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IBILIZ IBILI | Jesús Mª Alquézar

Saroberri y Okabe, un circuito invernal con raquetas

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Las raquetas son un material apropiado para practicar montañismo invernal. Un invento ancestral para desplazarse sobre la nieve, que en esta ocasión desde Mendia vamos a promocionar, sugiriendo a los lectores una excursión incomparable, un circuito travesía en las montañas de Irati, en invierno y con nieve.

En las monañas del Irati, en el puerto de Burdinkurutzeta, a 25 km de Donibane Garazi, nace esta ruta. Es un collado que separa los macizos de Okabe (SW) y Eskalerak (E). Su altura (1.135 m) suaviza las ascensiones. El mendizale calzado de sus raquetas se dirigirá a la dcha, sobre la traza de un camino, que remonta el valle que viene del chalet de Cize-Irati, y que llega a una pequeña brecha donde la referencia es un depósito de agua. La cercana cima de Saroberri, que desde aquí es un agradable paseo, se sitúa a la izda, y hay que superar la ancha cresta para llegar a su abultada cima. La cumbre es muy agradecida dado que ofrece una hermosa vista sobre la selva de Irati, y también sobre Eskalerak, Arbailles, Irau, la vega de Garazi y el próximo objetivo, el Okabe al sur, pero destaca la fachada de la cercana alta montaña pirenaica con el gigante Ori. Este privilegiado escenario está surcado de pistas y carreteritas pastoriles, pero con nieve desaparecen y la montaña, además de adquirir otra dimensión, se ofrece más natural. El deportista tomará rumbo S, en suave descenso hacia el collado de Surzai. Dominando un panorama excepcional, sin camino evidente al estar totalmente todo blanco, el mendizale, llegará a Surzai donde unas bordas son otra referencia. Desde aquí con rumbo SW Okabe, alargado, se sitúa enfrente. Tras superar un hayedo, la ascensión que es cómoda, a media ladera al W, lleva al excursionista hasta el altiplano cimero, desde donde se mejora el paisaje. Se inclinará a la dcha, en busca de la famosa necrópolis de Illarrita, que contiene una veintena de cromlechs, monumentos funerarios de la edad de hierro, que forman círculos mágicos. Sorprende sean tantos en este espacio por lo que se considera era un espacio sagrado. Si la nieve es abundante costará situarlos. Tras retratar los monumentos, por el llano (N), el siguiente pulso es alcanzar las dos cumbres de Okabe, en dulce transitar sobre la nieve. El deportista, en esos momentos, caminando por el llano sentirá encontrarse en un escenario lejano, en un país nórdico como Finlandia o Noruega.

Un pompón rocoso marca la primera cumbre, y unos pocos centenares después, a la dcha, los excursionistas pisarán la cima principal, que de nuevo ofrece un panorama incomparable e inolvidable, que el montañero no dejará de fotografiar. La gran mancha verde del bosque de Irati es la otra referencia relevante. A continuación, toca la parte final de este sugerente recorrido, retornando hacia la primera cota, un indicador señala el itinerario a seguir. Es el clásico camino (W) que lleva a los montañeros a la cuenca del Irati en el nombrado Chalet Pedro, una venta moderna. Balizado con las dos bandas rojiblancas del GR 10 - Travesía del Pirineo- el rápido descenso sigue un gran camino forestal, ahora exuberante con nieve, y sumergidos en el hayedo de Gorostibizkarra. Como es lógico los viajeros habrán dejado aquí un coche, para poder recuperar el otro aparcado en Burdinkurutzeta, tras una excursión corta pero intensa y que hay que completarla con el blanco elemento en la orografía.

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