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Líderes africanos exigen al rebelde M23 el fin de las hostilidades

Los líderes africanos reunidos en Kampala para encontrar una solución al conflicto de la República Democrática del Congo (RDC), que amenaza la estabilidad regional, exigieron ayer al rebelde movimiento M23 el fin de las hostilidades y su retirada en 48 horas de la estratégica ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte y fronteriza con Rwanda.

GARA | KAMPALA

Los líderes de la región de los Grandes Lagos -República Democrática del Congo (RDC), Rwanda (ausente), Uganda, Burundi, Tanzania, Kenia, Sudán, y Zambia- reunidos ayer en Kampala exigieron a los rebeldes congoleños del M23 que detengan su ofensiva en el este de la RDC y se retiren de la ciudad de Goma, capital de Kivu Norte cuyo control tomaron el martes, en un plazo de «48 horas», al tiempo que aseguraron que Kinshasa podría escuchar sus «legítimas» demandas.

La cumbre estuvo marcada por la ausencia del presidente ruandés, Paul Kagame. Informes de la ONU señalan a Rwanda, principalmente, pero también a Uganda, como actores en el conflicto en apoyo de los rebeldes, aunque ambos niegan su implicación. A Kigali se acusa de dar apoyo militar directo» al M23, que ha tomado el control de la ciudad de Goma y otros objetivos estratégicos en el este de la RDC, una región rica en recursos minerales fronteriza con Rwanda, y ha amenazado con «liberar» todo el país.

La Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos (ICGLR) exigió a los rebeldes que «detengan todas las actividades y evacúen Goma» en «48 horas» y se retiren a una zona a «no menos de 20 kilómetros» al norte de la urbe -posiciones que ocupaban antes de su ofensiva-, según el texto leído por el ministro ugandés de Exteriores, Sam Kutesa, que difería ligeramente de las conclusiones finales de la cumbre entregadas a la prensa.

Además, le instó a «rearmar a la Policía, que fue desarmada (tras la captura de Goma), para que retome sus obligaciones».

Según el plan del bloque regional, la Misión de la ONU en la RDC (Monusco) deberá garantizar la seguridad en las «zonas neutrales» entre Goma y los territorios ocupados por la rebelión.

Además, la ICGLR ordenó al M23 que «deje de propagar la guerra inmediatamente y de hablar sobre el derrocamiento de un Gobierno electo», en referencia a las amenazas insurgentes para derribar al Ejecutivo de Kinshasa.

«Fuerza multipartita»

Los líderes de la región acordaron también el despliegue de una «fuerza multipartita» formada por tropas de un contingente neutral, del Ejército de la RDC y del propio M23, si bien no se facilitaron detalles sobre la movilización de esos efectivos. Al respecto, el secretario ejecutivo de la ICGLR, Ntumba Luaba, declaró a Radio Okapi, emisora promovida por la MONUSCO, que Sudáfrica ha ofrecido apoyo logístico y que Tanzania tiene un batallón preparado para entrar en acción.

Asimismo, pidieron al Gobierno de Kinshasa que «escuche y resuelva» las demandas «legítimas» del M23, y dio un plazo de dos semanas para encarrilar todo el proceso acordado ayer en Kampala.

El M23 lo forman soldados congoleños amotinados y supuestamente fieles al rebelde Bosco Ntaganda, buscado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y contra la humanidad. Ntaganda se integró hace dos años en las fuerzas de la RDC al contribuir a la pacificación de Kivu del Norte tras ayudar a detener, en 2009, a Laurent Nkunda, antiguo señor de la guerra y general del Ejército.

Los rebeldes se sublevaron en abril para protestar por la pérdida de poder impuesta por el Gobierno a su líder y renegociar el acuerdo del 23 de marzo de 2009, que da nombre al grupo y supuso su inserción en el Ejército.

El pasado jueves, el líder político del M23, Jean-Marie Runiga Lugerero condicionó la retirada a un «diálogo» previo con Kabila y, además de las reivindicaciones específicas de la rebelión, mencionó la falta de democracia y los problemas sociales en la RDC.

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