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Un lastre que le lleva de nuevo a puestos de descenso

El peor bagaje casero de la historia

Los rojillos solo llevan ganados dos encuentros en El Sadar, además de otros tres empates, una escasa suma de puntos que nunca se había dado después de disputar nueve partidos en el feudo iruindarra. Los goles a favor -ocho- también es una de las cifras más bajas.

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Natxo MATXIN

El enemigo está en casa. La tradicional fortaleza casera rojilla -socorrido tópico en muchas ocasiones- cada vez lo es menos. El mejor ejemplo, lo que se lleva de la presente temporada. Los números arrojan un dato demoledor y que hace abrigar pocas esperanzas: disputados nueve encuentros en El Sadar, estamos ante el peor bagaje casero en la historia de Osasuna.

Los de Mendilibar solo han ganado dos encuentros en su propio campo -más tres empatados- y ambos sin excesiva claridad. La goleada frente al Levante llegó en los últimos minutos -las tres últimas dianas se anotaron a partir del minuto 82- y todo el mundo recuerda, por lo reciente, cómo se produjo la última victoria en el feudo iruindarra, contra el Rayo, en un encuentro en el que los vallecanos causaron muchos problemas.

Lo cierto es que, pese a que desde el vestuario rojillo son continuas las declaraciones en las que se apunta a los encuentros caseros como factor clave para salir de la complicada situación clasificatoria, lo cierto es que el equipo no termina de carburar en su propio estadio. Lo confirman los escasos puntos obtenidos, comparados con anteriores temporadas.

Únicamente hay dos recientes precedentes similares a la actual situación. La primera campaña de José Antonio Camacho en la que la escuadra navarra estuvo al borde del descenso y la del regreso a Primera de la mano de Miguel Ángel Lotina, con una plantilla muy justita. Aún y todo, en ambas Osasuna había conseguido sumar un empate más en esos nueve encuentros disputados.

Ni siquiera rebuscando en los años ochenta o en anteriores participaciones de Osasuna en la máxima categoría se encuentra un precedente tan pobre como anfitriones. Como mínimo, a estas alturas de campeonato, el cuadro rojillo ya había obtenido tres victorias y la media se podría situar en los cinco triunfos, algo más de la mitad de los jugados.

La 2005-06, la antítesis

La 2005-06, la ejemplar campaña en que el conjunto entonces dirigido por Javier Aguirre finalizó cuarto, vuelve a ser la antítesis de la actual situación y la que mejores números históricos aporta, una vez más. Por aquel entonces, Osasuna firmaba un pleno en victorias caseras, nueve de nueve, con 18 goles a favor y 6 en contra, lejos de los ocho y siete del momento.

La segunda temporada que mejores datos como anfitriones arroja una vez jugados nueve partidos en El Sadar es la 1990-91, con siete triunfos y dos empates, además de encajar solo tres goles a esas alturas del año. Osasuna tendrá que acercarse a esas cifras a la mayor brevedad posible si no quiere ver en serio peligro su permanencia.

Solo un punto más que en la primera campaña de Camacho

Entre los dos puntos birlados por el auxiliar de José Antonio Teixeira Vitienes en Getafe y los tres que dejó de sumar de manera merecida ante el Granada, Osasuna ha quedado en una situación muy delicada, con 14 puntos, muy lejos de los 19 posibles con los que podía haber finalizado el año.

Una cifra paupérrima que hace retrotraerse a bien cercanos episodios en los que la escuadra navarra tuvo que jugársela ante los grandes en las dos últimas jornadas ligueras, consiguiendo sendas victorias, algo que difícilmente volverá a repetirse. De hecho, esos raquíticos 14 puntos solo suponen uno más con respecto a los 13 que llevaba a estas alturas de temporada José Antonio Camacho en su primera temporada como técnico rojillo, y con los que se quedó al finalizar la primera vuelta de la 2008-09.

Algo parecido podría ocurrir en la presente campaña, dado que los dos compromisos que le restan a la escuadra rojilla para concluir la mitad del torneo liguero no son nada fáciles y muy bien podría acabar de vacío en ambos compromisos. El primero frente a un Sevilla muy comprometido -19 puntos-, con su preparador, Míchel, en la cuerda floja y un entorno muy enfadado con la gestión de Del Nido. El segundo ante un Real Madrid también convulso, pero al que le sobra calidad para matar a sus rivales en un abrir y cerrar de ojos.

La derrota ante el Granada y, sobre todo, la pobre imagen y amargas sensaciones que ha dejado van a traer consigo que el club rojillo haga un esfuerzo extra en el mercado invernal e incorpore a algún jugador. N.M.

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