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Miami Heat, campeón de la NBA

LeBron James se corona con el anillo de campeón y el MVP

Los de Erik Spoelstra machacaron a Oklahoma por 121-106 en un quinto partido roto en el tercer cuarto.

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Arnaitz GORRITI I

LeBron James se llevó millones de palos tras la pasada final de la NBA. Los Miami Heat sucumbían ante Dallas Mavericks y el alero, que recién venía de ser traspasado de Cleveland a Miami, ejerció de saco de los tortazos por parte de los aficionados y la prensa especializada.

Un año más tarde, en una campaña que ha tenido los lastres del lockout y las múltiples y graves lesiones fruto del frenético ritmo competitivo de la NBA -los equipos han jugado una media de dos partidos cada tres días-, el número 6 de los Miami Heat se tomaba cumplida revancha de todas aquellas críticas logrando no solo el ansiado anillo -a sus 27 años, para los amigos de las comparaciones, uno menos que Jordan, que ganó su primer título con 28-, superando en la finalísima al pujante Oklahoma City Thunder por un claro 4-1, y logrando ser el MVP de la misma.

LeBron James, tras ocho años en la NBA, ya es de veras The King James o, como también es conocido, The Choosen One, el elegido. En el quinto partido de la serie, el último que se iba a disputar en Miami, los Heat apabullaron a Oklahoma por 121-106, con un triple doble de James: 26 tantos, 13 asistencias y 11 rebotes, todo un muestrario de un jugador que, tras la lesión de Chris Bosh durante los play offs, se ha transformado en jugador total, llegando a jugar de ala-pívot a tiempo completo, y líder absoluto de unos Heat que, antes de machacar a los Thunder -que, en cierta medida, han pagado la novatada-, barrieron a los Knicks, pero que debieron darlo todo para superar por 4-2 a los Indiana Pacers y 4-3 a los Boston Celtics, superando además un 3-2 adverso.

Bienvenido Mike Miller

El duelo se terminaría de decantar en el tercer período, aunque Oklahoma no terminara de creerse en ningún momento que fuera capaz de devolver la serie a su cancha. Un parcial de 36-22 hizo que el luminoso pasara del 59-49 del descanso a un 95-71 definitivo, dejando el cuarto final a capítulo de inventario, y para las celebraciones de la franquicia de Florida.

Aparte de la soberbia actuación de LeBron James, sorprendió la «resurrección» del alero Mike Miller. Novato del Año en 2000, este veterano alero destapó lo que lleva dentro y, emulando a los Chalmers o Battier de los días anteriores, machacó a triples a los Thunder, con 7 tiros certeros desde más allá del arco, para 23 puntos en total.

Bosh, totalmente recuperado, aportó 24 tantos y 7 rebotes, mientras que Wade lograba su segundo anillo -ambos con Miami- tras sumar 20 puntos y 8 rechaces. Entre los Thunder, Durant destacó con 32 tantos y 11 rebotes -y 7 pérdidas-, Harden volvió a sacar la cabeza con 19 puntos -pero Miami volvió a martirizarlo en defensa-, tantos como Westbrook, que, por contra, firmó un 4 de 20 en el tiro.

LeBron James recibió una gran ovación al ser sustituido a tres minutos del final, ya con un rotundo 118-96 en el marcador. La operación de maquillaje de los meritorios de Oklahoma City Thunder dignificó el resultado final, pero no restó valor al mérito del triunfo de Miami.

El largo, deportivo y, sobre todo, emotivo abrazo al final del duelo entre LeBron James y Kevin Durant, los dos jugadores que protagonizan el presente y el futuro de la NBA, cerró una intensa, pero sorprendentemente breve serie que terminó con el jugador de Miami, por fin, como el rey que muchos vieron hace casi diez años.

James: «Es un sueño hecho realidad»

Feliz y emocionado, LeBron James se pudo quitar un enorme peso de encima. El alero de los Miami Heat exteriorizó sus sentimientos al declarar que el día de la consecución de su primer anillo había sido «el más feliz» de su vida.

«Lo único que puedo decir es que es el día más feliz de mi vida, un sueño hecho realidad», declaró The King James ante la prensa. «Esto lo significa todo para mí. Tomé una decisión difícil al marcharme de Cleveland, pero entendía cuál era mi futuro... Sabía que tendría un futuro brillante. Este es un sueño convertido en realidad. Definitivamente, todo ha dado frutos», reiteró el MVP de la final.

Obviamente, Kevin Durant era la cruz de la moneda. Durantula declaraba que «todos somos como hermanos dentro del equipo y duele de verdad ver cómo hemos perdido. Conseguimos el sueño de estar en las finales, pero no deseamos llegar para luego perder así».

Aún y todo, Durant reconoció la superioridad de Miami. «Fueron mejores y debemos felicitarlos, pero también aprender de la experiencia para hacer mejor las cosas en el futuro», dijo. GARA

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