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Raimundo Fitero

Extraterrestres

 

Si la Tierra se ha enviado una cámara para mandar postales paisajísticas televisadas de Marte, podemos considerar que a la inversa también ha sucedido. Es más, no sabemos exactamente de qué planeta son, pero que hay extraterrestres entre nosotros no cabe la menor duda. Cuando menos existen plataformas donde fabrican a algunos seres, con apariencia de humanos, pero que mirados con detenimiento sus comportamientos responden a otras coordenadas de humanoides. Por lo tanto, la sospecha de los extraterrestres no debe ser adjudicada a recalentamientos de la imaginación colectiva ni abusos de la ciencia-ficción, sino misterios sin resolver, aunque plenamente convencidos de su existencia.

Por ejemplo, los directivos de clubes de fútbol, tienen que ser a la fuerza extraterrestres, algunos, o muchos disfrazados de empresarios supuestamente brillantes, abogados metidos en muchos charcos o simplemente arribistas en busca de gloria, y, sobre todo, dinero. En muchas ocasiones con conexiones directas a ciertos grupos económicos, sociales o políticos, que en algunos lugares llaman partidos. Entre estos individuos se mezclan los políticos de carrera, que deben pertenecer a otro planeta porque no se quieren enterar de lo que sucede a su alrededor y solamente responden automáticamente a los dictados de un ser superior, en busca también de dinero y fama.

Pueden ser extraterrestres directos o seres abducidos, pero que viven en otra realidad paralela no hay dudas. Pagar las cifras de traspaso que se pagan por jóvenes revienta terrones con gomina y coches deportivos de lujo es uno de lo signos. No comprender el deterioro social que está casando su actitud ante este latrocinio colectivo de la Banca y sus manifestaciones ecuménicas, es otro, pero en el campo de los más baratos empleados con escaño. Escuchar a muchos de estos abducidos expresarse en estos días es la constatación de esta indagación secreta: un terrícola normal, sin problemas patológicos graves, no puede mantenerse tan frío ante la injusticia social, la crueldad con los presos terminales, la barbarie del hambre y las guerras por los recursos naturales sin sufrir al menos colitis mental.