Apenas cumplido el primer aniversario de la Declaración de Aiete, que fue suscrita el 17 de octubre de 2011, sus promotores se encuentran de nuevo en Euskal Herria. Como ya ha trascendido a la opinión pública, Jonathan Powell, exjefe de gabinete de Tony Blair, está manteniendo una serie de contactos con representantes de los partidos, sindicatos y asociaciones que participaron en aquella Conferencia Internacional de Paz.

Hace un año, la ausencia de una representación del Gobierno de Lakua, así como del PSOE, fue uno de los elementos destacados por la mayoría de los analistas. Más aún porque, pese a la discreción con la que se llevaron a cabo los preparativos de ese histórico encuentro en Donostia, resultó incomprensible que Patxi López, en su calidad de lehendakari, hubiera decidido ausentarse del país para llevar a cabo una visita oficial de tipo comercial a Estados Unidos.

Pese al cambio del escenario político surgido, precisamente, a raíz de la Conferencia de Paz, el PSOE parece no haber cambiado de postura ante una iniciativa que han respaldado con su firma, entre otros, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, el líder de Sinn Féin, Gerry Adams, la ex primera ministra de Noruega Gro Harlem Bruntland o el exministro de Defensa e Interior francés Pierre Joxe.

Rodolfo Ares fue el encargado de anunciar ayer que su partido no acudirá a la sesión plenaria que Jonathan Powell mantendrá el martes en Donostia para hablar de los acuerdos que se alcanzaron hace un año. En declaraciones a Radio Euskadi, recogidas por Europa Press, Ares comentó que en su partido consideran que «no hay razones ni condiciones para que el PSE-EE participe en esa reunión».

Tras eludir explicar cuáles son esas «razones», indicó que «la inmensa mayoría de las cuestiones que hay que abordar para seguir avanzando en asentar la paz, la libertad y la convivencia, se deben abordar con carácter general en el Parlamento y, en todo caso, quien tiene que tener un plus de iniciativa debe ser el Gobierno vasco».

Al mismo tiempo, destacó que «especialmente quien tiene que tomar las últimas decisiones importantes es ETA, que tiene que tomar la decisión de disolverse definitivamente». Y añadió la coletilla de que esa decisión es «la que nos importa a la inmensa mayoría de la sociedad vasca».

Advertencia oficiosa de Madrid

Por su parte, el Gobierno español mostró claramente su malestar por la labor realizada por el grupo de personalidades al que representa Jonathan Powell, aunque no lo hizo de forma oficial, sino a través de Europa Press y Efe. Según difundieron ayer ambas agencias, el Ministerio del Interior ha advertido de que la reunión de Aiete para evaluar el desarrollo de los acuerdos de la Conferencia Internacional de Paz «no sólo no es positiva, sino que entorpece gravísimamente el proceso para conseguir la disolución definitiva de ETA».

Como es habitual en los posicionamientos oficiales, las mismas «fuentes del Ministerio de Interior» también indicaron que el Ejecutivo español «no necesita ni verificadores ni mediadores, porque los únicos o los mejores verificadores son la Policía y la Guardia Civil».