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Iñaki IRIONDO

El estilo Mourinho

 

El entrenador del Real Madrid, José Mourinho, nunca es culpable de lo que hace mal su equipo. Si no es el árbitro, es el estado del terreno, o el calendario, o los horarios... Y, si no hay otro pretexto, malmete entre sus propios jugadores. Los entendidos del fútbol suelen responder que un club con la historia, el poder y el presupuesto del Real Madrid no debe andar poniendo excusas. Algo así les ocurre al PNV y al lehendakari, Iñigo Urkullu.

El EBB decidió en su día gobernar en solitario y en minoría. Ellos sabrán por qué. Se justifican diciendo que EH Bildu y PSE, paralizados por el resultado electoral, no habían querido el acuerdo. Lo cierto es que nadie vio en el PNV verdadera intención de buscarlo. La historia de la constitución de gobiernos de la CAV está llena de difíciles negociaciones e incluso de cambios de pareja cuando las conversaciones se atascaban. Urkullu no puso en marcha ningún proceso de estas características.

Ahora el lehendakari culpa a PSE y EH Bildu de generar incertidumbre presupuestaria por haber llegado a un acuerdo para aprobar las cuentas de Gipuzkoa, y por presentar enmiendas a la totalidad en Araba y Bizkaia. Resulta chocante y contradictorio pero, sobre todo, suena a intento de echar balones fuera.

Lo que ha quebrado la paz presupuestaria es que el PNV ha roto en Araba su compromiso libremente adquirido de «no impedir» que cada institución apruebe sus presupuestos. Ha salvado el formalismo de no votar a favor de la devolución de las cuentas, pero el efecto final es el mismo. Como en el caso de gobernar en solitario, el PNV sabrá por qué ha decidido añadir pimienta a la situación. Quizá lo ha hecho para alejarse del PP y así acercarse a algún otro, sabedores de que los diez votos de Basagoiti no garantizan suficiente apoyo en el Parlamento. El tiempo dirá si aciertan o al final quedan en fuera de juego. Pero la jugada de pizarra la ha dibujado el PNV. No miren al linier.

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