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Koldo Amezketa Díaz Parlamentario de Bildu Nafarroa

Algunas preguntas sobre la CAN

¿Cuál ha sido el desembolso total, por todos los conceptos, de la apertura y cierre de oficinas entre 2004 y 2009, y cuál el aporte a beneficios del negocio en ellas generado en el mismo periodo?

La lectura del artículo de Enrique Goñi del pasado día 23 de diciembre en el «Diario de Noticias» me dejó bastante estupefacto, no tanto por las explicaciones que daba sino por otros asuntos relacionados con la CAN a los que no hacía la mínima referencia. Creo que hay varios capítulos, todos ellos muy anteriores a los dos o tres últimos años, cuyas consecuencias han influido en la situación actual tanto o más que las causas que él refiere.

Desde mi punto de vista, la situación actual es de desaparición real de la Caja de Ahorros de Navarra como entidad financiera fundamental del desarrollo de Navarra en el último siglo. Más o menos. El portavoz de Unión del Pueblo Navarro en el Parlamento de Navarra, Rafael Gurrea, decía en sede parlamentaria, el 16 de octubre de 1985, que las cajas navarras Can y Municipal eran la primera empresa de servicios de Navarra, segundas en el ranking estatal detrás de las cajas vascas pero con un crecimiento anual superior a estas, que trabajaban con el 43% del dinero privado de la Comunidad, además del dinero de la Diputación Foral y Ayuntamientos. Consideraba a las cajas de ahorro de Navarra como una enorme máquina de poder económico, como un enorme resorte de impulso de la economía. En la misma sesión se afirmaba que las cajas son el instrumento financiero de Navarra más grande que nunca haya existido.

Eso es lo que ha desaparecido. Pero no veo reflejada en el escrito del Sr. Goñi la denuncia de esa pérdida. Da la impresión que la única justificación de la existencia de la Caja es su Obra Social y como, según el Sr. Goñi, está garantizada la continuidad del «tú decides», del resto de su larga y fructífera historia mejor no hablar.

No puede ser ese un resultado satisfactorio para la sociedad navarra. Al ciudadano de a pie que resolvía sus necesidades financieras, préstamos e hipotecas, con su caja de toda la vida y que ahora no puede hacerlo; al autónomo, comerciante y pequeño empresario que no puede contar ya con lacaja para sus necesidades financieras, que le han cancelado hasta sus líneas de descuento; a los ayuntamientos, que no resolverán desde la caja sus problemas temporales de falta de liquidez; no puede satisfacerles que sólo haya quedado la ¿continuidad? de la Obra Social. Y no todo es achacable a la «crisis internacional». Los cambios de responsables en la interlocución bancaria y las directrices del nuevo patrón son también determinantes.

Y tal vez no sea correcto responsabilizar a los nuevos dueños, al fin y al cabo ellos compraron un producto en oferta por un precio de conformidad y, una vez pagada la compra, lo gestionan como les parece más oportuno. Tal vez debieran dirigirse las quejas o protestas a quienes con su actuación pusieron la caja en almoneda. Personalmente creo que, sobre todo, se les debe exigir aclaraciones a su gestión y responsabilidades por lo perdido, aunque se conformen y hasta se sientan orgullosos con poder mantener el «tú decides».

Aun cuando no parece que estén por la labor de dar explicaciones los responsables, directivos, consejo de administración y consejeros generales posteriores a la fusión por absorción de Caja Municipal por la CAN en enero de 2000, voy a formular algunas preguntas, por si tienen a bien contestarlas. Tal vez la sociedad navarra lo agradezca.

La nueva CAN se crea, como está dicho, en enero de 2000, y en mayo del mismo año se constituye el Grupo Corporativo Empresarial de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Navarra, al que se aportan participaciones en sociedades y efectivo por valor de 11.520 millones de pesetas, (69.236.594 euros). Durante el proceso de fusión algunas mentes pensantes tenían decidido que fuese Enrique Goñi el patrón de la nueva nave y pudieron convencer al presidente Miguel Sanz de esa conveniencia. Las resistencias existentes desde importantes poderes locales debieron hacer pensar a Miguel Sanz que no convenía forzar las cosas desde el primer momento. Fue así que Enrique Goñi, por decisión personal del presidente, tomó contacto con la nueva CAN asumiendo la responsabilidad del recién creado Grupo Corporativo Empresarial, como paso previo a más altas responsabilidades. Pero en los primeros meses del año 2002 se produce ya la incorporación de Enrique Goñi a la Dirección General de la Caja en sustitución de Lorenzo Riezu.

