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«El hobbit: Un viaje inesperado» abre la nueva trilogía Tolkien de Peter Jackson

La larga espera ha merecido la pena, porque al final «El hobbit» de Tolkien ha recaído en las mejores manos posibles, las de Peter Jackson, que nos tendrá ocupados durante los tres próximos años con una nueva trilogía que espera continuar el éxito de «El señor de los anillos». «Un viaje inesperado», que llega hoy a las salas comericales, es la primera entrega, y su acción arranca 60 años antes de la anterior trilogía, con un joven Bilbo interpretado por Martin Freeman.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

John Ronald Reuel Tolkien publicó «El hobbit» en 1937, por lo que han tenido que pasar la friolera de 75 años para que conozca una adaptación a su altura creativa en el cine. La dificultad propia del proyecto, sumada a la pelea por los derechos, ha hecho que llegue a las pantallas después de su famosa secuela literaria de «El señor de los anillos». La alteración cinematográfica con respecto al orden en la cronología de las ediciones de los textos originales permite a Peter Jackson, en cuanto artífice de las dos trilogías fílmicas, presentar «El hobbit» como si se tratara de una precuela. Y así se toma la licencia de hacer que convivan en un mismo plano ficticio el joven Bilbo y el viejo, en las respectivas interpretaciones de los actores ingleses Martin Freeman e Ian Holm. El protagonista ahora puede recordar lo ocurrido sesenta años antes, cuando vivió su primera gran aventura y conoció a Gollum.

La conexión entre ambas trilogías parece evidente, pero para el cineasta neozelandés, por extraño que resulte, no ha sido nada sencillo llegar a dirigir «El hobbit». Siempre tuvo en mente hacerlo, y a mediados de los noventa su idea era hacer una única trilogía con las dos obras. No pudo acceder a los derechos de «El hobbit», lo que le obligó a optar por «El señor de los anillos». El multimillonario éxito de esta primera trilogía le convertía automáticamente en el candidato ideal para un proyecto Hobbit, pero los constantes problemas de producción fueron provocando la demora.

En el 2005, dos años después del estreno de la tercera y última parte de «El señor de los anillos», Peter Jackson demandó a la compañía New Line por no querer repartir los beneficios obtenidos en taquilla, según lo acordado. Acabó ganando el juicio y recibiendo una indemnización de 125.000 dólares, pero con el consiguiente deterioro de las relaciones entre el estudio y el cineasta. El neozelandés quedaría relegado a supervisor de la producción, mientras que de la realización se ocuparía su amigo Guillermo del Toro.

Los planes de rodaje organizados por el cineasta mexicano se vieron retrasados después, debido a la quiebra de la Metro, compañía distribuidora de la película (todavía no se hablaba de dos o tres entregas). Tras dos años de preparación del Toro se cansó de esperar y renunció, porque no estaba dispuesto a residir en Nueva Zelanda sin fecha de regreso a casa. Fue el momento más crítico de la producción, llegándose a barajar como posibles sustitutos los nombres de Brett Ratner o Peter Yates.

Los respectivos nuevos propietarios de New Line y MGM necesitaban a Jackson para salir del atolladero y no perder el dinero invertido, por lo que definitivamente se impuso la lógica y el neozelandés firmó un contrato para rodar lo que en principio se suponía que iba a ser un díptico.

A la hora de la verdad, Jackson y sus habituales colaboradoras Fran Walsh y Philippa Boyens han quedado tan contentos con el material filmado que lo han convertido en la sala de montaje en una nueva trilogía, no sin antes escribir y rodar escenas adicionales para las que hubo que pactar nuevas condiciones contractuales con los equipos técnico y artístico. Previamente, los sindicatos neozelandeses habían anunciado un plante, pero se echaron atrás cuando Jackson amenazó con llevarse el rodaje al Este de Europa. El conflicto se solucionó de inmediato con la intervención del Gobierno, ya que se calcula que la trilogía de «El señor de los anillos» ha reportado a las arcas neozelandesas unos 200.000 millones de dólares, principalmente a través de la promoción turística de la que los fans de Tolkien consideran su Tierra Media.

El último escollo lo representa el revolucionario sistema de proyección en 3D a 48 FPS (fotogramas por segundo), una velocidad doble de la normal. Solo se podrá ver en contadas salas.

«El señor de los anillos», una saga trascendental

Del 200o al 2003 los aficionados al fantástico pudimos vivir una de las experiencias más trascendentales en la historia del cine, un arte que gracias a Peter Jackson ya no volverá a ser lo mismo. Con la trilogía de «El señor de los anillos» el cineasta neozelandés llevó la narrativa de aventuras a unos niveles que ni el propio J. R. R. Tolkien habría podido imaginar, máxime teniendo en cuenta las dificultades que han rodeado siempre a la adaptación de su obra. Las tres películas recaudaron un total de casi tres mil millones de dólares, consiguiendo acumular 17 premios Óscar, en un récord sin precedentes. Todo es poco para reconocer a una creación trufada de aciertos, como el de la caracterización de Gollum a cargo de Andy Serkis, desde entonces el actor más especializado en la nueva técnica de captura de movimiento. Tampoco se puede olvidar el gran hallazgo que supuso Elijah Wood para el papel protagónico de Frodo, dentro de un casting perfecto en su conjunto. El diseño de producción debe mucho al precedente animado de Ralph Bakshi, incompleto pero genial. M.I.

Jackson: «la experiencia visual es más táctil»

«No espero los mismos óscares que con la saga de `El señor de los anillos' (le ha reportado 17) porque esta es una película más ligera. Aparte, claro, de las categorías técnicas. En esas, seguramente estaremos en la carrera», explicó el director, productor y guionista Peter Jackson en una entrevista con Efe en Londres, previa al estreno ayer de la película. «El hobbit» es una apuesta personal de Jackson tanto en el plano artístico como en el técnico: el cineasta ha rodado por vez primera un largometraje en 48 fotogramas por segundo, en lugar de los 24 habituales, una técnica que dota a la imagen de una textura distinta y que ha creado controversia en el mundo del cine. «Quería probar, hacer un test para ver cómo responde la audiencia. Creo que rodar a 48 fotogramas por segundo es el mejor modo de ver las películas en tres dimensiones. La experiencia visual va un paso más allá, es más táctil, te introduce en la pantalla».

El actor Ian McKellen, que vuelve a encarnar al mago Gandalf, comparte el entusiasmo del director: «Es la primera vez que se hace cine de esta forma. Esta película estará en los libros de historia». G. Ximenis-Efe.

EN CATALÁN

«El Hobbit: un viaje inesperado» se estrenará hoy con 34 copias en catalán, al ser doblada con el apoyo de la Dirección General de Política Lingüística de la Generalitat. En euskara, de momento nada.

Estreno

Dirección: Peter Jackson.

Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson y Guillermo del Toro, sobre la obra de J.R.R. Tolkien.

Intérpretes: Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Andy Serkis, Hugo Weaving.

País: EEUU., 2012

Duración: 166 minutos.

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