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Las piezas que Balenciaga se negó a vender vuelven a Getaria

El museo Cristobal Balenciaga de Getaria ha recibido 82 nuevas piezas donadas por el Gobierno de Lakua. Son vestidos, abrigos, chaquetas, blusas... realizadas en los años 40, 50 y 60, y que nunca se pusieron a la venta. Únicamente fueron vestidas por las modelos el día de su presentación. Las primeras se mostrarán al público a partir de mayo.
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Ane ARRUTI | GETARIA

Fueron tres décadas en las que Cristobal Balenciaga «exploró innovaciones tanto en la forma, los tejidos y la volumetría», señaló Javier González de Durana, el director del museo Cristobal Balenciaga. 82 piezas de aquella época, propiedad del Gobierno de Lakua, llegan ahora al museo de Getaria donadas para seis años prorrogables, aseguraron ayer ambas partes.

González de Durana manifestó que es un regalo excepcional por dos motivos: por una parte, porque viene a completar algunas «carencias» que tenía la colección que disponen; y, por otra, porque algunas de estas piezas son, por tipología o por la época en la que fueron confeccionadas, muy difíciles de encontrar en el mercado, y, aunque las encontraran, «nos sería imposible pagarlas en estos tiempos de estrecheces».

Estas piezas, tasadas ahora en 380.000 euros, nunca fueron compradas por particulares. Únicamente las vistieron las modelos que las estrenaron, porque Balenciaga renunció a venderlas. De las manos del getariarra pasaron a las de Ramón Esparza, estrecho colaborador del modisto, y este último donó estas piezas únicas al Gobierno de Lakua en 1988.

La colección ya estuvo antes en Getaria pero, debido a los acontecimientos y procesos judiciales -todavía abiertos- con los que se vio salpicado el museo y el ex alcalde de la localidad guipuzcoana Mariano Camio, el Ejecutivo de Gasteiz, con Miren Azkarate al frente del Departamento de Cultura, decidió trasladar estas piezas al museo de Bellas Artes de Bilbo, donde han permanecido hasta ahora.

Esta donación «es además el carpetazo definitivo de un episodio desgraciado que empañó el nombre del museo en sus orígines y que nunca tenía que haber ocurrido», señaló al respecto Ikerne Badiola, diputada de Cultura y presidenta de la Fundación Balenciaga.

Muestra heterogénea

En la recopilación se incluyen diez abrigos, una treintena de conjuntos de día, cinco vestidos de cóctel, una decena de vestidos de noche, nueve blusas, cuatro chaquetas y otras piezas como boleros o capas.

Los responsables del museo destacaron varias piezas, como el vestido de noche con bajo asimétrico en raso de shantung color jengibre, con bordado en hilo y lentejuelas de plata del año 1957, el vestido de noche bordado con piedras y lentejuelas esmeralda y topacio de 1962 o el abrigo de lana negro con los cantos frontales redondeados y cierre con botón de azabache de 1966.

Todas las piezas han sido de nuevo inventariadas porque los listados anteriores no coincidían ni eran fiables. Además, las condiciones de conservación y el no ser nunca vendidas han propiciado que todas se encuentren en perfecto estado. Completan así una colección de 1.300 piezas «que sigue en aumento», provenientes en su mayoría de ilustres personalidades.

Algunos de los 82 trajes han sido expuestos en el Palacio de Bellas Artes de Madrid en 1974, el Palacio Miramar de Donostia en 1987, recientemente en el museo de Bellas Artes de Bilbo en 2010 y en la Young Fine Arts Museum de San Francisco en 2011. El hasta ahora viceconsejero de Cultura, Antonio Rivera, manifestó que las piezas han regresado «al lugar en el que tienen que estar».

Según adelantaron, las nuevas adquisiciones no se van a mostrar en una única exposición, sino que se exhibirán de manera rotatoria dentro de la muestra permanente del museo, por lo que las primeras piezas se podrán ver a partir del próximo mes de mayo.

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