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Aymeric Laporte, con muchos clubes tras él, quería dar el salto al primer equipo esta temporada o irse

León a la carrera

En Lezama dudaban de que sus intenciones futuras pasaran por el Athletic.

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Joseba VIVANCO

Su comida preferida es la pasta; Andernos-les-Bains, en la región de Aquitania, es su ciudad favorita; el reggaeton del portorriqueño Don Omar está entre su música de cabecera; cursa estudios en el Liceo francés de la capital bilbaina, pero no es buen estudiante; suspendió semanas atrás el examen de conducir; no tiene ídolos en el fútbol, le ha impresionado el culé Gerard Deulofeu... y su equipo del corazón es el Girondins de Burdeos. Es Aymeric Laporte, el sorprendente nuevo león, por sus argumentos futbolísticos, pero también por la rapidez de su salto.

En apenas un mes la situación profesional de este joven de 18 años ha dado un cambio radical: del Basconia a que el club de Ibaigane decidiera atarle hasta 2015, dándole número de la primera plantilla y con una cláusula de 18 millones de euros.

En febrero de 2009, el Athletic ojea al jugador de Agen en un amistoso Euskadi-Aquitania en Bilbo. Tenía 15 años y el Athletic le convence para que ese verano entre a formar parte del Aviron de Baiona, convenido de los rojiblancos, ante el interés despertado por el Olympique de Marsella o el Toulouse. Un primer año difícil, lejos de la familia, llamando a casa todos los días, que Aymeric superó, hasta que en el verano de 2010, con 16 años, se incorpora a Lezama.

En Bilbo llegó a recibirle el extécnico rojiblanco Luis Fernández, con quien mantiene contacto de manera regular y de quien recibe consejos. El 26 de enero de 2011 Joaquín Caparrós le hacía jugar 45 minutos con el primer equipo en un amistoso ante el Zalla. Pocos días después, el día 31, rubrica su primer contrato profesional con el Athletic. Tenía 16 años y ocho meses. Poco más se supo, puertas afuera de Lezama, más allá de sus presencias internacionales con las categorías inferiores francesas, después de que rechazara ser convocado por la española, que le llegó a tantear. Capitán de la sub´19 bleu, con la que este año disputó el Campeonato Mundial en México, espera participar en el Europeo de la categoría el próximo verano en Lituania.

Más allá de sus demostradas dotes como central, fuerte, de gran zurda y sobrio por arriba, detrás de ese repentino salto al primer equipo para quedarse y competir con los Amorebieta, Ekiza, San José y Gurpegi -no puede volver a jugar en los filiales-, hay también una maniobra obligada de los responsables de Lezama para atar a un chaval del que muchos dudaban hasta no hace nada de que su futuro estuviera en el Athletic. La pregunta es si se sigue dudando.

«Es gabacho», comentaba sobre él hace unos meses una persona ligada a la cantera, no en tono despectivo, sino sintetizando las serias dudas que había en el club sobre la fidelidad del jugador y sus aspiraciones futuras. Una opinión generalizada en Lezama, y esta decisión de darle carta de león se antoja como un intento de reconducir la situación. Solo hay que seguir las declaraciones que Laporte ha hecho en medios franceses en los últimos tiempos para comprender quizá el desarrollo de los acontecimientos.

Declaraciones recientes

En abril de 2012, en afirmaciones al diario ``Sudouest'', revelaba que su primer contrato en 2011 respondió a dos razones: «Porque fui cortejado por equipos ingleses, españoles, pero también franceses, y porque tenían un proyecto real para mí, estar en el primer equipo en dos años». En esa misma entrevista de abril, Laporte confiaba en hacer la pretemporada con el primer equipo. «Si no se me incluye en el equipo el año que viene, voy a tener que tomar decisiones sobre mi futuro», revelaba. «He recibido ofertas de muchos clubes europeos más importante. Pero no lo tomé en consideración, estoy en Bilbao. Aquí hay un público entusiasta que vive el fútbol y hoy día lo más importante es jugar», añadía.

En el mismo ``Sudouest'' era entrevistado de nuevo en noviembre pasado y Aymeric, que había entrenado ya con Bielsa en varias sesiones, afirmaba: «El objetivo de aquí a final de temporada es intentar entrar con ellos en el campeonato, acumular tiempo de juego y conseguirlo poco a poco» y eso que confesaba que en pretemporada no estaba muy confiado. «Creo que cuando un jugador está a su mejor nivel, hay que darle una oportunidad», defendía.

Era cuestionado por la finalización de su contrato en 2014, a lo que el jugador contestaba: «No sé si cuentan conmigo en Bilbao. Creo que sí. Pero si no lo hacen por la razón que sea, habrá que valorar una posible salida. Por el momento, no tengo la cabeza en eso. Espero poder demostrar lo que tengo que demostrar aquí porque el club me ha ofrecido mucho y me ha abierto las puertas del equipo de Francia».

También en noviembre, la web footmercato.net entrevistaba al jugador. «Este año no aspiro a ser titular en el primer equipo, solo hacer apariciones y convertirme en habitual. Después, a final de temporada habrá conversaciones para saber qué me proponen y entonces decidiremos que hacer», aseguraba el de Agen, que reiteraba su gusto por el fútbol de la Liga española, aunque «no hay ninguna cruz sobre ningún país». Y admitía, a renglón seguido: «Sí, diversos clubes franceses me han contactado, pero mejor no cito los nombres».

Las metas del chaval y su debut con nota alta parecen haber precipitado los planes del Athletic. Atado ya hasta 2015, ¿se habrá disipado la duda en Lezama sobre su futuro más allá de esa fecha? El tiempo lo dirá.

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