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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Van a freír morcillas

A algunos, los resultados del 21-O les ha dejado mal cuerpo. Tanto, que no disimulan su mal humor y empiezan a cargar contra los más cercanos. Por ejemplo, Iñaki Ezkerra, quien en «El Correo» probablemente reflejaba ayer mejor que nadie el estado de ánimo de los unionistas. El primer párrafo, el columnista hace un ejercicio de memoria y recuerda que en 2001, cuando una mujer le invitó a seguir escribiendo «contra los nacionalistas» él le instó a votar en las elecciones que se iban a celebrar poco después y que se saldaron con un sonoro batacazo de Mayor Oreja. Explica que la señora le respondió que no votaría porque iba a ir a Villarcayo con su familia por ser el cumpleaños de su hija. Miren lo que escribe Ezkerra al respecto: «No le contesté nada porque en esos momentos me puede la educación. Pero hoy es el día en que siento no haberle respondido lo que merecía: que con qué desfachatez se atrevía a decirme que yo siguiera viviendo así, escoltado y jodiéndome la vida, mientras ella no era capaz de ir a votar ni de llevar de la oreja hasta el colegio electoral a la gandula de su hija y al manta de su yerno. ¿No sabía esa buena señora que a los demás también nos gustan las morcillitas y el choricito y el corderito y el licorcito de guindas de Villarcayo así como poder degustarlos en familia y sin la dramática sombra de la protección policial?». Vaya, se le ve un tanto quemado. Aunque la señora podría responderle que ella no ha hecho carrera escribiendo «contra los nacionalistas» y que se va a Villarcayo porque le da la gana.

Pero ese primer párrafo iba a cuenta de lo ocurrido el 21-O, cita en la que, apunta Ezkerra, «una vez más se ha reeditado, si bien con más ganas que otras, el fracaso constitucionalista de siempre en el País Vasco; esa eterna derrota que ejemplificaron aquellas elecciones de 2001 que hoy mitificamos como una referencia modélica pero que fue un jarro de agua fría más». Se le ve depre total. Y en su depresión, concluye que «sarna con gusto no pica y que algunos ciudadanos ya hemos pagado un precio demasiado caro e inútil de amenazas y estigmas por hacer algo que corresponde a toda la sociedad vasca el día en que se digne a hacerlo», así que anuncia: «me parece que, ahora que no necesito escolta, voy a celebrar un día de estos el batacazo electoral en Villarcayo. A mí también me gustan las morcillitas y el choricito y el corderito con un buen Ribera del Duero. ¡Salud!». No se preocupen, seguiremos «disfrutando» de sus columnas. ¿Qué haría si no?

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