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Alvaro Reizabal Abogado

El milagro de Fátima

Retoñan de nuevo los brotes verdes que tan célebres se hicieron cuando el que gobernaba era el denostado Zapatero

No importa nada que Obama, sumido en plena tormenta perfecta dedique unas palabras a España y a su desastrosa situación económica, diciendo que, por su tamaño, no pueden dejarla caer. Dicho de otro modo: si la dejaran, caería. Pelillos a la mar. El Gobierno del Reino de España ha decidido que no hay medida más eficaz para superar la crisis que dar una imagen positiva, de que aquí no pasa nada y de un tiempo a esta parte es esa la luz que alumbra el «Camino».

Decíamos en nuestra columna anterior que el ministro de economía, De Guindos, se había caído del ídem al presumir, como si de un triunfo se tratara, de que España había logrado mantener su ritmo de caída en el tercer trimestre y augurábamos que a ese paso iban a acabar muriendo de éxito. Pero resulta que esta pata de banco no era una ocurrencia del genial emulador de su amigo Rodrigo Rato, sino que forma parte de una línea de trabajo, la de decir, en cada momento lo que más les conviene decir, aunque sea más mentira que la falsa moneda que de mano en mano va y ninguno se la queda. Luis es un maestro en la materia: ya en 2003, siendo secretario de estado de Economía del Gobierno de Aznar, dijo que en España no había burbuja inmobiliaria, sino una tendencia de los precios al alza -no confundir- que se iba a solucionar con más vivienda en alquiler y más transparencia en el sector urbanístico, que, como se sabe, es exactamente lo que ha ocurrido.

Al frente del buque, Mariano el sibilante, que ahora, cuando le preguntan cuándo va a solicitar el segundo rescate, pone cara de absoluta extrañeza y contesta: ¿el resqué...? Cuando cae, al fin, en lo que el periodista enemigo quiere preguntarle, contesta que no es necesario un rescate y que va a seguir haciendo en cada momento lo que conviene a todos los españoles. Y si no, pues hará lo contrario, pero será sin querer, porque le obliga la situación o los mercados, que ya se sabe que son una banda de forajidos.

Pero, sin duda, la palma se la lleva la ministra de Empleo, Fátima Báñez. Parece mentira que la cartera se llame de Empleo y no de Desempleo, que es la materia en la que la ministra, con su eficaz gestión, está logrando cifras de récord. Báñez ya había dado muestras de su capacidad de análisis político allá por el mes de junio, al agradecer a la Virgen del Rocío el regalo que había hecho al pueblo con su ayuda en la salida de la crisis y en la búsqueda del bienestar. Ahora, a los dos días de superar el 25% de índice de parados, sale a la palestra con su look de María Ostiz, a decir,«sin caer en el optimismo vacío», que España ya está saliendo de la crisis y que hay señales esperanzadoras. Vamos, que retoñan de nuevo los brotes verdes que tan célebres se hicieron cuando el que gobernaba era el denostado Zapatero. No me digan que no es como un chiste. Chiste verde, por cierto, porque a esta señora la han cogido en pelotas...

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