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Al-Assad ofrece un diálogo nacional sin las «marionetas de Occidente»

Bashar al-Assad presentó ayer una nueva propuesta política para buscar una salida a la guerra en la que está sumido el país desde hace 21 meses, que pasaría por un diálogo nacional, del que quedan excluidos las «marionetas» de Occidente que «han traicionado a Siria», y que no contempla su abandono del poder. La oposición rechazó inmediatamente un plan que suponga el mantenimiento del régimen.

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GARA | DAMASCO

El presidente de Siria, Bashar al-Assad, se dirigió ayer a la nación por primera vez en siete meses con un discurso en el que prometió mantener su estrategia militar contra «terrorismo» y lanzó una nueva propuesta política, rechazada de nuevo por la oposición, que no prevé ninguna salida que pase por el mantenimien- to del actual régimen. La Unión Europea insistió en pedir la marcha del mandatario, quien no parece contemplar esa posibilidad.

Aclamado por una fervorosa audiencia en la Casa de la Ópera de Damasco y entre fuertes medidas de seguridad, Al-Assad reconoció que su país está inmerso en una guerra, de la que acusó a una conspiración exterior para tratar de dividir Siria, y llamó a una movilización nacional para defender el país.

En su plan de tres fases para alcanzar un acuerdo político, el presidente sirio exigió que, en primer lugar, cese el suministro de armas y el apoyo financiero a los «terroristas», tras lo cual su Ejército sirio detendrá sus operaciones para permitir el regreso de los desplazados.

Una vez alcanzado un mecanismo para aplicar el cese de la violencia, se convocará una conferencia de reconciliación, a la que no están invitados «aquellos que han traicionado a Siria», que abrirá la segunda fase de la hoja de ruta, en la que se prevé un diálogo nacional, la elaboración de una nueva Constitución y la formación de un amplio Gobierno de consenso.

Ese nuevo Ejecutivo convocará elecciones parlamentarias, que darán paso a la tercera fase, en la que se concederá una amnistía general y comenzarán a rehabilitarse las dañadas infraestructuras en el país.

Agregó que «mantendremos un diálogo con cualquiera que discrepe mientras sus principios estén basados en el patriotismo y no quieran vender el país a sus enemigos», y dejó claro que no dialogará con la «marioneta creada por Occidente», en referencia a la alianza opositora Coalición Nacional para las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Sirias (CNFROS).

«¿De qué a qué?»

Durante su discurso, interrumpido varias veces con gritos de apoyo, Al-Assad se refirió también el Acuerdo de Ginebra, alcanzado en junio por representantes de la llamada comunidad internacional, cuya ambigüedad acerca de la transición criticó. «¿Transición de qué a qué? Para nosotros, el periodo transitorio es de la inestabilidad a la estabilidad, y debe ser realizado por medios constitucionales», señaló.

Dedicó duras palabras a la rebelión armada, a la que tachó de «terrorista» y acusó de imponer la agenda de los enemigos regionales e internacionales de Siria y de estar inspirados por la ideología yihadista de Al-Qaeda. Asimismo, reafirmó su defensa de la respuesta militar y agradeció a China, Rusia e Irán por luchar contra la «injerencia» de países occidentales y árabes que participan en el «complot internacional» contra Siria.

Desde Turquía, el jefe de Estado Mayor del Ejército Libre Sirio (ELS), Salim Idris, negó a Efe que los rebeldes sean «un juguete en manos de países extranjeros» y descartó dialogar con el presidente, a quien tildó de «sectario y rencoroso».

Las críticas a Al-Assad también llegaron desde la oposición representada por la CNFROS, que dijo no haber visto novedades en un plan que, según Abdelbaset Seida, supone «una regresión respecto a sus compromisos anteriores» y «solo quiere cerrar el camino a una solución que pueda resultar de los esfuerzos del mediador internacional Lakhdar Brahimi con EEUU y Rusia».

Su portavoz, Walid al-Bunni, reiteró a AFP que «queremos una solución política», pero insistió en que «no hemos hecho todos estos sacrificios para mantener el régimen tiránico».

Israel construirá una valla electrificada en los Altos del Golán

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó ayer que Israel construirá una nueva valla de seguridad en su frontera con Siria, en los ocupados Altos del Golán, para impedir la entrada de «terroristas» que podrían aprovechar la ausencia de las fuerzas sirias que protegían la zona hasta el inicio de la guerra civil.

Al comienzo de la reunión semanal del Gobierno, señaló que la nueva alambrada electrificada instalada a lo largo de la frontera que comparte con Egipto, y que reemplaza a una más vieja, está ya casi lista y anunció, según explicó a AFP, su intención de construir en su frontera con Siria una «barrera idéntica, con algunas modificaciones necesarias debido a las condiciones diferentes de los Altos del Golán».

«Sabemos que el Ejército sirio se ha retirado del otro lado de la frontera y que ha sido reemplazado por agentes de la yihad global», señaló. «Por eso, debemos proteger esta frontera de incursiones y del terrorismo, como hemos hecho con éxito a lo largo de la frontera en el Sinaí», insistió.

En los últimos meses, a consecuencia de la guerra en Siria, se han multiplicado los incidentes en la meseta ocupada por Israel.

La nueva valla en los Altos del Golán, que incluye los diez kilómetros que ya han sido construidos, seguirá el recorrido de una anterior, precisó un funcionario de seguridad a AFP. Quedan cerca de 60 kilómetros por construir y se espera que esté completada en 2013, añadió.

Israel arrebató los Altos el Golán a Siria en la Guerra de los Seis días, en 1967, y se anexionó ese territorio en 1981, una acción que nunca ha sido reconocida internacionalmente. GARA

palestina

Bashar al-Assad afirmó que «han fracasado» los intentos de involucrar a los palestinos en la guerra en Siria «para desviar la atención sobre el verdadero enemigo» y reiteró que la causa palestina es la causa de Siria.

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