Operación contra el independentismo vasco
París detiene a Aurore Martin y la entrega a la Guardia Civil para ser llevada a Madrid
La Gendarmeria detuvo a la militante de Batasuna en Maule para posteriormente dejarla en manos de la Guardia Civil en Biriatu. La entrega generó una importante y unánime reacción política
GARA | MAULE
La Gendarmería detuvo ayer a Aurore Martin en un control de carretera cerca de Maule. El arresto de la militante abertzale, sobre la que pesaba una orden de detención dictada por la Audiencia Nacional española, se produjo a las cuatro de la tarde en las inmediaciones de la capital zuberotarra.
Horas después, hacia las 21.00, el cuerpo policial francés la dejó en manos de la Guardia Civil. La agencia Europa Press informó de que la entrega se realizó en Biriatu, otro hecho insólito -habitualmente se hace en avión directamente hasta Madrid- en un caso que prácticamente no tiene precedentes.
Como adelantó «Le Journal du Pays Basque» mediante Twitter, se preveía que durante la noche o la madrugada fuera puesta a disposición de la Audiencia Nacional española, que fue quien dictó una euroorden para procesarla por su labor política en el seno de Batasuna.
Con esta actuación, el ministro de Interior francés, Manuel Valls, cumplió la promesa de su antecesor en el cargo, Claude Guéant, que el 21 de junio de 2011 anunció que la euroorden contra Martin seguía vigente y que sería cumplida.
Aquel día la intervención de la Policía fue neutralizada por una marea solidaria, que tomó el casco antiguo de Baiona para proteger a Aurore Martin, que había decidido retornar a la actividad pública en Ipar Euskal Herria tras pasar medio año en la clandestinidad. La actuación ciudadana sirvió para liberarla de los brazos de los agentes que ya la habían aprehendido.
La intervención policial en el centro de la capital labortana despertó el malestar de la ciudadanía, que se movilizó para defender la libertad de la joven. Prueba de ello fue la manifestación que el 25 de junio de 2011 recorrió las calles de Baiona para denunciar la euroorden que pesaba sobre ella hasta ayer mismo.
Aquel día, más de 3.000 personas mostraron su repulsa a la operación de la Gendarmería y pidieron al Gobierno de Sarkozy que no aceptará la petición de Madrid. Cabe recordar que en esa marcha estuvieron presentes diferentes cargos políticos de Ipar Euskal Herria, como Marie-Christine Aragon, Christophe Martin, Colette Capdevielle y Jerôme Aguerre, todos ellos del PS. También participaron Jean-René Etchegaray (MoDem), Yvette Débarbieuz (PC) y Mertxe Colina (AB), entre otros. Y junto a ellos se manifestaron un nutrido grupo de personas relacionadas con la izquierda abertzale y con Batasuna, como es el caso de Jean Claude Agerre, Xabi Larralde, Miren Legorburu y Aitor Bezares.
Sin reparar en las siglas ni en las ideologías de sus formaciones, todos estos representantes políticos se unieron para exigir la derogación de la orden de arresto.
Dieciséis meses después de aquella avalancha de solidaridad, que marcó un hito en Euskal Herria, el Gobierno de París ha decidido cumplir los dictados de Madrid, que reclama la entrega de Martin por su actividad política, una labor que, a ojos del Estado español, supone un presunto delito de «terrorismo».
Instrucción de Garzón
En concreto, Aurore Martin está imputada por el sumario 4/08. Otra causa de motivación política dirigida en su día por el juez Baltasar Garzón -ahora inhabilitado-, en la en un principio fueron imputadas 43 personas por su relación con ANV, EHAK-PCTV y con otras formaciones políticas presuntamente vinculadas a Batasuna, declarada ilegal por los tribunales españoles en el año 2003.
No obstante, Batasuna continúa siendo una organización legal en el Estado francés, de donde es natural y reside la joven abertzale, que oficialmente tiene «nacionalidad francesa». Por eso, destacados dirigentes del PS, contrarios a la entrega, han reiterado en numerosas ocasiones que los delitos advertidos por la Audiencia Nacional no constituyen infracción alguna en el Estado francés.
Pero este hecho no importó al juez instructor, que justificó su acusación contra la zuberotarra alegando que participó en dos actos organizados por la izquierda abertzale en Iruñea y en Agurain. Es más, según figura en una noticia publicada por «El País», Garzón acusó a Martin de participar en los citados actos con el objetivo de reorganizar Batasuna en los siete herrialdes que conforman Euskal Herria.
