El Gobierno estadounidense está dispuesto a considerar no dejar tropas en Afganistán después de 2014, informó un alto funcionario mientras el presidente estadounidense, Barack Obama, prevé reunirse con su homólogo afgano, Hamid Karzai, mañana.

«Esa es una opción que consideraremos», afirmó el asesor adjunto de Obama en Seguridad Nacional, Ben Rhodes, consultado sobre si el presidente contempla la posibilidad de no dejar una fuerza residual.

Obama se encuentra analizando cómo de rápido conviene retirar las tropas desplegadas y si es oportuno dejar algunos soldados más allá de 2014.

«No descartaremos ninguna hipótesis. No nos guiamos por mantener un cierto número de soldados en el país. Nos guiamos por las metas que el presidente ha establecido», aseguró.

Esos objetivos son asegurar que las fuerzas afganas tengan capacidad de defenderse y garantizar que Afganistán dejará de ser el santuario de Al-Qaeda y que los talibanes no retomarán al poder.

Washington, que también maneja la posibilidad de dejar en el lugar entre 3.000 y 9.000 soldados, deben tomar una decisión durante la visita de Karzai.

Parlamentarios afganos advirtieron ayer de que un repliegue total de las tropas de EEUU cuando se complete la salida de la misión de la OTAN (ISAF), llevaría al país a una «guerra civil» y equivaldría a una derrota de las fuerzas que lo invadieron hace diez años.

El «número dos» de las operaciones de la ISAF, Adam Findlay, cuestionó ayer la demanda de Kabul de tanques -entre otros equipamientos- para luchar contra a la insurgencia talibán, al señalar que los carros de combate «desempeñaron un papel importante durante la invasión soviética, pero se adaptan mal a la estrategia de contrainsurgencia contemporánea».