Los yihadistas imponen la sharia en los territorios «liberados» de Siria
En las zonas a manos de los rebeldes armados en Siria, lejos del frente de batalla, tiene lugar otra lucha encarnizada y que tiene como escenario el sistema judicial, inspirado o no en la sharia (ley islámica). Una lucha que presagia el futuro en caso de derrumbe del régimen.
GARA | ALEPO
En la otrora capital económica de Siria, Alepo, jueces y yihadistas se enfrentan en torno a la modificación del derecho que rige en el país, inspirado ya en la ley islámica, aunque los segundos quieren una interpretación mucho más rigorista de la sharia.
En las zonas controladas por los rebeldes, ambos sistemas coexisten y reservan a los condenados suertes muy distintas.
Es el caso de Abu Ali, camionero detenido en un control rebelde transportando alcohol. Ali justificó ante el fiscal que «necesitábamos dinero para nuestras familias. Era la primera vez que lo hacíamos».
El fiscal, Abu Hamia, aseguró que podría ser condenado a tres meses de cárcel por tráfico de «productos contrarios al islam» pero no descartó su puesta en libertad si el jeque (cargo religioso) se muestraba clemente.
Dos días después, Abu Ali y sus cómplices eran condenados a recibir 25 latigazos.
Al-Nosra
El fiscal defiende la implantación de la sharia en todo el país, «para que la gente vuelca al camino recto y se conviertan en buenos musulmanes».
Esta posición es compartida por Al-Nosra (Frente de Apoyo al Pueblo de Levante). Según la interpretación rigorista de la ley islámica, los tribunales pueden condenar a muerte a los «apóstatas, asesinos y violadores», ordenar cortar las manos a los ladrones y latigazos para los crímenes menos graves. Algunos jeques han pronunciado sentencias de este tipo contra soldados capturados.
Pero para Maruane Kaeid, nombrado procurador general de Alepo por el Ejército Sirio Libre, «el sistema islámico es obsoleto. Data de la época del profeta Mahoma», recuerda, para añadir que el derecho sirio actual se inspira tanto en los principios islámicos como en el derecho francés y el otomano.
Tras los fracasados intentos de conciliación de ambas visiones, Kaeid tiene claro que «no podemos trabajar con el Frente al-Nosra. Son demasiado severos», añade, para acusarles de pertenecer a Al Qaeda.
«Al-Nosra respondió a nuestra llamada de auxilio, pero el problema es que ahora no podemos pararles», precisa el procurador, quien alerta de una lucha de poder tras la caída de Bashar al-Assad. «Sin la ayuda de la OTAN, no podremos expulsarles de Siria», augura el jurista.
Lo cierto es que los yihadistas cuentan con creciente apoyo social. Son muy respetuosos con los civiles («guardan la cola para comprar el pan, como todos», señala un vecino) mientras sus máximos líderes, como Abu Mohamed al Golani, se niegan a ser fotografiados.
Aportan combustible para los hornos de pan de los pueblos mientras imparten conferencias de carácter militar y religioso.
Temerarios en el campo de batalla (siempre están dispuestos al martirio en nombre de Alá), cuentan entre sus filas con brigadistas extranjeros.
Medio centenar de iraníes capturados por los rebeldes armados en Siria fueron liberados ayer en un intercambio con más de 2.000 prisioneros del régimen.
Se trata del mayor intercambio de prisioneros desde el comienzo del conflicto y es la primera vez que se anuncia públicamente, un gesto de Damasco en favor de su aliado de Teherán.
Los rebeldes liberaron a 48 iraníes acusados de ser miembros de los Guardianes de la Revolución, cuerpo de élite iraní. Teherán insiste en que son peregrinos, aunque reconoce que entre ellos se hallan militares en la reserva. No en vano fueron secuestrados en la carretera que lleva desde el aeropuerto de la capital a Sayeda Zaineb, lugar de peregrinación chií.
Turquía, a través de la ONG islamista IHH, y Qatar han actuado como intermediarios. Los iraníes fueron trasladados ayer a un hotel damasceno donde fueron recibidos por el embajador iraní, Mohamed Reza Chibani. Los prisioneros comenzaron a ser liberados ayer mismo en distintas ciudades.
En paralelo, Moscú anunció un reencuentro del enviado de la ONU, Lajdar Brahimi, con representantes rusos y estadounidenses el viernes. GARA
El Consejo Nacional Sirio, principal componente de la oposición labrada en el exilio, ha propuesto un plan de transición con la creación de un Gobierno interino en las zona «liberadas».
