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¿Es Besiktas la cenicienta del grupo?

El conjunto otomano visita por vez primera el Buesa Arena, aunque tiene jugadores conocidos como el exjugador de Bilbao Basket Damir Markota o Jerrells. Tabak advierte que el Baskonia «ya no sorprende».

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BASKONIA-BESIKTAS

Arnaitz GORRITI

El baloncesto turco está viviendo un florecer a golpe de talonario que hace que muchos buenos jugadores crucen el Bósforo. Sin embargo, el Besiktas tiene el aspecto de ser la «cenicienta» del grupo del Baskonia en el Top 16. Suma sus dos partidos por derrotas y en su primera visita a Zurbano, podría tener el aspecto de ser la víctima perfecta para que los pupilos de Zan Tabak sumen su decimocuarta victoria consecutiva.

Con todo, hay jugadores muy experimentados entre los otomanos que habrá que vigilar de cerca. Por ejemplo, Curtis Jerrells y Daniel Ewing -que coincidió con Lampe en el Khimki allá por la campaña 2007/08- lideran el juego exterior, y cuenta también con otros hombres de calidad en el interior, como el pívot Gasper Vidmar o el exjugador de Bilbao Basket, el croata Damir Markota.

«Es un equipo muy poco previsible para defender, y puede ganarnos a nosotros y a cualquiera», advertía Zan Tabak sobre su rival de esta noche en su alocución previa.

El preparador de Split añadía que «la clave es ver cómo podemos aguantar el peso de las trece victorias seguidas. No podemos permitirnos ni relajarnos ni tener demasiada confianza».

Sin opciones de sorprender

Asimismo, resultó chocante en su discurso verlo incidir en que «ya no podemos sorprender a los rivales». En su opinión, «todos los equipos ya saben que estamos jugando mejor, así que por ese lado no los podemos sorprender. Por ello, recibiremos siempre el 100% de nuestro rival, en casa o fuera».

«Además, nosotros no somos un buen equipo si estamos al 60 o 70%. Somos muy buenos cuando estamos al 100%, cuando rendimos en defensa y cuando jugamos como un equipo», añadía. Por ese motivo, el técnico croata no quiere ni oír hablar de relajaciones ni excesos de confianza de ningún tipo.

San Emeterio, por su parte, no quiere oír hablar de afeitarse, por extraño que parezca. En un brote supersticioso, el jugador santanderino confesaba que «dije que no me iba a afeitar mientras siguiera la racha y se está alargando». Con todo, el alero cántabro apostillaba entre risas que «en casa ya me están apretando, así que no sé si podré mantener mi promesa».

«Tengo miedo a que, como Sansón, perdamos si me afeito. Por eso la mantengo», finalizaba para curarse en salud.

 
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