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Obama pide propuestas concretas sobre el control de armas para enero

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió ayer a su gabinete propuestas concretas sobre el control de armas que quiere presentar para enero de 2013, al estimar que EEUU tiene «la obligación» de actuar después de la matanza de Newtown, en la que murieron 28 personas, 20 de ellas niños de una escuela de Primaria. El vicepresidente, Joe Biden, será el encargado de coordinar este trabajo.

GARA | WASHINGTON

«Espero que no tengamos la memoria corta, que no nos olvidemos de lo que ha pasado en Newtown y que sigamos motivados par hacer avanzar este tema en un mes», afirmó en una rueda de prensa el presidente estadounidense, Barack Obama.

Obama ha designado al vicepresidente, Joe Biden, para que dirija un grupo de trabajo encargado de elaborar estas propuestas y presentar las recomendaciones de aquí a enero.

«El hecho de que el problema sea complejo no puede ser una excusa para no hacer nada. Por eso he pedido al vicepresidente que actúe con los miembros del gabinete y varias organizaciones para elaborar propuestas concretas de aquí a enero, propuestas que apoyaré sin demora», añadió Obama, que durante su primer mandato se ha mostrado bastante tibio sobre este tema, en el que numerosos estadounidenses esgrimen apasionadamente la segunda enmienda de la Constitución que recoge el derecho a llevar armas

Ahora Obama retoma el plan de renovar la reglamentación que limita las armas de asalto aprobada en 1994 bajo el mandato de Bill Clinton pero que expiró diez años después. La conmoción provocada por la tragedia de Newtown podría hacerle ir más lejos.

El grupo de trabajo al que ha encargado elaborar propuestas examinará probablemente la regulación de la venta de fusiles de asalto y de cargadores de gran capacidad. También trabajará en torno a políticas relacionadas con la salud mental y la violencia en la cultura popular.

«Hoy tengo más confianza en los padres, los padres y madres que conocí en los últimos días en todo el país, de todas las tendencias políticas, muchos de los cuales tenían armas y me dicen que esta vez las cosas tienen que ser diferentes», añadió.

Primeras iniciativas

La senadora demócrata Dianne Feinstein ha sido la primera en actuar con el proyecto de ley para prohibir las armas de asalto. La líder demócrata en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, también dio su respaldo y pidió que se vote la prohibición la venta de cargadores de alta capacidad antes del sábado. «Lo que necesitamos no son más palabras sino acciones», dijo Pelosi.

El senador demócrata por Virginia Occidental, Jay Rockefeller, por su parte, ha presentado una medida que exige un estudio sobre el impacto de los videojuegos violentos en los niños.

El fiscal general, Eric Holder, abiertamente defensor de volver a prohibir la venta de fusiles semiautomáticos, reconoció que «es necesario hacer más» y propuso fortalecer la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos. La senadora demócrata Barbara Boxer también ha presentado dos proyectos de ley dirigidos a mejorar la seguridad en las escuelas.

Pero quien parece inagotable en esta lucha es el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg. Envía tweets, mantiene conversaciones, cursa peticiones, y pide a gritos que el presidente actúe y lo convierta en su prioridad. Bloomberg, multimillonario que no duda en apoyar las causas en las que cree con su propio dinero, siempre ha sido un firme defensor de una regulación más estricta de las armas.

Con cada tiroteo mortal entra en cólera y denuncia «la epidemia de la violencia armada» y espera que Newtown suponga un «punto de inflexión», a pesar de que la división en el Congreso entre demócratas y republicanos resulte poco favorable.

La guerra, el individualismo y la desconfianza en el Estado

«No se dejar de hablar de las armas en las canciones, en la televisión el cine o en los videojuegos. Las armas están en todas partes», afirma Jimmy Taylor, profesor de sociología en la Universidad de Ohio. «También está la Segunda Enmienda que protege el derecho a tener armas». añade Jeffrey Reiman, profesor en la Universidad Americana en Washington «y se interpreta de manera más amplia, como el derecho a llevarlas encima». Además de una fuerte tradición de caza, «la cultura de las armas es una especie de apego histórico», explica Robert Spitzer, autor de un libro sobre el tema. «Es la historia de cómo Estados Unidos derrotó a Gran Bretaña» en la Guerra de la Independencia, la historia de hombres comunes y corrientes que recibieron sus armas, abrazaron a su esposa y se fueron a servir en el Ejército de George Washington». «Hay americanos que siguen viviendo en esta tradición y creen que tener un arma es defender su libertad. Son por lo general personas que desconfían del gobierno. También es parte del individualismo profundamente arraigado en Estados Unidos», indica Spitzer. Jenny Carlson, profesora de sociología en la Universidad de Berkeley añade que «también responde a los problemas del crimen y los recortes en servicios públicos como la policía». «Las armas ayudan a los estadounidenses a sentirse más protegidos y desde ese punto de vista, prohibirlas recaería en su última línea de defensa contra el crimen», afirma. En Newtown, Andrew, de 72 años, defiende «el derecho dado por Dios para defenderme». El martes, un niño de 11 años fue arrestado en Kearns (Utah) tras llevar un arma a la escuela. Dijo a la policía que quería protegerse en caso de un ataque similar a Newtown. GARA

 
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