Tribunales franceses
Esta justificación fue valida para el Tribunal de Apelación de Pau, que el 23 de noviembre de 2010 dio luz verde a las peticiones de la Audiencia Nacional. Un hecho sin precedentes, ratificado un mes más tarde por la Corte de Casación de París, que asumió por primera vez en este tipo de casos la entrega de una ciudadana con «nacionalidad francesa» a las autoridades españolas.
La decisión despertó un profundo malestar entre la clase política, que criticó fuertemente la decisión. Electos socialistas (Kotte Ecenarro, Marie-Christine Aragon y Sylviane Alaux), centristas (Jean-René Etchegaray), de UMP (Jean Casteings), de Europe Ecologie (Alice Leiziagezahar), alcaldes y decenas de concejales rechazaron esa decisión de judicial.
Incluso Matthieu Bonduelle y Patrick Henriot, secretario general y secretario nacional, respectivamente, del Sindicato de la Magistratura, afirmaron que no hay «nada que pueda entrar en la calificación de terrorismo» en el caso de Aurore Martin. Por eso se preguntaron «cómo ha sido posible llegar a una situación tan absurda como perversa» al haber aceptado la Justicia francesa la petición de entrega de la Administración española.
La última aparición pública Martin tuvo lugar el pasado 10 de diciembre en Baiona, cuando participó junto a Josu Esparza en una manifestación que tenía por objeto pedir la implicación del Gobierno francés en la resolución del conflicto vasco. La respuesta de París no se hizo esperar, ya que al día siguiente procedió a la detención de Esparza.
Precisamente, tras conocerse su detención, distintos medios se hicieron eco de que Martin estaba participando activamente en la conferencia que está impulsando Bake Bidea y que se desarrollará el próximo mes de diciembre en Baiona. Esta iniciativa contará con el respaldo de algunos de los participantes en la Conferencia de Donostia. Este dato fue resaltado ayer mismo incluso por «fuentes de la investigación» citadas por la agencia Efe .
Por otro lado, como primera reacción ciudadana ante el arresto de ayer, para este mediodía se ha convocado una concentración en Maule que se llevará a cabo frente al edificio de la Gendarmería.
Las reacciones a la detención de Martin no se hicieron esperar. Desde las dos orillas del Bidasoa se sucedieron las críticas a la actuación policial. Unas críticas entre las que destacó la respuesta del portavoz de Batasuna Xabi Larralde, que consideró que esta operación supone un ataque a la principios acordados en la Declaración de Aiete, y apuntó al ministro de Interior francés como responsable directo de la detención. «Es difícil no ver la mano de Manuel Valls», señaló el dirigente abertzale.
En la misma línea, Herrira hizo pública una nota en la que destacó que «con esta detención el Gobierno francés da la espalda a un amplio sector de la sociedad que desea la paz». En el mismo sentido, reprochó al Ejecutivo de Hollande que se preste a «seguir un guión escrito en los despachos de Madrid».
Por su parte, Colette Capdevielle, diputada del PS, se mostró sorprendida por la detención y recordó que, a nivel formal, la causa que ha motivado la detención de Martin «no existen en la legislación francesa». Su compañera de partido y de escaño en París Sylviane Alaux se posicionó en el mismo sentido.
Jean-Jacques Lasserre, senador y presidente del Consejo de Electos de Ipar Euskal Herria, dijo no entender cómo el Gobierno francés «utiliza métodos extremadamente brutales para tratar temas tan sensibles».
Por su parte, Max Brisson (UMP) destacó en su twitter que la detención de la militante abertzale es «una nueva señal de preocupación para todos los que trabajan por la pacificación y la convivencia» en Euskal Herria.
En un tono similar, el conocido sindicalista José Bové señaló que el arresto es un «peligro» para la paz.
Por su parte, la secretaria de Organización de Aralar, Rebeka Ubera, criticó «con firmeza y dureza» la detención de Martin. Una detención que, a su juicio, «demuestra que todavía no nos encontramos en una situación política normalizada» en Euskal Herria. Señaló que «es hora de dejar de lado actuaciones antidemocráticas y obsoletas. No es momento de detenciones. Es momento de poner en práctica el diálogo, de normalizar la situación política y social, y de poner en práctica actuaciones basadas en una democracia real». GARA