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Negociaciones «in extremis» para evitar el abismo fiscal en EEUU

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, alertó a los republicanos de las graves consecuencias del abismo fiscal, mientras se seguía negociando «in extremis». El Senado y la Cámara de Representantes mantuvieron ayer sesiones especiales para lograr un acuerdo que evite la subida de impuestos y la pérdida de beneficios sociales. El senador republicano Lindsey Graham dio por hecho un pacto.

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El presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió ayer de las graves consecuencias del abismo fiscal, entre ellas, «una reacción adversa» de los mercados. Hoy vence el límite para que demócratas y republicanos logren un acuerdo que evite una subida de impuestos y la pérdida de derechos sociales.

De no lograrse el esperado pacto, prometió que la primera ley que se tramitará en el Congreso será una para rebajar los impuestos a la clase media.

«Nuestra máxima prioridad es garantizar que no suban los impuestos de la clase media. Ello provocaría graves perjuicios para nuestra economía», remarcó en una entrevista grabada el sábado y emitida ayer en el programa televisivo Meet the Press de la NBC. «Podemos hacerlo. Tanto los demócratas como los republicanos dicen que no quieren que suban los impuestos para las familias de clase media. Es algo en lo que todos estamos de acuerdo. Si podemos hacerlo, reduciremos en gran parte el abismo fiscal. Evitaríamos sus peores consecuencias», aseguró.

Obama culpó de la actual situación a la intransigencia de los republicanos. «Dicen que su prioridad es intentar tratar seriamente el déficit, pero la manera en que se comportan parece demostrar que su única prioridad es lograr que las ventajas fiscales de los estadounidenses más ricos sean protegidas», manifestó.

Los expertos coinciden en que los 500.000 millones de dólares de alza de impuestos a partir de mañana si antes no se llega a un acuerdo ahogarían la recuperación de la economía estadounidense y harían que el país entre de nuevo en recesión, desperdigando malas noticias para la economía mundial.

Asesores de los líderes de ambos partidos en el Senado, controlado por los demócratas, trabajaron febrilmente el sábado a puertas cerradas para diseñar un plan aceptable tanto para el Partido Demócrata como para los republicanos, mayoría en la Cámara de Representantes.

El Senado y la Cámara de Representantes tenían previsto reunirse ayer por la tarde. No se esperaba una votación antes de las 0.30 (hora de Euskal Herria).

El presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano John Boehner, instó a Obama a que «lidere» en las negociaciones, en vez de «echar culpa» a su partido por la falta de avances. El legislador republicano de Ohio defendió las propuestas de su partido para reducir el déficit y se quejó de que Obama insiste en un paquete de mayores impuestos, «que destruirían empleos».

El senador republicano por Carolina del Sur, Lindsey Graham, consideró en declaraciones a la Fox que las posibilidades de alcanzar un acuerdo eran «extraordinariamente buenas».

Obama reitera que la reforma migratoria es una prioridad

En la entrevista concedida al programa Meet the Press de la cadena NBC, el presidente Barack Obama reiteró su compromiso de impulsar una reforma migratoria en el primer año de su segundo y último mandato, al insistir en que esta figura entre las principales prioridades de su agenda de Gobierno. «He dicho que corregir nuestro maltrecho sistema de inmigración es una máxima prioridad. Presentaré una legislación en el primer año para lograr dicha reforma. Creo que hemos hablado ya lo suficiente de esto», subrayó.

«Sabemos cómo podemos corregirlo. Podemos hacerlo de forma integral y que el pueblo estadounidense lo apoye; eso es algo que debemos lograr», añadió.

El mandatario ha sido criticado por grupos progresistas y defensores de los inmigrantes porque durante su primer mandato, el Gobierno de EEUU deportó a más de un millón de inmigrantes por no tener los papeles exigidos por la Administración.

Obama ganó la reelección el 6 de noviembre en parte debido a que obtuvo el 67% del apoyo de los votantes latinos, pese a que no cumplió su promesa electoral de 2008. Su rival republicano, Mitt Romney, apenas logró el 31% del voto latino, en parte porque durante el proceso de primarias el exgobernador de Massachusetts recetó incluso «la autodeportación de los indocumentados». En junio pasado, cambió de postura y afirmó que apoyaba una reforma migratoria que, entre otras cosas, ampliase el programa de visas para extranjeros con posgrados y altas destrezas laborales. Pero Romney no logró eliminar la percepción de que la mayoría de los republicanos sostiene posturas antiinmigrantes. GARA

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