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ITURRASPE VIO LA QUINTA AMARILLA Y NO ETARÁ ANTE EL CELTA

Sigue poniendo la otra mejilla

Un Barcelona de alto nivel pasó por encima de un Athletic que le tuteó veinte minutos y acabó siendo goleado como era previsible

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BARCELONA 5

ATHLETIC 1

Joseba VIVANCO

Los jugadores del Athletic deben de ser unos colosos mentales, deben de tener una creencia ciega, una encomienda absoluta. Con los sangrantes varapalos que se llevan, como el de ayer, siguen la filosofía futbolística de Bielsa de manera sectaria, sin renunciar un ápice a ese catecismo por muy mal que vayan las cosas e, incluso, por muy mal que de antemano veas que te va a salir. Lo suyo sí es fe, lo demás son poses para la galería, falsos sacerdocios. Para lo bueno y para lo malo, creen en Bielsa. ¿Hasta cuándo? es la pregunta. De momento lo hacen, y no parece que vayan a dejar de hacerlo.

Permítanme la ironía, pero el Athletic mejora. En el Bernabéu jugó bien y aguantó al Madrid 11 minutos, justo hasta el primer gol merengue. Anoche, en el Camp Nou, jugó bien y aguantó hasta el minuto 21, hasta el primer gol blaugrana. Y es que la pregunta del millón era esa, en qué momento caería el planteamiento de Bielsa. Podríamos decir que en ambos partidos los leones no renunciaron al libreto, para lo bueno y para lo malo, pero tras encajar el primer tanto que ponía el campo inclinado hacia la meta de, ayer, un buen Iraizoz, los rojiblancos fueron ya un juguete roto en manos del rival. A partir de ahí, como aquel invencible Peñarol de Montevideo de los 60, el Barça le dijo al Athletic lo de «¿trajeron otra pelota para jugar? Porque ésta es sólo nuestra».

Y es que cuando enfrente están prestidigitadores de la talla del Barça, de un Barça que, ahora sí, está ya en su punto de cocción, y la diferencia entre ambos equipos es tan abismal, hasta jugando a medio gas te pasan por encima. Quizá eso es lo más indigesto, ir a jugarle a un equipo de tú a tú, sabiendo que saldrás noqueado, aunque a tu favor esté el hecho de que aun jugando de otra manera puedes salir igual de escaldado.

Bielsa será muchas cosas, pero ni es chantajista ni es mentiroso. El oponente, sea el mejor equipo del mundo, sea el colista de la competición o un equipo de segunda fila de Israel, sabe a qué se va a enfrentar. Pero al Barça es ponérselo en bandeja.

Lo demostaron los leones hasta ese primer tanto clave de Piqué en un córner -«en una pelota parada es cuando menos te lo esperas», confesó Herrera-, discutiéndoles el dominio de la pelota como reflejaba ese 54-46% de posesión al cuarto de hora.

No dio un pelotazo el equipo bilbaino, sacó jugado cada balón, sin nervios, estuvo atento en las marcas, llegó bien por momentos hasta la medular, pero adelante, sin chance, inermes, con un desaparecido y fallón Aduriz, el Athletic no consiguió chutar ni una vez a puerta en toda la primera mitad. Es más, su primer disparo llegó ya con Llorente sobre el césped, en el minuto 60, y la primera parada de Valdés llegó en el minuto 90. Casi nada.

Se ejercitaba de inicio, es cierto, el Athletic sobre el alambre, con esos marcajes al hombre de Bielsa, esas parejas de baile que el argentino designa, y que conllevan un suicidio en encuentros como estos. Como sentenciaba después el fino analista Martí Perarnau en su crónica del duelo, «es un regalo, porque Bielsa convierte el partido en varios duelos individuales. Y a eso, el Barça tiene todas las de ganar. Todas». Al Barça le basta un paso de claqué para irse de su par, así que el Athletic se pasó el tiempo buscando sombras.

El Barça toca y toca hasta que alguien queda libre o ve hueco. Como sucedió en el despiste defensivo del segundo gol, el de Messi, solo ante la cintura de un Amorebieta que, curioso, siendo el último hombre, rompía el fuera de juego. Entre ese primer gol y el segundo, el Athletic perdió el sitio en esas marcas, lo volvió a tomar después, pero el Barça es el Barça y su hambre es voraz. Iraizoz sacaba goles cantados, el larguero repelía un chut a bocajarro de Messi y caía el tercero, sobre la bocina: Messi atrae sobre sí a medio Athletic, cede a la frontal a Fábregas, este aguanta, espera la llegada de Adriano y el brasileño remacha. Gol de palo y zanahoria. El partido se acababa ahí. Así, tajante.

Ibai hizo el del honor

La salida de vestuarios del Athletic fue un espejismo. Sus intentos por remontar el pulso al desigual choque le duraron lo que tardó en llegar el cuarto. Esta vez le tocaba a un buen Cesc.

