A falta de la guinda del domingo, Asegarce ha cerrado un magnífico Cuatro y Medio. Uno de sus técnicos, Rubén Beloki, habla con GARA sobre este campeonato y la final.

¿Supongo que el balance de este Cuatro y Medio es inmejorable?

Meter dos pelotaris en la final para nosotros es importantísimo, sobre todo que uno de ellos sea Oinatz Bengoetxea, un pelotari que llevaba un tiempo sin estar en las finales individuales y que vuelve a a hacerlo, porque ha trabajado y ha entrenado muy bien.

Además partían en clara desventaja, con un solo cabeza de serie y ahora tienen tres para el año que viene...

La verdad es que el año pasado no nos fue tan bien, la gente ahora ha llegado en un gran momento, no ha habido problemas ni de lesiones ni de manos. Hemos tenido dos revelaciones: Pablo se ha metido ahí en las semifinales y ha explotado. Siempre ha estado ahí como alternativa al poder y ahora, con la edad que tiene, se ha metido. Oinatz Bengoetxea ha sido la sorpresa agradable del campeonato. Y de Aimar... ¡qué vamos a decir, es increíble!

Son rachas e indudablemente los chavales están entrenando bien, no tienen problemas físicos y se están haciendo las cosas bien. Pero bueno, siempre digo que hay que aprovechar ahora que estamos así, porque la otra empresa trabaja igual de bien pero esta vez nos ha tocado a nosotros. Indudablemente un poquito de suerte también hay que tener. Aimar lleva dos años con una gran carga de trabajo a un nivel increíble, y está aguantando ahí, Pablo Berasaluze tiene 35 años y ahora está en su mejor momento.

¿Y de Iker Arretxe?

También, también. Es un pelotari muy completo y competitivo siempre, pero entrar en semifinales es otra historia. Hemos metido a tres pelotaris en semifinales y dos en la final, pero yo destacaría que además el Cuatro y Medio, de cara a la gente, ha salido muy bien. Lo llevamos diciendo muchos años, pero es una distancia que cada vez engancha más al público.

Los partidos resultan más equilibrados e igualados.

Sí, porque al final en el mano a mano hay dos o tres pelotaris que pueden ganar la txapela y se queda en eso. Los partidos a veces se quedan descafeinados por la diferencia que hay entre unos y otros. Aunque para quienes nos ha gustado el mano a mano lo es todo, en el Cuatro y Medio hay ocho pelotaris que pueden ganarse unos a otros, y a la gente le encanta.

Oinatz Bengoetxea debutó con usted en primera y casi ganaron el Parejas.

En el 95, cuando era un pipiolo. Jugó conmigo recién debutado y casi quedamos campeones ante Irujo y Fernando Goñi. Son muchos recuerdos y ahora lo tengo aquí y yo encantado. Tengo un gran recuerdo de haber jugado con él y ahora muy contento de que esté en una final.

¿Y ahora cómo lo ve?

Está madurando muchísimo como pelotari, ha tenido un poco la mala suerte de encontrarse delante con dos monstruos como son Irujo y y Aimar Olaizola. Son difíciles de desbancar cualquiera de ellos, y está conviviendo con ellos. Parece que te eclipsan un poco, como pasaba con Indurain, Bugno y Chiapucci en sus tiempos. Es un gran pelotari y ahora tiene una ocasión de oro para demostrar que puede ganar una txapela.

¿Le sorprende que hasta ahora no haya entrado en semifinales de la jaula?

Eso le he dicho muchas veces: «Oye, tú, que yo he jugado dos semifinales del Cuatro y Medio y tú no has jugado ninguna todavía, y esto no puede ser». La verdad es que este año ha entrenado más, si cabe, y luego te tiene que acompañar un poco la suerte.

¿Y qué se puede decir de Aimar?

Aimar es otro mundo, es el Federer de la pelota. Está a un nivel impresionante. El otro día, sin hacer el mejor partido, sacó adelante un partido complicadísimo ante un Juan extraordinario. Poco se puede decir, está a un nivel estratosférico.

Siempre está donde tiene y como tiene que estar.

Siempre está, sabe sufrir, sabe pasar los malos tragos, siempre está a tope. Es superprofesional, es el primero para entrenar y el último que sale de la cancha. No puedo decir más que maravillas sobre él. Lo he tenido como contrario mucho tiempo y, ahora que a veces lo tengo bajo mis órdenes, es una pasada lo metódico y lo profesional que es.

¿Cómo ve la final?

A Oinatz le interesa una final un poco rápida y dinámica, que no sea muy peloteada ni larga, que el otro te aburre y te mata después con su técnica. Este frontón -el Ogeta- es muy rápido y por eso creo que va a ser una final quizá más rápida que la semifinal del otro día en Bilbo.

Oinatz decía el otro día que para jugar contra Aimar le viene mejor el frontón de Gasteiz que el de Bilbo. ¿Está de acuerdo?

Yo creo que sí, es un frontón más rápido y que le va mejor que el de Bilbo.