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II CONGRESO DE ANALISIS POLITICO

Filibi: «Históricamente se ve que la soberanía de un estado o es absoluta o no es»

El II. Congreso sobre Análisis Político Crítico echó el cierre ayer con otra jornada repleta de charlas, mesas redondas y debates. Especialmente concurrida e interesante fue la que el profesor de la UPV Igor Filibi realizó sobre el nuevo orden mundial, el desplazamiento de poder y la soberanía de las naciones con y sin Estado en un contexto condicionado por los mercados.

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Mikel PASTOR

Hay gente con capacidad innata para comunicar. Es cierto que cualquier persona, con el trabajado adecuado, puede llegar a convertirse en un estupendo comunicador, pero captar la atención del público desde el inicio y mantenerla durante casi una hora es un ejercicio al alcance de pocos. Igor Filibi es uno de ellos. El profesor de la UPV/EHU diseccionó ayer conceptos complejos como el nuevo orden mundial, la soberanía de los pueblos o las tensiones internas y externas de los estados-nación y logró hacerlos plenamente entendibles, algo que no es fácil en un contexto de cambio constante como el actual.

Nueva realidad mundial

Saltando a la rabiosa actualidad, Filibi aseguró que esa fase «ha terminado» y que, en la actualidad, estamos «en un momento de reconfiguración, estamos viendo cómo los imperios están en decadencia y los estados pierden soberanía en favor de los mercados».

Es en este punto en el que recalca que esa reubicación posibilita «un nuevo orden mundial». En la parte superior de esa escala se situarían «las grandes potencias como EEUU y China, que tienen intereses globales que pueden defender mediante la intervención militar». Un peldaño más abajo se situarían Gran Bretaña o la Unión Europea; eso sí, matizó, «ninguno de los dos es capaz de cuestionar o de ir contra cualquier interés de China o EEUU». Ya en la parte intermedia se ubicarían las «potencias regionales» como Japón o Turquía, de las que Filibi afirmó que «en ocasiones hacen el trabajo sucio de las grandes potencias para defender sus intereses». Y en el escalón inferior se situarían todos los demás paises, incluidos «los estados fallidos, intervenidos o no viables» y todos aquellos que «siguen al pie de la letra, porque dependen de ellas, las políticas económicas del Fondo Monetario Internacional, del Banco Central Europeo o de la Organización Mundial del Comercio».

Movimiento de placas

Filibi opinó que esta situación actual refleja «un cambio de orden, un movimiento lento, de placas tectónicas, que está desplazando los centros de poder».

En esos equilibrios juega un papel fundamental la soberanía de las naciones, es decir, que tengan Estado o no. Para el profesor de la UPV, «la auténtica soberanía reside en el reconocimiento de los demás paises de que así es», aunque continuando con lo anterior matizó que «la soberanía plena es ficticia en un Estado-nación».

En general, Filibi advierte una incapacidad para reconocer la soberanía que se extiende también a la estructura interna: «Estos estados se suelen resistir a reconocer que existen otras naciones en su territorio. Y las que dicen reconocerlo, como los estados teóricamente plurinacionales, no han funcionado. La historia ha demostrado que la soberanía es absoluta o no es», constató.

Filibi cerró su intervención con un último matiz que, por obvio, en ocasiones se escapa del análisis político: la demografía. «Es fundamental entender que el número de personas es un elemento clave -afirmó el profesor-. Los flamencos son muchos más que los valones, y la proporción Quebec-Canadá es 3 a 1, por lo que es más viable. solo por proporción estadística, su emancipación».

Acudiendo a lo más cercano, Igor Fibili recordó que en el resto del Estado español viven «34 millones de personas, en Catalunya siete, y en Euskal Herria y en Galicia tres, lo que dificulta de manera importante su independencia. No ya por una cuestión político-jurídica, sino demográfica».

 

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