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HOMENAJE A TXOMIN ZILUAGA

Un comunista y abertzale que aportó al proceso de liberación

Cientos de mujeres y hombres se dieron cita ayer al mediodía en el Paraninfo de la UPV-EHU en Bilbo para participar en el homenaje que la izquierda abertzale brindó al que ha sido uno de sus dirigentes, Txomin Ziluaga. En cerca de dos horas, muchos de los que le conocieron glosaron la figura de un comunista y abertzale que luchó por la liberación de los sometidos.

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Agustín GOIKOETXEA

Desde los primeros bertsos de Xabier Amuriza hasta las últimas palabras de Joseba Álvarez, se repasó la trayectoria vital de quien fue secretario general de HASI y fundador de Herri Batasuna, donde formó parte de su Mesa Nacional y ocupó diferentes cargos institucionales. Posteriormente, como militante referencial, ayudó a impulsar el último cambio estratégico dado por la izquierda abertzale.

El abogado Miguel Castells -que tomó la palabra arropado por una veintena de personas que estuvieron encarceladas en Burgos, Zamora y Segovia- destacó su entrega militante. «Txomin vive porque el Pueblo Vasco vive y lucha por su libertad», exclamó, desatando los primeros aplausos.

A partir de ahí se sucedieron reflexiones y mensajes,entre otros, Juan Karlos Ioldi, que le conoció al ser presentado como candidato a lehendakari en 1986 cuando estaba preso en Herrera de la Mancha; o el refugiado Alfonso Etxegarai desde Santo Tomé, al que luego se sumarían los exiliados vascos en Cuba; Carlos Fonseca, del FSLN; Doris Benegas, desde Castilla; o el FPLP y compañeros catalanes.

También tuvo protagonismo el veterano luchador Periko Solabarria, a quien el propio homenajeado había definido como «ejemplo de la anticorrupción» al ser elegido diputado español por HB cuando era peón en la construcción del puente de Rontegi, que le regaló en su última intervención sus lágrimas a él y a su familia, totalmente compungido por la pérdida de un amigo y compañero en el combate por un mundo mejor. Antes, dio lectura a una carta de otro referente de la izquierda independentista, Arnaldo Otegi, que desde la cárcel de Logroño dijo que el fallecido el 24 de octubre pasado en Ibarrangelu «era un militante comunista, un gran abertzale, no fue perfecto, pero para mí fue un ejemplo y un maestro».

Fue Otegi el que primero apuntó la aportación teórica y práctica del homenajeado. «Jamás le oí alzar la voz en los debates, ni explicitar sus críticas en público si con ello podía dañar a la izquierda abertzale y siempre se mantuvo en primera línea», rememoró. El de Elgoibar añadió en su misiva leída por Solabarria que, si se le pregunta cómo le gustaría que fueran los militantes de Sortu, les respondería que «sean como Txomin Ziluaga y otros que nos precedieron y nos abandonaron a la fuerza en este combate por la libertad y el socialismo».

Al escenario subieron después personas vinculadas a la emblemática lucha obrera de Bandas o contra la central de Lemoiz, que cedieron la palabra a la diputada de Amaiur Maite Aristegi y a José Antonio Torre Altonaga, que le definió como «un gran maestro». Aristegi destacó que «ahora que la soberanía de los pueblos y los estados se derrite ante la dictadura de los poderes económicos, cuando cada día con total desvergüenza se evidencia que les importa cada vez menos las personas, tu mensaje vital tiene más actualidad que nunca». «Ha cambiado junto a otros luchadores este pequeño gran mundo», enfatizó.

Alex Ugalde profundizó en su internacionalismo, con una estrecha relación con Nicaragua, y Alfonso Sastre dijo que era «enemigo del sectarismo», «un hombre modesto y grande».

«Es hora de cerrar heridas»

En nombre de quienes militaron con él en HASI, Edurne Brouard e Iñaki Ruiz de Pinedo definieron a su compañero como «militante de la unidad», incidiendo en su aportación para hacer de KAS un motor del cambio revolucionario. «Organizar para unir fuerza», apuntaron, antes de explicitar que «fue su vida», en la que tuvo alegrías como la creación de Jarrai.

No pasaron por alto el «profundo dolor» que le causó la crisis del III Congreso de HASI, en Zestoa, que supuso la exclusión de buena parte de la militancia del partido que lideraba Ziluaga. «Asumimos errores del proceso», fueron diciendo, «sin rencor ni arrepentimiento, es hora de cerrar heridas», remarcaron, antes dejar sentado, con contundencia, que son parte integrante de la izquierda abertzale y de sus alianzas.

Joseba Álvarez destacó su figura como militante que vio cómo compañeros como Argala, Brouard o Muguruza caían víctimas de la guerra sucia. Tampoco perdió la ocasión de recordar las aportaciones teóricas en KAS, sobre muchas de las cuales se está debatiendo en este momento «Nuestro mejor homenaje será lograr la independencia y el socialismo», resaltó.

 

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