lúcidos en medio de tanta locura, sin dejarse abatir por la desesperación. Son la prueba fehaciente de la violenta presión mediática y policial que puede llegar a soportar un grupo humano concienciado en una situación extrema de acoso.

«Ríndente mañana» es una película que engrandece el género documental, pues llega allí donde un argumento de ficción nunca podría llegar. El debutante Michael Collins sabe dosificar con maestría el caudal de datos objetivos de los que dispone, sin deslindarlos de la parte emocional que tanto cuenta en la historia de sufrimiento vivida por la familia Larrañaga. De tal modo que el suspense y los sentimientos progresan de la mano dentro de un discurso expositivo cargado de razón y de rabia, y que acaba estallando en un final de los que atrapan al público sin posible escapatoria.

No es ninguna casualidad que «Ríndete mañana» se haya hecho con el premio del Público en los festivales internacionales en los que optaba a dicho galardón, porque acierta a conectar al espectador medio con la indefensión que todo falso culpable experimenta.