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Juanjo Basterra | Periodista

¿Alguno más guarda en su colchón un lingote de oro?

Estos días atrás hemos visto la doble cara de los empresarios, o es solo una con muchos ojos y una boca. El expresidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, está entre rejas, aunque habrá que ver durante cuánto tiempo. Y los empresarios vascos, encabezados por su presidente de Confebask, imploraron, por otro lado, a los banqueros que les otorguen financiación para que las empresas sigan moviendo sus engranajes. Miguel Angel Lujua pasó de puntillas cuando le pidieron que hable de «Don Lingote de Oro», un ejemplo para los empresarios hasta hace cuatro días.

Algunos empresarios reclaman, con cierta razón, que no se les incluya a todos en el mismo saco de podredumbre. Estoy de acuerdo; pero, a la vez, creo que quienes muestran esas buenas intenciones deberían moverse de esa foto fija que imponen las patronales.

¿Por qué? Muy fácil, Confebask, Cebek, SEA y Adegi pertenecen a la CEOE, la patronal española, y muchos de sus dirigentes han compartido codo con codo las «lecciones» que Díaz Ferrán nos daba un día sí y otro también.

Fue el ariete contra las reivindicaciones de los trabajadores, pero pronto se comprobaron sus nefastas prácticas. Pedir que los trabajadores se bajen los salarios y que aumenten la jornada laboral es una ofensa contra la clase trabajadora, más cuando sinvergüenzas de ese calado llevan a la ruina a empresas y eluden sus obligaciones con operaciones fraudulentas y con testaferros de por medio.

Llevo escuchando a los empresarios vascos que no les llega financiación de los bancos desde hace muchísimos meses. Sin embargo, en vez de poner todo su esfuerzo en este gravísimo problema, fijan su acción en el despido de trabajadores, en la reclamación de que les bajen los impuestos y cotizaciones sociales para descuartizar la Seguridad Social. Mientras ocurre así, el Banco de España confirma que las empresas no financieras han ganado más en estos cinco años de crisis que en los anteriores de bonanza. Mientras que a los trabajadores les toca el paro y la pobreza. Vaya, vaya.

Desde que escuché lo del lingote de oro -que tiene un valor de 62.000 euros- me pregunto: ¿Alguno más guarda en su colchón algún lingote? Por saber.

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