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Fugas de gas metano: otro problema anexo al fracking

Los defensores del fracking sostienen que el gas pizarra puede reducir las emisiones de dióxido de carbono. Sin embargo, un artículo publicado esta misma semana en la revista «Nature» recoge que las fugas de metano relacionadas con la extracción del gas son más nocivas que el CO2 derivado de la quema de carbón.

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Ion SALGADO

El uso de la fractura hidráulica en la extracción del gas no convencional no deja indiferente a nadie. Desde su irrupción del tema en los medios de comunicación de Euskal Herria, hace ya más de un año, se han repetido los mensajes en contra y a favor del uso del fracking. Mientras los detractores se oponen a su uso por la afección de la citada técnica en el medio ambiente -concretamente, en el subsuelo de las zonas anexas a los yacimientos-, los defensores del gas pizarra proponen su empleo como sustituto de otros combustibles fósiles «más contaminantes», como el carbón.

Al menos, así lo sostienen las empresas vinculadas a la «Plataforma española sobre la explotación y el desarrollo del shale gas» (Shale Gas España), que, en su página web, aplaude las virtudes del gas no convencional y defiende su uso en el desarrollo de las energías renovables. En este sentido, afirma que el gas pizarra «cubre las intermitencias que se producen en fuentes como la eólica o la solar y permite una fácil adaptación a los picos de demanda».

La plataforma empresarial, en la que también participa el Gobierno autonómico de la CAV a través de la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA), afirma que, según un informe publicado por la Agencia Internacional de la Energía -del que se no se facilita ninguna referencia bibliográfica-, «el auge del shale gas en los Estados Unidos ha coincidido con la reducción de hasta 450 millones de toneladas las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en los últimos cinco años».

Pero estos argumentos han quedado en entredicho tras la publicación la semana pasada de un artículo científico en la revista «Nature». En el texto, Jeff Tollefston, autor del mismo, recoge una serie de estudios en los que se alerta de los peligros vinculados a las fugas de gas metano en los pozos de gas pizarra. Entre las investigaciones incluidas en el texto destaca el informe elaborado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que alerta de grandes fugas en los yacimientos de Estados Unidos.

En concreto, los responsables de la investigación citan los datos recogidos en la cuenca de Ulinta, situada en el estado de Utah, donde las fugas de metano suponen un 9% de la producción total de gas. «Esperábamos alcanzar altos niveles de metano, pero no es esta magnitud», destacó Colm Sweeney, jefe del programa aéreo de la NOAA.

El artículo de Tollefston incluye los resultados de otro estudio llevado a cabo en la cuenca Denver-Julesburg, en el estado de Colorado. Como conclusión de dicha investigación, el científico Gabrielle Petron, miembro también de la NOAA, estima que durante el año 2008 la tasa de fuga de gas metano en la zona analizada multiplicó por dos los porcentajes advertidos por las diferentes agencias estadounidenses.

En este sentido, cabe recordar que las estimaciones efectuadas por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) en 2009, un año después de que Petron tomara las muestras en Colorado, indican que el 2,4% del total de la producción de gas natural de Estados Unidos se pierde por las filtraciones que rodean los pozos construidos para la extracción de este recurso natural.

A estos datos se les deben sumar los resultados advertidos por un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell, del estado de Nueva York. En su estudio, Robert W. Howarth, Renee Santero y Anthony Ingraffea comentan que la explotación de gas pizarra puede emitir más gases de efecto invernadero a la atmósfera que la quema de carbón en las centrales térmicas. Algo que echa por tierra las bondades defendidas por las empresas agrupadas en Shale Gas España.

Los autores del informe, del que se hizo eco en enero de 2012 la Secretaría de Medio Ambiente de Comisiones Obreras, también afirman que durante la vida útil de un pozo de fracking se escapa a la atmósfera entre un 3,6 y un 7,9% del metano atribuido a la producción de gas no convencional. A este respecto, los investigadores recordaron que el gas natural -el «combustible fósil más limpio disponible en la actualidad» en opinión de la plataforma empresarial- está compuesto principalmente de metano.

Esto implica una amenaza para el medio ambiente, ya que, tal como se detalla en el texto elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente de CCOO, el metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento 21 veces mayor que el CO2. Comparado con el carbón, la huella de carbono del gas pizarra es «como mínimo» un 20% mayor. «Está claro que las fugas de emisiones de metano tienen un impacto muy importante en el balance total de emisiones de gases invernadero», añade.

