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Dabid LAZKANOITURBURU Periodista

¿A quién voto Romney?

Tres son las maneras de afrontar una crisis como la que vive, también y especialmente como superpotencia que sigue siendo, EEUU

Descartada la primera, arrasar con todo y empezar de cero (Lenin diría que en EEUU no hay condiciones ni objetivas ni subjetivas para la revolución) quedan dos.

Una es la que defiende Obama, con un repliegue geomilitar de EEUU en el mundo -que no geoestratégico-; un intento de rescate (al estilo de New Deal, para lo que se necesita dinero público) de la tocada clase media y una atención a los sectores desfavorecidos a través de planes de sanidad y de regularización de la inmigración.

La alternativa, el salto adelante para profundizar en las mismas recetas causantes de la crisis, es el impuesto a los republicanos por los sectores más ultras: amnistía fiscal a los ricos, desregulación, recorte de todo tipo de gastos, sálvese quien pueda social y sanitario e incremento de los gastos militares para que EEUU recupere su fiereza a ojos del mundo.

El electorado, siquiera de modo ajustado, ha hablado. Y el Sistema, con mayúsculas, ha mostrado cuál es a día de hoy su preferencia.

Denunciaba el economista Paul Krugman que había quien pedía a los demócratas el voto a Romney amenazando con que los republicanos en la oposición seguirían -seguirán- impidiendo gobernar a Obama. Y reconociendo que los demócratas en la oposición son mucho más proclives a ceder, siquiera por responsabilidad. El chantaje no ha funcionado y los republicanos están en una encrucijada.

Derrotado, el centrista Romney ya no necesita la careta del Tea Party que se vio forzado a ponerse para ganar las primarias republicanas. La pregunta pertinente es ¿por quién votó Romney?