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CUMBRE europea en bruselas

Las condiciones ya estaban fijadas

Josu JUARISTI

Mariano Rajoy insistía en negar ante el resto de líderes europeos que el rescate de la banca española imponga condiciones a las medidas económicas o macroeconómicas que vaya a adoptar, es decir, que condicione la labor y la toma de decisiones de su Gobierno. Aunque Rajoy parece haber aprendido la lección y evitó repetir recientes muestras de triunfalismo y prepotencia, tanto la canciller federal alemana como el presidente del Banco Central Europeo declararon, tajantes, que la «futura posibilidad» de usar el ESM para una recapitalización directa de los bancos irá acompañada de una «estricta condicionalidad». Además, entrecomillados como el de «futura posibilidad» indican claramente que aún queda por negociar la letra pequeña de lo acordado en la supercumbre. Rajoy y Monti han ganado tiempo y el euro, de momento, se da un buen respiro (si los mercados rebajan la presión, si la recesión no hunde el barco, si...).

Hay un par de cuestiones obvias que Berlín, en principio, ha atado: las ayudas solo llegarán cuando un mecanismo de supervisión bancario europeo (estricto y bajo el control del BCE), entre en vigor, y eso no sucederá antes de que todas y cada una de las durísimas medidas de austeridad funcionen a todo gas. No hay plazos concretos, y eso debería preocupar a Madrid y a Roma. Lo único seguro es que el Pacto Fiscal y sus estrictas normas son una condición ineludible, y eso, por sí solo, es ya suficiente condición, y Angela Merkel ha conseguido que François Hollande dé su visto bueno a ese Pacto Fiscal a cambio de un etéreo (y de momento virtual) plan o pacto de crecimiento que no incluye «dinero nuevo» y que, por lo tanto, en ningún caso costará un céntimo a los contribuyentes alemanes. Las normas de austeridad son drásticas y ya están impuestas; no hay mayor condición que ese pacto Fiscal para quien tenga problemas y los ciudadanos del Estado español lo saben ya perfectamente.

Básicamente, Berlín mantiene una de sus líneas rojas reales: solidaridad financiera sí, pero a cambio de un control europeo (financiero y económico) mucho más férreo sobre los estados. Y aún tiene en la recámara su capacidad de veto intacta y todo un arsenal disponible para la negociación del nuevo marco presupuestario plurianual de la Unión, que ayer vivió su primera discusión en Consejo Europeo.

Lo que el Gobierno federal alemán ha demostrado en este Consejo Europeo es que considera que sus condiciones previas para salvar a los peores alumnos ya se han cumplido o están en vías de seguro cumplimiento (dramáticas medidas estructurales y presupuestarias y, a corto, control europeo directo sobre ellas), con lo que incluso para la propia Alemania es ya urgente ayudar a reducir la presión de los mercados sobre dichos estados miembros y, por lo tanto, sobre el euro y comenzar a activar, como sea, la economía europea. También su futuro depende de ello.

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