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Himalaya | Seismil

Punto rojo para «Fior di vite» en la cara norte del Arwa Spire

Simon Gietl y Roger Schaeli han cerrado con éxito su proyecto de liberación de la ruta que abrió el suizo junto a otros dos compañeros en el año 2002. La línea recorre 800 metros de la cara norte del seismil y cuenta con unas dificultades técnicas de 90º, M5 y 7a.

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Andoni ARABAOLAZA

«Viernes, 28 de setiembre del 2012. Simon y yo nos encontramos en la cima del Arwa Spire. Solo diez días antes de la consecución de nuestro nuevo éxito emprendimos el camino largo y agotador que nos llevó a los pies de este seismil. Para mí fue el tercer intento tras los dos primeros del 2002 y 2011».

Este era el comienzo del correo electrónico que Roger Schaeli enviaba a GARA con motivo de cierre de un ciclo, en parte accidentado, en la cara norte del Arwa Spire (6.193 m., Himalaya indio). Sí, finalmente el alpinista suizo, junto a su compañero de cordada, el italiano Simon Gietl, ponía el punto rojo o liberaba un proyecto de hace más de 11 años. Una vía que lleva por nombre «Fior di vite», de 800 metros y que cuenta con dificultades técnicas de 90º, M5 y 7a. Así pues, a la tercera la vencida y en menos de 10 de expedición.

Como se observa en las fotografías, el Arwa Spire es un seismil muy llamativo estéticamente, con triple cima en una espectacular pared monolítica de hielo y roca. Situado en el valle de Arwa, en el Garhwal Oeste, fue visitada por primera vez en 1990 por el gurú indio Harish Kapadia. Este fue el primero en fotografiar el Arwa Spire, y la publicación de dichas imágenes atrapó el interés de parte de la flor y nata del alpinismo mundial. El primero en caer en sus «redes» fue el alpinista británico Mick Fowler.

En 1999 comenzó la era de la apertura de rutas en este seismil indio, la mayoría firmadas por alpinistas de las islas británicas. Pero hasta el 2002, a pesar de que se realizaron varios intentos, la cara norte del Arwa Spire se mantuvo virgen. En el campamento base coincidieron varios alpinistas del GMHM francés y tres jóvenes guías suizos. Uno de estos últimos era el propio Schaeli (23 años) y los otros dos Stephan Harvey y Bruno Hasler. Según nos adelanta el propio Schaeli, «una gran cantidad de material que llevamos era casi nuevo para mí. La verdad es que fue una expedición muy emocionante».

Llevaban consigo un proyecto ambicioso: la apertura de una o dos vías en la todavía virgen cara norte. Apostaron por el destacado couloir norte de la inescalada cumbre central de la montaña. El ataque lo realizaron con cuerda fija y hamaca.

Tras recorrer el corredor, se encontraron con una sección de roca. La querían escalar en libre, pero el frío y la nieve no les permitió progresar en ese estilo y tuvieron que superar dicha sección en cuatro largos de artificial. Una apertura que el trío catalogó de 80º, VI+, A2+. La primera ascensión de la norte a la cima central del Arwa Spire ya estaba resuelta.

A por el punto rojo

No fue la única actividad que los jóvenes guías suizos llevaron a cabo en la zona. También firmaron la gran primera ascensión de la cima oeste de la misma Arwa Spire a través de la ruta «Capisco» (A3, M6+). Por las citadas escaladas, los Harvey, Hasler y Schaeli fueron nominados al Piolet d´Or del año siguiente.

Con el paso del tiempo, es decir, nueve años después de la primera apertura de la cara norte del seismil, Roger Schaeli volvía al mismo escenario, esta vez junto a Gietl. Gracias a la experiencia alpina adquirida en ese tiempo, la cordada se presentaba con otra madurez: «Queríamos transferir nuestra visión del estilo alpino a una gran pared de roca del Himalaya. Nuestro objetivo era una escalada en libre. Entrenamos mucho, tanto física como mentalmente, y me sentía muy preparado para dicho objetivo. Pero, tras el fallecimiento de nuestro cámara al caer en una profunda grieta, decidimos volver a casa».

Al año siguiente, la cordada estaba de nuevo ante su codiciado proyecto. Iba a ser la tercera visita al Arwa Spire. Sí, once años después Schaeli se encontraba de nuevo ante la imponente cara norte del seismil. Y esta vez sí tuvieron mejor suerte con las condiciones.

Según el alpinista suizo, el frío dificultó y mucho la progresión en libre: «Cada largo fue un reto, era un camino extremadamente difícil. En muchas ocasiones era casi imposible colocar fisureros y camalots en lugares sólidos. Fue una lucha cruel, y es que los dedos de los pies y de las manos los teníamos congelados por el frío que hizo. Además, las dificultades técnicas eran duras y ya nos encontrábamos a bastante altitud. La respiración se aceleraba, estábamos bastante deshidratados y fue muy exigente mantenernos concentrados durante la escalada».

El 28 de setiembre, ya entrada la tarde, Gietl y Schaeli hacían cumbre. Lograban cerrar el círculo de un proyecto que les llevó a liberar la cara norte del Arwa Spire. En menos de diez días de expedición ponían el punto rojo a la vía que bautizaron como «Fior de vite». Una línea de 800 metros con duras dificultades técnicas a altura: 90º, M5 y 7a. Diez años después de la apertura del trío joven, dos experimentados alpinistas lograban el objetivo. Como se dice: la experiencia es un grado.

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Las mayores dificultades técnicas se concentran en la segunda parte de la vía. La cordada tuvo problemas para emplazar seguros sólidos.

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Simon Gietl y Roger Schaeli liberan la cara norte del Arwa Spire en el Himalaya indio: la vía «Fior di vite» (800 metros, 90º, M5, 7a)

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