De forma inmediata se produce el relevo de los principales directivos de Caja Navarra, Goñi quita a los responsables anteriores y pone en su lugar a otras personas, en muchos casos ajenas a la entidad. Independientemente del coste que supone la pérdida de capacidad de gestión que proporciona la experiencia, un inmaterial muy importante, hay un alto coste económico. No se limitan los cambios a los puestos de alta dirección. Las prejubilaciones de empleados son una constante en los años sucesivos y otras operaciones de apertura y cierre de oficinas y contratación de personal para ellas, ocasionan un elevado desembolso económico. En mis escarceos por las cuentas de la sociedad he calculado aportacio- nes al fondo de pensiones y prejubilaciones por unos 300-310 millones de euros entre 2001 y 2010, diez años. 5.000 millones de pesetas anuales de promedio, el mismo importe que el destinado a la Obra Social en el mismo periodo.

Primera pregunta: ¿Cuál ha sido el importe destinado por la CAN a pensiones, prejubilaciones e indemnizaciones de personal, por todos los conceptos, entre los años 2001 y 2010, ambos inclusive, y cuál el importe de la dotación hecha en los mismos años a la Obra Social?

Evidentemente hay más preguntas. El acuerdo de fusión-absorción contemplaba el cierre de 46 oficinas. El año 2000 termina con 232 oficinas abiertas y 2004 termina con 247. Pero a partir de ese año comienza una carrera desaforada por abrir oficinas nuevas, y en 4 años estas crecen más del 50%. Se pasa de 247 en 2004 a 379 en 2008, para inmediatamente reducir a 336 el año 2009. Esto es un caso absolutamente insólito en el mundo bancario. Como insólita es la manera en que se produce ese crecimiento, comprando locales en uso a golpe de talonario en las mejores ubicaciones urbanas y sin regatear un euro el precio pedido. Y hay casos de propietarios que no queriendo vender pidieron «la luna» para desistir al comprador. Y el comprador les dio «la luna» contante y sonante. Eso en los momentos más álgidos de la burbuja inmobiliaria. Y hubo que reformar, decorar, amueblar los nuevos locales y dotarlos de empleados que se buscaron de entre los «buenos» de la competencia local. Más talonario.

Como es lógico, semejante crecimiento debió responder a un estudiado y bien medi- tado proyecto de futuro en el que se contrastaban inversiones y sus resultados cuantificados en el tiempo. Parece evidente que alguien debiera explicar las razones del proyecto, su coste real y el resul- tado, también real, de las fracasadas expectativas.

Segunda pregunta: ¿Cuál ha sido el desembolso total, por todos los conceptos, de la apertura y cierre de oficinas entre 2004 y 2009, y cuál el aporte a beneficios del negocio en ellas generado en el mismo periodo? Por lo menos la primera parte de la pregunta es muy sencilla de responder.

Hay más preguntas por responder. De los beneficios anuales de la caja y de su distribución. Podemos hablar de empre- sas participadas, de su resultado y de las dotaciones anuales que mermaban aquellos beneficios. Yo creo que entre estas actividades hay graves deficiencias de gestión que han causado la pérdida de valor de la caja, pero no las veo en el escrito del Sr. Goñi. Y no quiero centrar la responsabilidad en la gestión de la dirección general porque cada ejercicio ha quedado reflejada en las cuentas anuales de la sociedad. Estas cuentas han sido presentadas y aprobadas por el Consejo de Administración y posteriormente por la Junta General, en este caso el Consejo General, que en definitiva son los responsables últimos de todo lo ocurrido.

De momento sería bueno que alguien contestase a estas sencillas preguntas.

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