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César Manzanos Bilbao Doctor en Sociología

¿Sociología o marketing electoral?

Un ejemplo descarado del uso perverso de la sociología es el caso de la sociología electoral y, en concreto, del último Euskobarómetro

La sociología surgió y se desarrollo en el siglo XX como ciencia de las ideologías que han conformado y transformado las diversas formas de organización de las sociedades. Pero en la actualidad, y progresivamente, existe un tipo de práctica sociológica, a mi entender, y por desgracia, demasiado extendida, que está contribuyendo a hacerle perder su vocación de ciencia social general, al igual que la historia, la filosofía o la antropología, para tratar de convertirla en una ciencia social particular dedicada entre otras cosas a la fabricación de estadísticas manipuladas.

Un ejemplo descarado de este uso perverso de la sociología es el caso de la sociología electoral y, en concreto, del último Eusko-barómetro, puesto que aunque el dinero, prestigio científico y cobertura institucional, lo pongamos los contribuyentes que pagamos el sondeo, la Universidad del País Vasco que damos cobertura a su carácter científico, y el Gobierno Vasco que en última instancia lo bendice, no deja de ser un sondeo de cuyas conclusiones se evidencia que, con demasiada frecuencia, en los informes socio-estadísticos electo- rales primero se pone la letra y luego se rellenas las casillas con los números que conviene destacar para legitimar las conclusiones previamente redactadas, es decir, anteriores a la exploración muestral. Esto ocurre sobre todo cuando se trata de sondeos pre-electorales cuyos resultados pretenden, y muchas veces contribuyen, a crear un clima de opinión y difundir unas percepciones sobre lo que es conveniente votar, tratando así de condicionar el voto, dentro de las diversas estrategias mediáticas y de marketing que buscan influir en los resultados de los comicios.

No piensen ustedes que esta es una característica particular del citado sondeo financiado por la administración sobre intenciones de voto o imagen de los líderes políticos. También los demás sondeos, como por ejemplo los de CIS, y no digamos los sondeos encargados a empresas privadas de prospecciones sociológicas, responden a los intereses políticos de quienes ostentan la representación institucional en el momento que se realizan, o de los grupos políticos, mediáticos y económicos que los encargan, independientemente que sean más o menos precisos a la hora de elaborar sus preguntas, tratar la información, y sobre todo de cuáles, cuándo y cómo se hagan públicos los resultados.

En nuestro caso, lo único cierto de toda esta ciencia infusa en la que se pude convertir la sociología electoral, y en particular de los datos hechos públicos tras el último Euskobarómetro, es que los partidos políticos hegemónicos que han gobernado las instituciones autonómicas hasta la fecha, tienen una única intención común, y es tratar de contrarrestar el incremento del apoyo electoral al frente unificado de partidos soberanistas, unos de izquierdas y otros socialdemócratas, que en el momento actual se impone como probable fuerza mayoritaria con la que cualquier otro partido se verá obligada a negociar o a aceptar como mayoritaria, aunque gobernando en minoría, para conformar el nuevo Gobierno Vasco.

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