Suficiente escarmiento, debió de pensar otra vez el samaritano Barcelona, lo que minutos después aprovechó Llorente para disparar alto y Herrera para hacerlo cerca del palo del inédito Valdés. Los blaugranas aflojaban la soga atrás y eso permitió un pase largo de Iturraspe, balón que mata Ibai y bate al portero culé. Otro espejismo. Messi, que se quedó ayer a un gol de empatar los 65 en una temporada de Gerd `Torpedo' Müller, era asistido por primera vez en Liga por Xavi desde hacía 19 meses y se apuntaba el quinto. La manita. Como en el Bernabéu.

Con veinte minutos por delante, todo sobró. Los de Tito Vilanova se dejaron ir, los rojiblancos trataron de salvar la honrilla, y hasta el Camp Nou cayó en un letargo mayor al habitual. Hubo poco más que añadir, quizá la entrada de un San José que, como diría Bielsa, ameritó, y el buen tramo final de un Ibai que es el primer león que marca en el Camp Nou y el Bernabéu en la misma Liga desde Jabo Irureta en 1977.

Hay que pasar página, invitó Ander Herrera tras el 5-1. «El domingo nos jugamos la vida en San Mamés», asumió. Eso sí, será sin Iturraspe, que vio la quinta amarilla. En fin, el Barcelona, como el Reino de Dios, no es de este mundo. El Athletic sí, y sigue poniendo la otra mejilla.

Iraola, de dos a tres semanas de baja

«Rotura fibrilar de grado I en el bíceps femoral del muslo derecho», es el parte médico anunciado ayer por el club rojiblanco sobre la lesión sufrida por Andoni Iraola en el entrenamiento del pasado jueves. Se trata de la misma que padeció su compañero Aritz Aduriz en el cuadrangular de pretemporada en Polonia jugado en julio. Una lesión cuyo período de recuperación suele ser de unas dos a tres semanas, aunque en este caso el Athletic solo ha informado que el jugador será sometido a tratamiento de fisioterapia. Nuevo contratiempo para Marcelo Bielsa, que suma la baja de uno de sus capitanes a la de otro y en la zaga, Carlos Gurpegi, que incluso podría regresar a la par que Iraola o incluso antes. Por su parte, Iñigo Pérez, el tercer lesionado -el canterano Ruiz de Galarreta al margen-, sigue aumentando la carga de trabajo de forma progresiva para poder reincorporarse al grupo. La baja de Iraola ofrece una oportunidad inmejorable al joven Ramalho para aprovechar la oportunidad de entrar en el equipo. J.V.

«Nuestros ataques nunca prosperaban y cada pelota perdida creaba vértigo del rival»

Marcelo Bielsa tenía claro después del partido dónde estuvo la clave, no del 5-1, sino de no poder sostener el reto de jugarle al Barcelona. «Defendimos con agresividad, dimos buen destino a la pelota, pero la perdíamos luego sin llegar al ataque», y ahí, los blaugranas hacían mucho daño, mientras los rojiblancos trataban de recomponerse habiendo enviado muchos hombres arriba. En cualquier caso, el argentino no puso paños calientes a la abultada derrota ni a la superioridad sobre la hierba. «La diferencia es justificada, por lo cual contradecir lo que fue evidente no tendría sentido. Uno imagina que estábamos en condiciones de no estar tan lejos de esos dos equipos -por Barcelona y Madrid-. La Liga pasada lo hacía pensar, pero no sucedió».

El de Rosario insistió en que su equipo «no recuperó mal la pelota, tratamos de crecer en el campo sin perder la posesión, pero la gran diferencia es que nuestros ataques nunca prosperaban y cada pérdida de pelota era una sensación de vértigo ofensivo del rival. Y al atacar comprometíamos muchos jugadores y perdíamos la pelota con relativa facilidad». Bielsa apuntó a que el primer gol resultó clave porque, a partir de ahí, a partir «del más mínimo desliz», como señaló, «el partido empezó a tener desequilibrios, y desde ahí se hizo difícil neutralizar».

Por su parte, el técnico blaugrana, Tito Vilanova, quisó también elogiar a su rival, a pesar de la goleada: «El Athletic tiene una manera de jugar totalmente diferente al resto de los equipos, pero te lo hacen muy difícil. Aunque el resultado sea abultado, no es nunca un partido fácil». Sobre su equipo, el entrenador culé cree que si mantiene este nivel de juego, podrá perder partidos más adelante, «pero será más difícil».

Iker Muniain se quedó fuera por una tortícolis

Iker Munian se quedó finalmente fuera de la convocatoria, al presentar, según el parte médico facilitado por el club «una severa contractura muscular a nivel del músculo elevador de la escápula (tortícolis) que le produce importante impotencia funcional». El otro jugador de los 20 descartado por Marcelo Bielsa fue el central Aymeric Laporte. Sí se sentó en el banquillo el joven del filial Erik Moran, uno de los mejores en el partido del miércoles en Israel.

El Alevín C ganó ayer 0-31 y el Infantil A 18-0

El Alevín C que entrena Jonathan Cabanelas, y que marcha segundo de su grupo tras el Danok Bat, goleó ayer 0-31 a su rival. Por su parte, el Infantil A hizo lo propio en Lezama y ganó 18-0. Venció también el Juvenil Nacional, 5-1, al Romo, y el que perdió y en casa fue el cadete B, que iba primero, 0-1 ante el Retuerto, tercero.

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