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Nueva energía para la reconciliación interna, clave para una paz real

Numerosos gobernantes expresaron ayer sus esperanzas de que el reconocimiento de Palestina como Estado observador en la ONU impulse el proceso de paz. El liderazgo palestino estudia los pasos a seguir, que girarán precisamente en torno a dicho proceso, a la reconciliación nacional y a su incorporación a organizaciones y tratados internacionales.

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GARA | RAMALLAH

Al llamamiento al diálogo «sin condiciones y lo antes posible» entre ambas partes lanzado por el presidente francés, François Hollande, poco después de la votación efectuada en la noche del jueves, se sumaron ayer numerosos gobiernos y organismos. Desde la Unión Europea (UE) a China, pasando por Egipto, Jordania, Alemania o el Vaticano, se ve más cerca la posibilidad de retomar el proceso de paz tras la amplia mayoría que logró la posición palestina en la Asamblea General de Naciones Unidas, con 138 votos a favor, 9 en contra, y 41 abstenciones.

Sin embargo, para EEUU, uno de los que votó en contra, el reconocimiento «añade obstáculos al camino de la paz», en palabras de su secretaria de Estado, Hillary Clinton. «Hemos dejado claro que solo a través de las negociaciones directas entre las partes es como los israelíes y palestinos podrán alcanzar la paz que merecen: dos estados para dos pueblos», dijo la secretaria de Estado, que calificó la resolución de «desafortunada y contraproducente».

Para que el nuevo estatus de Palestina suponga avances reales en el proceso de paz es condición indispensable que las organizaciones políticas palesti- nas trabajen juntas; la tantas veces reclamada reconciliación nacional. El mismo jueves se vieron esfuerzos de todas las formaciones políticas para dar una cierta imagen de unidad en un día histórico para el pueblo palestino. Y todo parece indicar que esos esfuerzos se multiplicarán en las próximas jornadas. La OLP y Al Fatah (el partido de Abbas) se han comprometido a iniciar de inmediato negociaciones de reconciliación con el movimiento islamista Hamas (que gobierna en Gaza). Responsables de Al Fatah han anunciado que Abbas viajará próximamente a Gaza, algo que no hace desde que perdió las elecciones en la franja mediterránea.

La división interna palestina fue precisamente uno de los argumentos esgrimidos por Tel Aviv el jueves ante la Asamblea General. El embajador de Israel ante la ONU, Ron Prosor, declaró que «esta resolución no avanzará la paz y no cambiará la situación sobre el terreno porque la Autoridad Nacional Palestina no controla Gaza, el 40% del territorio que quiere controlar, y que hoy está en manos de Hamas, un grupo incluido en la lista de organizaciones terroristas».

Estatuto de Roma

En relación a la incorporación de Palestina a organizaciones internacionales, desde hace meses un equipo jurídico estudia los estatutos y cartas fundacionales de más de una treintena de organismos a los que la nueva Palestina pedirá su ingreso. Algunas de las agencias de la ONU que son prioritarias para los palestinos y estarán entre las primeras a las que se pida acceso son Unicef (fondo de la ONU para la infancia), la FAO (Organización para la Agricultura y Alimentación) y la OMC (Organización Mundial del Comercio).

Entre los tratados internacionales, los que más interesan a los palestinos y más preocupan a Israel son las Convenciones de Ginebra y sus protocolos adicionales, normas para «humanizar la guerra» y que establecen estándares del derecho humanitario internacional.

Otra fuente de preocupación es la adhesión palestina al Estatuto de Roma, que crea y regula la Corte Penal Internacional (CPI), donde los palestinos han tratado en el pasado de presentar denuncias contra políticos y militares israelíes por crímenes de guerra y contra la Humanidad, que el tribunal rechazó estudiar por no ser Palestina un Estado.

La cartas que la Palestina reconocida por la ONU necesita presentar para acceder a las Convenciones de Ginebra y a la CPI están ya escritas y firmadas. Su presentación y cuándo se lleve a cabo dependerá de la situación sobre el terreno y de la actitud israelí. Varios Estados, encabezados por Gran Bretaña, trataron de condicionar su voto de apoyo en la ONU a la renuncia de los palestinos a la CPI, pero estos se negaron tajantemente al considerarlo una cesión de soberanía inaceptable.

Las colonias judías

En el plano bilateral con Israel, el avance diplomático palestino podría derivar en un reinicio de las negociaciones de paz. El presidente Abbas aseguró estar dispuesto a reiniciar el proceso de paz tras elevarse el estatus en la ONU, pero no quitó de encima de la mesa su exigencia para sentarse a negociar: que Israel frene por completo el crecimiento de las colonias.

