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Apurada victoria de Netanyahu y sorpresa de Lapid en el segundo puesto

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha obtenido un estrecha victoria en las legislativas de Israel, según los sondeos a pie de urna, lo que limita su margen de maniobra frente a futuros socios de coalición. A la vez el partido centrista Yuesh Atid -que propone extender el servicio militar a los ultraortodoxos y bajar los impuestos a la clase media- dio la sorpresa al situarse en segunda posición.

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GARA | JERUSALÉN

La lista común del Likud de Benjamin Netanyahu y el partido Israel Beteinu, del ultraderechista Avigdor Lieberman, no obtuvo más que 31 escaños frente a los 42 de los que disponía en el Parlamento de 120 diputados (27 el Likud y 15 Israel Beitenu), según los sondeos a pie de urna difundidos tras el cierre de los colegios electorales

La sorpresa ha sido el partido centrista Yuesh Atid, creado hace apenas un año por el periodista Yair Lapid, que contará con 18 o 19 diputados, y deja en una tercera posición al Partido Laborista, con 17 escaños, según los mismos sondeos.

En cuarto lugar se situó Hogar Judío, el partido ultraortodoxo que representa a los colonos, dirigido por Naftaly Bennet, con doce escaños, y que sería el aliado natural del actual primer ministro. Más atrás quedaron el partido ultraortodoxos sefardí (11) y el askenazi (6).

HaTnouha, el nuevo movimiento centrista del exministro de Exteriores Tzipi Livini, obtendría siete escaños; Meretz (izquierda), entre seis y siete y los partidos árabes, entre ocho y once.

Una coalición amplia

Con estos primeros sondeos, Netanyahu agradeció «a los israelíes haberme elegido». Pero durante la jornada, la elevada participación le hizo prever un amargo resultado y, a través de Facebook, lanzó un llamamiento a sus partidarios para que se movilizaran en las últimas horas de votación. «El poder del Likud está en peligro. Os llamo a todos a dejar lo que estéis haciendo e ir a votar al Likud inmediatamente», pidió. Su resultado es aún inferior a los últimos sondeos publicados el viernes, que le daban entre 32 y 35 escaños. La participación bajó en las últimas horas y apenas superó la de las últimas elecciones. Se situó finalmente en el 66,6 %, frente al 65,2 % de los anteriores comicios de 2009.

En total, el bloque de derechas formado por Likud-Israel Beteinu, los partidos religiosos y Hogar Judío dispondría de una mayoría de 61 o 62 diputados.

Con estos datos, Netanyahu, afirmó que «está claro que los ciudadanos de Israel han decidido que siga siendo primer ministro y que forme un gobierno lo más amplio posible».

«Los resultados que se perfilan son una gran oportunidad para hacer numerosos cambios a favor de toda la ciudadanía», afirmó el primer ministro a través de su cuenta de Facebook sin hacer una valoración más precisa de los sondeos.

En el mismo sentido, el ministro de Cultura y miembro del Likud, Gideon Saar, llamó a «todos los partidos sionistas» a integrar un Gobierno liderado por Netanyahu. Pero según el editorialista de la radio militar, Netanyahu «no tendrá más remedio que proponer a Lapid uno de los grandes ministerios: Defensa, Asuntos Exteriores o Finanzas». Netanyahu telefoneó a Lapid para decirle que juntos «pueden hacer grandes cosas por el Estado de Israel».

Lapid propone un servicio militar para todos, incluidos los ultraortodoxos, una reducción de impuestos para las clases medias y retomar las negociaciones con los palestinos. En campaña prometió viviendas asequibles a la clase media secular y no descartó sumarse a una coalición encabezada por Netanyahu.

Por su parte, la líder del Partido Laborista, Shelly Yajimovich, interpretó los sondeos como una esperanza de derrocar al gobierno de Netanyahu. «No hay duda de que tenemos ante nuestros ojos un drama político cuyas consecuencias finales sólo conoceremos por la mañana. Esperaremos a los resultados verdaderos. Hay muchas posibilidades de un cambio y el fin del gobierno de Netanyahu», publicó Yajimovich en Facebook.

Los colonos de Hebrón esperan sentarse en el Parlamento

Los judíos de Hebrón, 700 en una colonia situada en una ciudad de 190.000 palestinos -y solo 281 con derecho a voto-, esperaban enviar tres de entre ellos al Parlamento israelí, convencidos de que es el mejor lugar para defender sus intereses. Noam Arnon, portavoz de la colonia, no oculta su alegría por ver a sus vecinos convertirse en diputados: «Hebrón es un buen lugar para desarrollar un liderazgo capaz de dirigir este país y de reforzar los valores esenciales del pueblo judío. Es un día de fiesta para nuestra pequeña comunidad». Fuera de los colegios electorales, los jóvenes distribuían ayer pegatinas del partido religioso Hogar Judío, dos de cuyos candidatos, Orit Strock y Hillel Horowitz, podrían entrar en la Knesset según los sondeos. Dos conocidos activistas antiárabes, Baroukh Marzel e Itamar Ben Gvir, números tres y cinco de la lista de extrema derecha Otzma LeYisrael, viven en la zona antigua de Hebrón y en la colonia vecina de Kiryat Arba, respectivamente. Daniel Hizmi votó a Otzma LeYisrael, pero confía en la coalición de Netanyahu, que se prevé muy orientada hacia la derecha. «Entre el Likud, Bennet y Otzma LeYisrael, tenemos muy buenos candidatos pero prefiero votar por Mazel, porque lo conozco bien», explica. «La gente de Hebrón siempre ha estado presente en la Knesset. Esta ciudad tienen un lazo directo con los dirigentes de este país», añade. Mientras, los palestinos lo viven entre la indiferencia y el fatalismo. «La Knesset está llena de racistas, de judíos extremistas y de colonos. Los resultados serán perjudiciales para la paz y para los propios israelíes», sostiene Shadi al-Natsheh, un joven palestino de Hebrón. Michaël BLUM (AFP)

palestinos

Un número indeterminado de israelíes cedió su voto a palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, en protesta por las políticas de apartheid. La iniciativa, bautizada «Democracia Real», consistió en depositar la papeleta que eligiera un palestino sin derecho a sufragio.

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