El próximo lunes comenzará la campaña electoral en la Universidad del País Vasco, previa a las elecciones para el rectorado que se celebrarán el día 4 de diciembre. Una campaña y unas elecciones a las que concurrirá un solo candidato, el actual rector, Iñaki Goirizelaia, quien ayer presentó su proyecto y a su equipo. Y unas elecciones que es de suponer que transcurrirán con normalidad. Una normalidad, no obstante, que debería dar pie a una reflexión sobre esa circunstancia en las elecciones que han de decidir la dirección de una universidad, institución en la que se supone que el debate y la confrontación de visiones y proyectos es no solo deseable, sino necesario. El aun rector y candidato a la reelección afirmó ayer que el hecho de que no haya ningún otro aspirante al cargo que él ostenta se puede deber a una valoración de su proyecto como que lo percibe «firme» y que respalda «una situación consolidada». Es posible, pero también tiene razón Goirizelaia al afirmar que en unas elecciones «es muy importante que haya más de una candidatura», asegurando que sería la situación ideal para él y también habría sido bueno para la universidad. Sin duda.