Algunas veces las jugadas después de tiempo muerto no salen, y en otras, la pizarra echa chispas de lo bien que resultan las jugadas planeadas. En un día extraño para Fotis Katsikaris -ya que regresaba a la cancha en la que debutaba como primer entrenador hace 19 años, en una jornada en la que se conocía el interés de las federaciones de Grecia y de Rusia para que el preparador ocupe el puesto de seleccionador de alguno de estos dos países-, una jugada tras tiempo muerto otorgaba una sufrida victoria a Bilbao Basket.

Por culpa de un pésimo tercer cuarto y un irregular partido de los hombres de negro, en el que Hamilton despertó solo al final, el Buducnost ganaba 66-65 a falta de 12 segundos, después de que Strahinja Milosevic anotara dos tiros libres. Katsikaris solicitó tiempo muerto e ideó la jugada; nada complicado, Raül López con el balón, un muy acertado Zisis como escolta, Mumbrú en la otra esquina en caso de doblar un pase para el triple, y Hamilton y Hervelle para bloquear arriba y cargar el rebote por si hiciera falta.

Con el temple que da la experiencia, Raül López dejó pasar varios segundos hasta que pidió el bloqueó de Hamilton. El de Vic penetró, y cuando llegaba bajo canasta, daba la asistencia para Hamilton, que anotaba y le sacaba además la falta a un Vitkovac que hizo mucho daño. El de Brooklyn clavó el tiro libre, poniendo el marcador 66-68 a cuatro segundos del final. Nikola Ivanovic buscó el triunfo con un triple, pero falló y Mumbrú cerraba el partido con el rebote.

No fue el mejor partido de Bilbao Basket, pero entre las 20 pérdidas montenegrinas y la última jugada diseñada por Katsikaris y ejecutada entre Raül López y Hamilton, ganaba y se aseguraba la primera plaza del grupo B a falta de una jornada.