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athletic Abertzale Sur se disolvió al inicio de la presente temporada

Adiós a tres décadas de fidelidad a los colores de San Mamés

Nació al calor del ejemplo de los hinchas ingleses que acudieron al Mundial del 82 y la compuso en su inicio gente joven y abertzale con ganas de animar.

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Joseba VIVANCO

«Ha resultado dura la toma de esta decisión, pero después de analizar el presente se ha concluido que este ciclo y su formula están agotadas», rezaba el comunicado remitido a la prensa a mediados de setiembre. «Los y las componentes del colectivo seguirán acudiendo tanto a los partidos en San Mamés como a los distintos desplazamientos, para apoyar al Athletic, como se ha estado realizando durante los últimos 30 años, pero a partir de este momento a título personal». Era el pitido final, el camino a vestuarios a tres décadas de fidelidad grupal al equipo de San Mamés, el último grito de ánimo como colectivo de Abertzale Sur, aquella iniciativa surgida de forma espontánea en 1983, cuando un grupo de jóvenes se citaba cada partido en La Catedral en la grada sur del estadio, la de Ingenieros, decidieron unir sus gargantas atendiendo a su localización en el campo y su sentir ideológico. Se vieron influenciados, como lo fueron los componentes de Herri Norte Taldea (HNT) meses antes, por la huella que los aficionados ingleses dejaron en San Mamés durante el Mundial 82. «Decidimos dar un paso más en la manera de animar», añade uno de sus componentes, que ha hecho las veces de portavoz para narrar esta despedida.

Jóvenes, sin referencias, con todo por hacer en pro de sus colores. «La gente era muy variopinta, pero en general era joven, abertzale, de hecho en la grada sur nos colocábamos los niños -`Guardería Sur', les llamaban jocosamente desde el otro lado del campo los `mayores' de HNT-, cuando había abonos para menores de 14 años», recuerda quien vivió su nacimiento y hoy ya pasa de los 40, como la mayoría. «Siempre tuvimos claro dónde y para qué nacimos. El objetivo ha sido animar al Athletic en cualquier parte, pero también crecimos en años muy duros para la sociedad vasca y no podíamos ser ajenos a ello. Siempre nos hemos declarado de izquierdas y abertzales con todas las consecuencias. Y hasta el final nos hemos mantenido fieles a este ideario», sostiene.

Unos cuantos integrantes de los que se nutrió Abertzale Sur en estos treinta años han pasado por la cárcel por motivos políticos y otros lo siguen estando. Incluso el creador de su emblema fue José Ignacio Herrán Bilbao Txapas, encarcelado por pertenencia a ETA. «Nunca hemos sido ajenos a la realidad que nos ha tocado vivir y en este país la política está en todos los ámbitos de la vida», sostienen desde el grupo.

Treinta años no es nada, parafraseando a Carlos Gardel, pero sí que dan para mucho. Tres décadas que comenzaron de la mejor manera posible para la incipiente Abertzale Sur coincidiendo con los últimos títulos rojiblancos, además de con una efervescencia social y cultural en Euskal Herria. «Después vino una época más triste, que tuvo que ver en parte con la colocación de los asientos y la supresión de las gradas de pie, y eso condicionó nuestra forma de animar y sentir», relata.

La última etapa, los últimos tiempos, coincideron «con un cambio de ubicación, que si bien supuso un mayor número de miembros y más dinamismo, sí se echó en falta el cambio generacional, la nueva concepción del fútbol y el cambio de mentalidad de la gente», lamenta este representante de la ya extinta agrupación, que no duda en reconocer que estos últimos «han sido buenos años».

Siempre rondaron el centenar de integrantes, con épocas, las últimas, en que incluso doblaron esa cifra. «Aunque resulte un poco pedante, creo que en general hemos sido queridos en San Mamés», sostiene.

Treinta años de historias

Treinta años en los que sus integrantes destacan estar «orgullosos de haber sido amigos durante todo este tiempo, haber estado en los malos momentos y haber sabido acabar en el momento justo». Treinta años que han dado para mucho, desde los primeros viajes lejos de San Mamés, con Valladolid como primer destino en 1989, los primeros por Europa a Newcastle, Birmingham, Parma, Turín, la pionera jornada contra el racismo, su 25 aniversario, su participación como impulsores junto a la Peña Mujika e Indar Gorri de Euskal Hintxak. O partidos inolvidables como aquel de la semifinal copera en el año 1986, ante el Barça, cuando García de Loza privó al Athletic de otra final y acabó con decenas de seguidores lanzándose al campo y corriendo primero delante de la Policía española... y después detrás de ellos. Momentos también malos como los adioses a peñistas fallecidos, como Dani, Furun y otros, a Aitor Zabaleta o el más reciente a Iñigo Cabacas.

Tampoco se salvaron de las polémicas, como cuando estuvieron en el punto de mira de medios de comunicación españoles en 2002 tras criticar a Aitor Karanka -hoy, segundo de Mourinho- tras rumorearse su posible regreso a Bilbo. «El Athletic es algo especial, pero el Madrid lo es todo», declaró el jugador en agosto de 1997, cuando se hizo público su fichaje por el club blanco. «Karanka Alde Hemendik. Ya lo habíamos avisado, la vuelta del hijo bastardo», respondió a la noticia Abertzale Sur en su web.

«La verdad es que no fue nada planeado -quieren aclararlo-. Simplemente teníamos un blog donde pusimos nuestro parecer respecto de los comentarios de Karanka en una entrevista que concedió a un fanzine que publicaban los Ultra Sur y las fotos que se hacía con ellos. Y El diario ``El Mundo'' -que tildó a esa grada como el `volcán abertzale'- lo publicó a toda página tachándonos de no sé qué. Pero no hubo nada más».

La Catedral ya no es lo que era

Y qué decir de las pancartas que han acompañado a Abertzale Sur en estos años. Aquellas primeras de plástico que no aguantaban dos partidos, que se pintaban verde y blanca si hacía falta porque era la pintura que alguno guardaba por casa. Luego llegaron las de tela, serigrafiadas, con el logo, trabajadas. «Pero nada como el encanto de aquellas primeras colgadas en la valla... le daban a la grada un carácter mágico», rememoran aquel olor a bengalas y nitrato.

Aquello ya es historia. Prehistoria, casi. Hoy día, para Abertzale Sur, «ni Bilbao es igual, ni la sociedad y por tanto el ambiente en San Mamés tampoco es una excepción. Ha cambiado a peor y salvo excepciones, no es esa olla a presión de la que siempre hablamos. San Mamés es famoso por ese ambiente, pero también por el `run-run' con el que castiga a muchos jugadores», cuestionan. A su juicio, abrir la grada a gente joven lograría una animación continuada durante los partidos. Ese es el futuro. Abertzale Sur es ya historia y se irá para siempre con el adiós al viejo San Mamés.

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