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«Meido es un sitio muy oscuro, una partición entre el cielo y el infierno»

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Bittor Villameriel

Bajo y voz de Meido

Meido es un trío surgido en Bilbo en 2005, aunque dos de sus componentes residen en Galdakao. Les gusta improvisar en el local de ensayo y extraer de la reunión los riffs que mejor se presten para ser canción. «Double dragon» es su segundo disco, ruidoso, potente y, también, brillante.

Pablo CABEZA | BILBO

Meido pertenece a esa parte de la escena musical que conduce por la izquierda. Su sonido pervierte el espíritu de las listas de ventas o populares. El dulce no es la base de sus comidas. Con todo, el resultado es sugerente, bien armado, con cuerpo. Quizá exijan un punto de atención extra y que la cultura acumulada sea dúctil, capaz de disfrutar con ambientes oscuros, de cierta brusquedad. Pero hay arte, ingenio. «Double dragón» es su segundo disco, publicado en vinilo más cedé interior. Una buena opción musical para que la cabeza dé vueltas sin marearse, para que el vértigo resulte un aliado en lugar de un patógeno.

¿Qué es Meido, qué prometéis?

Meido es un sitio muy oscuro, una partición entre el cielo y el infierno que solo unas pocas sectas budistas se atreverían a describir. En realidad, esta es una definición extraída del glosario de una colección de cómics llamada «El lobo solitario y su cachorro». Luego nos dimos cuenta, buscando referencias en Internet, que la definición más extendida de Meido es la que hace alusión a una moda japonesa de sirvientas eróticas o algo así, acepción con la que no nos sentimos nada identificados. Prometemos ruido, ritmo y mala virgen a partes iguales y eso es lo que intentamos ofrecer en cada uno de los conciertos.

¿Alguno de ustedes es químico, electrónico, informático?

Tenemos un perito electrónico, un técnico de sonido y un técnico de audiovisuales. Si lo preguntas por los tecnicismos de «pV» son culpa del perito que vive obsesionado con la extinción de los amperios.

¿Por qué un título en inglés y textos en euskara?

No tiene mayor misterio, nos gustó como título de canción y decidimos que fuera el del disco también. Hay un punto de nostalgia [fue su juego de juventud] y también entre nosotros lo usamos como término para definir canciones con dos partes muy diferenciadas, en plan «esta es `Double dragon'».

¿La humanidad está reflejada en «Double dragon»?

Como concepto global, sí. Aunque las letras sean algo ambiguas en general, todas tratan de ser un reflejo y muchas veces parodia también, de lo que vemos, de lo que nos gusta y de lo que no nos gusta. La canción en sí habla de un tío dominado por el odio.

¿Están educados musicalmente?

Lo máximo que tiene alguno es hasta tercero de solfeo y violín, por lo demás somos autodidactas. La educación que hemos recibido se concentra en discos, conciertos, bares de alterne y muchas horas de local.

¿Y de dónde sacan un sonido tan crudo, tan alejado de las listas, de la MTV...?

Aunque el sonido que tenemos ha ido evolucionando desde la maketa hasta este segundo disco, siempre nos han tirado bastante las bandas de noise-rock noventeras (The Jesus Lizard, Helmet, Unsane, Shellac y de aquí, Dut, Gutariko Bat...). Pero los gustos van variando con el tiempo y ya veremos hacia dónde nos llevan en el futuro.

Maravilla la densidad de «Ganora-Abako» y cómo la banda se despacha con el siguiente corte. ¿Qué parte del mundo han visto para sonar tan carnal y oscuro, tan áspero? Quizá no les conozcan, pero encajarían en una gira con Layo Raser.

Pues sí que encajaríamos y nos encantaría; aunque, de hecho ya hemos dado un par de conciertos con ellos y hay muy buena química, aparte de que nos parecen una pasada. Nuestra parte del mundo es la que tenemos delante, es un tema crudo y opresivo que desemboca en una dosis de morfina.

El disco se ha editado en vinilo, aunque con el cedé dentro. ¿De dónde procede esa cultura hacia el vinilo?

Conocer lo conocemos de nuestros padres, tíos y demás. Gracias a ellos los hemos podido disfrutar, pero lo que es tener un plato propio y comprar discos es algo relativamente nuevo para nosotros, es un auge con el que estamos contentos, es el mejor formato que pueda existir. Pero sí, nuestra época fue más la de las TDK de 90 minutos y después los cedés.

La portada es curiosa, con esa consola y ese puñado de nombres crípticos.

Es idioma alienígena. Implantaron esas máquinas en la tierra para controlarla. Lo que se ve es un plano.

Se utilizan términos como aux (auxiliar), mute (quitar sonido), tape (cinta)...

Son tres personajes ficticios que triunfaron en una época en la que el mundo era mucho más moderno. Inventaron y crearon un montón de modas y tendencias, como sonidos e influencias. Es una sátira del mundillo de la cultura y el espectáculo, de la escena.

¿Qué debe de sugerir la entrada de «Izarra»? ¿Un duelo entre un boxeador y un político?

Sí, política y espectáculo, el día a día, estrellas mediáticas, un cinturón, electoralismo, palizas. Además de ser un homenaje al mejor programa deportivo de la televisión publica vasca.

BaterÍa

Mario Angulo forma Sequoia en 2003 junto a su hermano Iñaki (noise rock). Después llega Objects in Mirror (post-rock). 2005 es el año de Meido y Barents (post-rock), también con Iñaki.

Guitarra-voz

Iñaki Angulo comienza con Ximel, finales de los 90. En 2000 se integra en la banda Subliminal. Llega Meido y también forma en paralelo Barents en 2007.

«Lo mejor es escucharse el disco y leerse las letras»

Se ha grabado con Xanpe (ex- LT). Cabe imaginar que disfrutaría con ustedes.

Es una gozada trabajar con Xanpe... Tenemos la suerte de ensayar en unos locales al lado de su estudio [en Irala, Bilbo] y nos ha podido. Con su experiencia contrastada nos dio toda la confianza para trabajar con él. Su sello nos ha imprimido la potencia, y el gusto por estilos musicales afines, el detalle. Ha participado también con algún grito y ya lo hizo en el anterior con unos ladridos de perro herido.

No es sencillo entender las letras, al margen de sus significados abiertos...

Siempre nos ha gustado que el nivel de las voces no estuviera por encima de los instrumentos y eso lo dificulta a veces, pero es un sonido que nos gusta. Lo interesante es escucharse el disco y leerse las letras, pero no es obligatorio.

¿Qué tiene que ocurrir para que un tema sea instrumental?

Suele ser premeditado. Decimos: «vamos a hacer una instrumental». Es lo que tiene la improvisación, que es de donde partimos hacia el final. P.C.

bajo-voz

Bittor Villameriel empieza con el bajo en el 99 con Fun Bidaiak, luego llamados Atarian, con los que continúa en activo y donde también está Mario. En 2001 entra en Ximel y se prolonga hasta 2004. Un año después, es un Meido.

MEIDO

Iñaki y Bittor se conocen desde el inicio de Ximel. Después de coincidir en unas fiestas en Galdakao deciden montar un proyecto de noise-rock potente, Meido, junto con Mario. Han grabado una maqueta y dos aguerridos discos.

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