El relato sigue buscando sus orígenes, haciéndose nítidas sus imágenes, los inteligentes diálogos nos muestran a tres seres humanos unidos por el destino. Su herida se agranda a medida que avanza la narración y la segunda secuencia clave, nos hace testigos de la violación de la protagonista. Rodada en plano secuencia, sin cortes que desvíen nuestra atención del suceso y que nos hagan pensar que lo que vemos es tan solo una simulación cinematográfica. Lo que les sucede a los protagonistas del filme no tiene retorno, a pesar de que el autor nos lleve desde la muerte hasta la vida, desde lo oscuro y lo confuso a lo claro y nítido. Lo que se cuenta y como se cuenta está íntimamente ligado. La mostración es necesaria en «Irreversible». Mirar aún puede dolernos y este es una de los logros más interesantes de este filme. Resistan hasta el final, merece la pena.