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SEGUNDA B 20ª jornada

Al líder se le atraganta el buen momento gualdinegro

Al Alavés le faltó acierto ante un Barakaldo firme en defensa y peligroso al contragolpe.

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ALAVÉS 0

BARAKALDO 0

GARA | GASTEIZ

La línea ascendente del Barakaldo, con tres victorias a sus espaldas y cuatro partidos con la puerta a cero, dejaba bien a las claras el hueso con el que se iba a encontrar el Alavés, bien diferente al que derrotó en la primera jornada del campeonato. Y, efectivamente, una semana después de haberse reencontrado con el triunfo, el equipo albiazul tropezó en casa, mermando unas estadísticas que no acaban de brillar en los últimos tiempos -una derrota, tres empates y un solo triunfo en cinco jornadas- y que incluso le pueden apear del primer puesto esta tarde, siempre y cuando el Eibar se imponga al Racing B.

Lo cierto es que el partido bien pudo caer del lado gasteiztarra, pero entre que los hombres de Natxo González -que ayer apostó por colocar a Iván Crespo bajo palos en detrimento de Urtzi- no estuvieron finos en los últimos metros y que su rival defendió con decisión, tampoco puede considerarse injusto que el choque acabara sin goles y con reparto de puntos.

Sí gozó el Alavés de la posesión de la pelota y suyas fueron las mejores ocasiones, pero en la faceta del remate no estuvo nada acertado. El Barakaldo, por su parte, hizo lo que mejor sabe, mantener sus líneas muy juntas, no perder la concentración y salir rápido a la contra en cuanto vislumbra algún resquicio. El cuadro gualdinegro incluso rozó el 0-1 en los primeros compases del encuentro, cuando Mentxaka silenció el graderío de Mendizorrotza estrellando un balón en el larguero.

Un susto morrocotudo para los albiazules que sin embargo, curiosamente, casi acabaron agradeciéndolo. Y es que pareció despertarles de cierto letargo inicial, que ya no volvió a aparecer. Luismi y Borja Viguera se echaron entonces el equipo a sus espaldas y comenzaron a moverse arriba, tratando de coger la espalda a la zaga vizcaina, pero no hubo manera. La defensa del Barakaldo, con la contribución del centro del campo, rozó la perfección en la primera parte.

Tras el paso por vestuarios, el encuentro continuó por los mismos derroteros. El Alavés llevó la voz cantante en todo momento, pero a partir de tres cuartos de campo no supo qué hacer con la pelota. Natxo González lo vio desde el banquillo y retiró del terreno de juego a Viguera y Barahona para introducir a Juanma y Guzmán. Pero ni por esas. La salida al campo de ambos apenas provocó una pequeña reacción en el seno de la parroquia babazorra. El equipo de Zurimendi imponía su juego, más físico, y su concentración, que apenas ofrecía fisuras, y se veía cada vez más convencido de regresar a casa con un resultado positivo.

La recta final fue un monólogo alavesista, pero también un querer y no poder ante la muralla vizcaina. El corazón pudo a la cabeza y todo el bagaje ofensivo del cuadro alavesista se quedó en un disparo de Luismi que se marchó lamiendo la madera.

Alivio en Zubieta

Balón de oxígeno para el Sanse, que se reencontró con la victoria ante el Racing B (2-1). Con remontada incluida porque los cántabros se adelantaron por medio de Isuardi a las primeras de cambio. Empató Ozkoidi antes del descanso y en la segunda parte hubo tiempo de que Castañeda fallara un penalti y, sobre todo, de que Beitia firmara el gol del triunfo txuriurdin.

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