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«La revolución no se hace viendo la televisión ni por internet, facebook o twitter»

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Ibon Altuna

Vocalista de Itziarren Semeak

Constantes y evolucionados se muestran Itziarren Semeak en su nuevo disco «Dale candela». Album que recorre, como en una carrera ciclista, una etapa repleta de diferentes ritmos, paisajes e intenciones. Es su álbum más adulto, mejor tramado. Despojados de temores, complejos o autorestricciones, el grupo de Mungia disfruta con su álbum más ambicioso.

Pablo CABEZA | BILBO

Itziarren Semeak lleva cinco años de trajín. Han grabado tres discos, una demo y un ep. Han tocado alrededor de 150 conciertos y en cada disco, o de bolo en bolo, el grupo no ha cesado en buscar su identidad dentro de un cambio lógico, de tránsito deseado, versátil y no carente de inspiración. Con «Dale candela» la verdad tópica vuelve a reiterarse, pero no lo dicen ellos, lo cuenta el disco: es su álbum más completo y de largo. Itziarren Semeak lo logra con composiciones dinámicas, colocadas sobre el freno y el acelerador, cerca de una buena melodía que pasaba a media tarde... Se fija en las caderas y su movimiento, también en los diferentes ritmos de aquí y de allá. El ska es el canutillo lateral que une todas las canciones, pero los ritmos llegan desde todos los puntos cardinales. Los vientos aportan los mejores arreglos de su historia y los detalles solistas y puntuales enriquecen cada título. Manex juega con las sonoridades, como esas notas limpias y reverberadas de «Txitxibiritxe». «Dale candela» le sigue debiendo versos a los Clash, pero también es muy latino, quizá y como comenta Ibon más adelante, gracias a la línea abierta por Esne Beltza. Todos son más músicos y, como buenas esponjas, absorben todo lo que les llama la atención. Y, además, un trabajo gráficamente impecable. Están alerta.

Escuchar «Igo bolumena» viene a decir: «Aquí estamos, somos los mismos, pero nos gusta avanzar...».

La verdad es que era lo que buscábamos, intentar sorprender desde la primera canción al que escuche el disco. Podíamos quedarnos repitiendo la misma fórmula de discos anteriores, pero lo mejor que tiene la música es que siempre aprendes algo nuevo y a nosotros nos gusta probar un poco de todo. Este disco tiene eso, prácticamente no hay ninguna canción igual, son todas distintas. Por eso lo hemos presentado como un cóctel tropical, lleno de sabores..

Declaración de principios...

Hemos cogido como eslogan para la primera canción «The revolution will not be televised», de Gill Scott-Heron. Para que cambien las cosas es necesario moverse. Nosotros hemos cambiado un poco con el estilo, y queremos lograr que se mueva la gente con ritmo. La idea es trasladar que hay que moverse si quieres que cambien las cosas, que la revolución no se hace viendo la televisión ni por internet, en facebook o twitter, sino en la calle, en el día a día. Será la canción con la que abriremos también los conciertos de la nueva temporada. Además da pie a que todo el grupo luzca en esta canción.

Otra elocuente muestra de biodiversidad musical es «Dale candela»

«Dale Candela» tiene dos influencias claras. Por una parte, esa rumba catalana al estilo Manu Chao y el reggaeton. Sinceramente, nunca nos hubiéramos atrevido a hacer un tema así, si en Euskal Herria Esne Beltza no hubiera abierto ese camino. La realidad es que aunque mucha gente lo niegue en público, el ritmo del reggaeton es pegadizo, el problema suelen ser sus letras retrógradas y machistas, de ahí que en esta canción hayamos mezclado esos dos ritmos, y hayamos buscado en la letra justo todo lo contrario que el reggaeton (quitando alguna excepción como Calle 13), ya que es una canción dedicada a las mujeres luchadoras. Y es que, aunque creamos que hemos avanzado, todavía hay mucho complejo en la sociedad de Euskal Herria en lo que a la música se refiere, y por supuesto con la libertad de la mujer. Creo que lo de «Jaingoikoa eta lege zaharra» esta demasiado enraizado en esta sociedad, donde hay muchos vigilantes-moralistas..

¿Se percibe que queda margen para seguir avanzando?

Hemos ido paso a paso, aprendiendo y tratando de mejorar cada día. La evolución del grupo creo que es evidente, pero hay mucho margen de mejora. Los que tengan la primera demo y escuchen «Dale Candela» seguro que se preguntan si somos los mismos.

Pero quizá con los Clash siempre presentes...

Sí, tanto por ideología como por la diversidad de estilos musicales que utilizaban. Es algo más que un grupo, diría que hasta una forma de entender la música y la vida. Se atrevían con ritmos muy distintos y en cierta medida, y con toda la distancia que hay entre lo que somos nosotros y ellos, también nos guiamos por ellos, mezclando estilos y buscando probar otras cosas. No somos nada puristas, nunca hemos tenido complejos con eso, y creo que en este disco se nota bastante. Hay un paso hacia delante de forma intencionada.

«Esaidazu» recuerda a Fermin Muguruza vía Clash...

Sí, sobre todo algunos arreglos de vientos son parecidos a canciones de la última época de Fermin. Nuestras influencias son bastante evidentes y también suena un poco a «Guns of Brixton» de The Clash con esos acordes menores. Luego, la aportación del dj de Norte Apache y un poco de jungle programado, creo también le ha dado un toque más a la canción.

Detalles.

Ahora nos fijamos más en cómo tocan los otros grupos: pedales, amplis y sonidos que buscan. Antes no perdíamos ni un minuto, no nos importaba. Al principio era todo con distorsión hasta el reggae y ska ¡Viva el punk! Desde hace un tiempo miramos efectos, pedales, los amplis para grabar...

 
INQUIETUD

«Lo mejor que tiene la música es que siempre aprendes algo nuevo y a nosotros nos gusta probar un poco de todo»

OBSERVACIÓN

«Ahora nos fijamos más en cómo tocan los otros grupos: pedales, amplis y sonidos que buscan. Antes no perdíamos ni un minuto»

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