CCOO también cita un informe elaborado por el Parlamento Europeo que estima que la extracción y el procesamiento del gas natural no convencional produce unas emisiones indirectas de gases de efecto invernadero equivalentes a una emisión de entre 18 y 23 gramos de CO2. «Esto supondría unas emisiones similares o algo menores que las asociadas al uso del carbón», subraya.

A su vez, un informe publicado el pasado mes de abril por un grupo de científicos de la Universidad de Princetown (Nueva Yersey, EEUU) refleja que el cambio de las plantas térmicas a base de carbón a la explotación del gas no convencional puede acarrear beneficios inmediatos «siempre y cuando la tasa de fuga acumulada por la producción de gas natural sea inferior al 3,2%».

En Euskal Herria, los integrantes de la plataforma Fracking Ez Araba ya conocen los estudios publicados por los investigadores de la NOAA y por Howarth. En declaraciones a GARA, el portavoz de la agrupación alavesa, Mikel Otero, considera que los resultados publicados por la revista «Nature» son «una bomba» para las sociedades interesadas en extraer el gas no convencional, que tratan de «adornar» los beneficios del mismo comparando su uso con la energía generada mediante la quema de carbón.

«Las empresas están intentando decir que el fracking es beneficioso para el cambio climático porque tiene menos emisiones que el carbón. Es decir, que si se quema gas no se va a quemar carbón, y eso es beneficioso. Pero los estudios dicen que eso es falso porque lo que se gana en reducir las emisiones de CO2 se pierde en fugas de metano, que tiene un efecto sobre el cambio climático mucho mayor que el carbón», critica.

Otero, que ya ha explicado los resultados del estudio publicado por Howarth a ciudadanos de Araba y adelanta que a partir de ahora incorporará los resultados de la NOAA a sus charlas, relata que «independientemente de las emisiones que puedan darse, apostar por el gas no convencional como energía de transición no es efectivo, porque no iba a poder detener el cambio climático. Un estudio elaborado por el centro Tyndall dice que, aunque las emisiones fueran menores, no se pararía el cambio porque supondrá un freno para las energías renovables. Esto hace que no sirva como alternativa».

Defensa de la empresas

Para defender el uso del fracking en la extracción del gas no convencional, las cuatro empresas presentes en plataforma Shale Gas España -BNK-Trofagás, HEYCO Energy Group/Petrichor Euskadi, R2 Energy y SHESA- afirman que «diferentes estudios [no citan datos bibliográficos sobre los mismos] muestran que las emisiones de metano producidas durante la producción del shale gas se pueden minimizar significativamente siempre y cuando se utilicen los equipos adecuados para capturar y condensar el gas para su comercialización».

Estas empresas promotoras del fracking en la zona norte del Estado español mantienen que, según un estudio publicado el pasado mes de julio por la Comisión Europea, la «generación de electricidad a partir del shale gas emite entre un 41% y un 49% menos de gases de efecto invernadero que las centrales eléctricas de carbón». Mikel Otero recuerda que la reducción advertida por las sociedades energéticas es real siempre que no haya emisiones de metano en los pozos. «Y, a día de hoy, eso es algo que no han conseguido garantizar», concluye.

en fugas

El informe elaborado por la NOAA (agencia oficial de EEUU) indica que el 9% del gas metano generado en los pozos de gas no convencional se fuga a la atmósfera.

Una mezcla química con más de cuarenta agentes nocivos para la salud de las personas

Los aditivos químicos incluidos en la mezcla empleada en la fracturación hidráulica se han convertido en un misterio que, poco a poco, se va desvelando. Según Comisiones Obreras, esa mezcla, que contamina los acuíferos cercanos a los yacimientos, incluye más de cuarenta agentes nocivos para la salud de las personas. Entre ellos, figuran sustancias como el metanol, el isopropanol, el naftaleno, el etilenglicol, el xileno, el glutaraldehído, el etanol, el ácido fórmico y el nafta destilado de petróleo. Cabe señalar que cada una de estos componentes tiene más de una decena de afecciones sobre la salud.

En vez de recoger una lista similar a la publicaba por la Secretaría de Medio Ambiente de CCOO, las empresas vinculadas a Shale Gas España tratan de justificar el uso del fracking señalando que en la mezcla solo se utilizan una docenas de aditivos. Además, sostiene que estas sustancias químicas, «presentes en productos de limpieza del hogar o utilizados por la industria alimentaria, cumplen funciones muy específicas, como la reducción o la mejora de la productividad del pozo» de gas pizarra. I.S.

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