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Carlos ASKUNZE | coordinador de reas euskadi

«Los mercados sociales son nuestra alternativa estrella ante la crisis»

La Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) Euskadi pretende combatir la crisis con la creación de los mercados sociales, donde las entidades se unan para generar una cadena de producción, comercialización y consumo. Para ello, cuentan con EHNE, Banca Etica Fiare y otras organizaciones.

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Juanjo BASTERRA |

¿Cómo responden ante la crisis las empresas integradas en la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS)?

En estos momentos en REAS Euskadi hay 55 empresas, y otro tipo de entidades sociales. Mueven 1.600 empleos a jornada completa y tienen unos ingresos de 75 millones. De ellos, la facturación, es decir de trabajo y venta de servicios, sería alrededor del 65%..

¿Cuál es la situación del sector?

Desde 2007 hemos tenido un crecimiento sostenido, tanto en empleo como en ingresos. Son datos globales que no esconden problemas reales: por un lado, un problema generalizado de falta de mercado de trabajo, de descapitalización de estas entidades ante problemas de tesorería, y muchos problemas de acceso al crédito con las entidades bancarias tradicionales. Además entidades de REAS que prestan servicios a las administraciones públicas o reciben subvenciones de las mismas, especialmente en el terreno del empleo, tienen un problema grandísimo porque Lanbide está retrasando y haciendo bastante mal todo lo que significa la puesta en marcha de los programas de orientación y de formación para el empleo. Más que el problema de esas entidades, es de las personas usuarias, que son las que tienen problemas de acceso al empleo, dado que no tienen garantizado ese supuesto servicio de orientación de Lanbide.

¿Soportan, sin embargo, mejor la crisis?

Es cierto que, si se aguanta, es porque el espíritu de estas entidades de la economía solidaria es resistir al máximo antes que despedir a personas o tomar medidas drásticas. Estas empresas cuidan más a las personas que a la cuenta de resultados, como hacen otras compañías.

¿Hasta dónde llega esa capacidad de resistencia?

Depende, pero las dificultades son grandes. Va a depender de la creatividad del propio sector, de contar con instrumentos económicos propios que nos ayuden a superar esta situación. El papel que puede jugar la Banca Ética como Fiare es importante. Por otro lado, el nivel de intercooperación que podamos conseguir entre las propias empresas y entidades será fundamental. Es decir, la compra de servicios y productos entre el propio sector puede incrementarse y sería positivo entre las entidades. Y, además, la intercooperación entre todas ellas es fundamental para resistir.

¿Se mantendrán con eso solo?

Un proyecto que estamos impulsando, y es fundamental, es el ir creando mercados sociales propios. Es el proyecto estrella. Se resume en generar una cadena de producción, comercialización y consumo en la que esté toda la oferta de servicios de la economía solidaria en sentido amplio, no sólo los de la Red. Todos los productos de las cooperativas de carácter social, de empresas de inserción, de sectores de comercio justo, agroecología, finanzas éticas, etc. Se trata de hacer una oferta común y compartida, para favorecer circuitos de comercialización a partir de la difusión, a través de circuitos virtuales y reales. Es un proyecto fundamental, que impulsamos y que puede crear una potente red.

¿Ha echado ya a andar?

No, estamos con el estudio de cuáles serían los servicios y productos, que estarían etiquetados si son ecológicos, de comercio justo, de proximidad, de entidades de la red de economía solidaria, de componente social... Estamos en ese proceso de hacer el estudio. Y luego veremos qué tipo de alianzas con otros sectores se pueden dar en este espacio común con REAS. Por poner un ejemplo, sería un acuerdo con la red «nekasarea» de EHNE Bizkaia. Le damos mucha importancia. Vivimos en una sociedad donde no es posible crear mercados al margen del capitalismo puro, pero sí podemos crear circuitos alternativos, que pueden generar actividad económica. Hay masa social para llevarlo a la práctica.

¿Qué cálculo manejan?

De momento, hemos hecho un mapeo y un rastreo de qué entidades, empresas y servicios podrían incorporarse al mercado social vasco. Este mes tendremos un encuentro con todas ellas, para conocer cuál sería el volumen servicios.

¿De cuántas se puede hablar?

Entre 80 y 100, sin contar con otras que no son cercanas a REAS, pero podrían incorporarse. Otra salida para el sector de economía solidaria, se encuentra en lo que EHNE Bizkaia ha impulsado como la creación de cooperativa mixtas, cuentan con proveedores, productores y consumidores. La más reciente es Esnetik, pero hay más previstas. También cuentan con el apoyo de Banca Ética Fiare.

¿El capitalismo solo deja esta salida alternativa para la economía solidaria?

Impulsamos esa salida no sólo porque creamos que el capitalismo nos deja solo esta vía, sino porque creemos que es una forma de hacer economía, producción, comercialización, financiación y consumo de una manera diferente y alternativa al capitalismo. Para nosotros, el desarrollo de las personas, el medio ambiente y una producción adecuada están por encima del capital y su exigencia de la maximización de beneficios. Así, bajo esos principios, ofrecemos otras posibilidades de generar empleo y circuitos de comercialización que prioricen el valor de las personas.

¿Cuentan con la suficiente masa crítica para que ese mercado social salga adelante?