En todo caso, esas negociaciones de paz tendrán que esperar a que se aclare la situación política israelí en las elecciones del próximo 22 de enero.

Además, los palestinos también se han preparado para posibles represalias de Israel y EEUU. Durante más de un año, Ramallah ha soportado fuertes presiones para no presentar su solicitud en Nueva York y ha hecho frente a amenazas de diversa índole. Israel ha amenazado con dejar de transferir los impuestos y aranceles que recauda en nombre de la ANP, que suponen un 56% de su presupuesto.

Uno de los temores palestinos es que EEUU retire su apoyo económico y los fondos que canaliza a través de la cooperación internacional. Para paliar el daño que estas represalias supondrían para una ANP sumida en una profunda crisis financiera, a lo largo de los últimos meses Ramallah ha obtenido compromisos de países árabes, entre otros de Qatar, de que suplirán las pérdidas económicas que pudieran afrontar.

Las expresiones de apoyo al pueblo palestino se suceden en numerosos puntos del planeta ahora que Palestina ha logrado ser reconocido como Estado observador de la ONU. Así, en la fachada del Ayuntamiento de Donostia, «en solidaridad con la lucha por la autodeterminación del pueblo palestino, y con todo el pueblo palestino», colocaron el jueves, «día histórico», la bandera palestina de la imagen.

votos contrarios

Junto a Israel y Estados Unidos, en la Asamblea General de la ONU votaron en contra de que Palestina sea un Estado observador Canadá, la República Checa, Panamá, las islas Marshall, Micronesia, Nauru y Palau.

El Gobierno israelí aprueba construir 3.000 viviendas en colonias judías

El Gobierno de Israel aprobó ayer la construcción de 3.000 nuevas viviendas en colonias judías de Cisjordania y Jerusalén Este, en respuesta al reconocimiento por parte de la ONU de Palestina como Estado observador. El primer ministro Netanyahu, de campaña electoral desde hace semanas, respondía así a la única condición que plantea el presidente Abbas para retomar las negociaciones: que Israel frene por completo el crecimiento de las colonias. Según el Canal 10 de la televisión israelí, el Gobierno también ha dado luz verde a un plan para construir miles de nuevas unidades en la zona que conecta Jerusalén Este con la gran colonia de Male Adumin, ya dentro de Cisjordania.

La dirigente de la OLP Hanan Ashrawi condenó el anuncio de la construcción de nuevas viviendas en las colonias, destacando que «es una agresión israelí contra un Estado», por lo que «el mundo debe asumir su responsabilidad».

La semana pasada EEUU había instado a Israel a no autorizar la construcción en el área denominada E1, entre Male Adumin y Jerusalén, como una de las posibles respuestas a la acción palestina en la ONU. La construcción en el área E1 crearía una continuidad entre esa colonia judía, ilegal como todas las demás, y Jerusalén, algo que varios gobiernos israelíes han intentado en el pasado pero que no había fructificado hasta ahora debido a la oposición de EEUU y otros actores internacionales como la Unión Europea.

La maniobra del Ejecutivo llega cuando la derecha israelí acusa a los palestinos de sabotear la paz y la oposición reprocha a Netanyahu no haber sabido impedir la aprobación por la ONU del estatus de Estado observador no miembro para Palestina. Hay que tener en cuenta que las reacciones de los políticos israelíes están influidas por la campaña para las elecciones legislativas del 22 de enero.

Para la oposición, el blanco de todas las críticas es el Gobierno de derecha de Netanyahu, gran favorito en las próximas elecciones. La oposición le acusa del estancamiento de las negociaciones con los palestinos. «Con el reconocimiento en la ONU (de Palestina), Israel ha perdido los logros obtenidos mediante las negociaciones», lamentó la ex ministra de Exteriores Tzipi Livni (2006-2009), que de cara a las elecciones esta misma semana lanzó un nuevo partido de centro.

«Esto es el resultado de una política errada, de cuatro años de estancamiento político, de discursos y de acusaciones del Gobierno de Netanyahu (...) que ha atentado contra Israel y contra nuestros intereses de seguridad frente a los palestinos y al mundo», declaró Livni. Anteriormente, Livni había declarado que con su gestión ante la ONU, los palestinos habían cometido un «atentado estratégico» que el Gobierno «habría podido detener mediante negociaciones».

La dirigente del partido de centro-izquierda Meretz, Zahava Gal-On, fue mucho más allá estimando que Israel debería haber apoyado la iniciativa palestina. «Un Estado palestino es en interés de Israel», afirmó. GARA

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