Creo que sí. Seguimos siendo un espacio frágil, testimonial, que empieza a tener números a tener en cuenta. La red de EHNE Bizkaia de «nekasarea» está dando bolsas de productos de agroecología y de agricultores locales a más de 600 unidades familiares. La Banca Ética Fiare ha crecido en depósitos y en apoyos de una manera importante y está recabando apoyos para su transformación en cooperativa de crédito. Va a un ritmo importante. Las entidades de REAS crecen, aumentan las incorporaciones y muchas personas llaman a nuestra puerta para poder hace algo diferente. Hay una masa suficiente para ensayar este tipo de vías paralelas al capitalismo, al mercado tradicionales El hartazgo de las personas es total respecto al funcionamiento de la economía y de las entidades bancarias y respecto a ver cómo los gobiernos, sean locales, estatales o europeos están perdiendo la capacidad política de control de esa economía. Ese hartazgo está haciendo que muchas personas miren hacia otras vías, sin duda.

¿La crisis y los recortes impulsan precisamente a tomar ese camino alternativo?

Es obvio que sí. El seguir denunciando este tipo de políticas y recortes es también parte de nuestra tarea, porque si no parecería que sucumbimos a lo que aparentemente nos quieren hacer creer que no tiene arreglo. No es cierto que la única salida de la crisis financiera sea aumentar los ingresos a través de los recortes sociales. Pues no. La encomía solidaria como el resto de economías críticas y movimientos sociales seguimos denunciando que estamos en un juego especulativo que no es real. La forma de aumentar los ingresos para las inversiones públicas y gasto público no tiene por qué ser el recorte de los gastos más necesarios como los sociales en una situación en la que crece el desempleo. Por eso, se deben adoptar políticas fiscales más progresivas, un aumento de los impuestos a quienes más tienen, la persecución del fraude fiscal, porque hay que tener en cuenta que hay mucho dinero en los paraísos fiscales donde las grandes empresas tienen sus inversiones refugiadas, o con una mejora del Impuesto de Sociedades. Es decir, tiene que ver con gravar a aquellos que más tienen y que muchas veces han formado parte de esos conglomerados empresarias y financieros que han generado la crisis.

¿Por qué no se dan pasos en esa dirección si la teoría parece que se la sabe todo el mundo?

No se aplica porque no existe una voluntad política, porque en el fondo sigue siendo un problema de la redistribución de la riqueza y eso significa que en el capitalismo sigue mandando una minoría de personas y conglomerados empresariales, mientras que los gobiernos, muchas veces, se pliegan ante estas situaciones. No es comprensible, desde luego, que se produzcan recortes en inversión social y pública para destinar fondos públicos a rescatar bancos o entidades financieras, que no han actuado de forma ética, sino penal y criminal diría yo.

¿Nos quedan años malos?

Creo que todavía va a ir a peor. Soy optimista en cuanto a impulsar alternativas, porque hay más movimientos y más gente que trata de impulsar otras medidas. Sí creo que habrá más movilización social, lo que tiene que hacer es que se frenen esas medidas antisociales que se llevan a cabo. Los recortes, la precariedad, la pobreza, la pérdida de derechos laborales... tienen un límite. La movilización social crecerá y tendrá que modificar las políticas actuales.

 

aguante

«Es cierto que la economía solidaria aguanta mejor la crisis, porque antes que despedir a personas o tomar medidas drásticas aguantan al máximo. Pero las dificultades son grandes»

MASA CRíTICA

«Contamos con la suficiente masa crítica para poner en marcha ese nuevo modelo de producción, comercialización y consumo. Creemos que entre 80 y 100 organizaciones podrán entrar, además de otras que no están en el ámbito de REAS»

tiempos malos

«Creo que todavía va a ir a peor. Soy optimista en el impulso de actuaciones diferentes y creo que debe aumentar la movilización social para que se frenen las medidas antisociales»

«Con la bancarización de las cajas veremos pronto la entrada de capital privado y su salida a bolsa»

¿Qué le parece que las cajas terminen convirtiéndose en fundaciones privadas, como han aprobado sus consejos de administración hace unos días?

Es un paso más de lo que nos dijeron que no iban a hacer. Una bancarización es una bancarización. No se puede mantener la obra social, porque ponen condiciones diferentes y hace imposible el destino de la mismas cantidades que antes aportaban las cajas. Tendrán una obra social muy mermada, como ocurre con las fundaciones como la del BBVA y otros bancos. Pronto veremos más cosas. Nos dijeron que nunca entraría capital privado, pero llegará, y saldrán a bolsa, porque al final será una necesidad para la propia supervivencia de la entidad bancaria ante las limitaciones y requerimientos de fondos de la UE y organismos internacionales.

¿El caso Bankia le merece alguna reflexión?

Es lo que comentaba antes. Las administraciones públicas acuden al rescate aportando un montón de millones, diciendo que aparentemente está nacionalizada, pero el control no es del Gobierno español, sino de los banqueros. Cuando esté saneado, operará como entidad privada. Es lo que siempre decimos sobre socializar las pérdidas y privatizar las ganancias.

¿Y qué le parece que el fiscal haya admitido a trámite algunas querellas contra el consejo de administración de Bankia, entre ellos Rodrigo Rato?

Es positivo. Actúa, sin embargo, impulsado por algo que de forma mayoritaria la sociedad piensa y que no es otra cosa que quien ha hecho este desaguisado no puede salir de rositas, como se dice. En esta sociedad los banqueros y sus consejos de administración no tienen responsabilidad penal cuando hunden los bancos, cosa que no ocurre con otras actividades empresariales. Pero, en esta ocasión, ante la alarma social que se ha generado, el fiscal ha tenido que moverse. No obstante, tengo que decir, que desconfío de la capacidad real del poder judicial para llegar al final.

¿Por qué?

Porque los intereses de esos sectores minoritarios que controlan la riqueza son mayores que el poder judicial y político. Hay que presionar más. Ya nos dijeron al inicio de la crisis que cambiarían las reglas, pero no se ha hecho nada, todo lo contrario se les ha rescatado. J. BASTERRA

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