«Una cosa es ser irregulares; otra, no competir». Ángel González Jareño se explicaba así de claramente en su alocución previa al duelo que enfrenta a Planasa Navarra al Palencia a partir de las 21.00. El conjunto iruindarra quiere superar el borrón que sufriera la pasada jornada, después de la dolorosa derrota por 90-61 en la cancha del Força Lleida, un duelo en el que además se lesionó Joaquín Bonhome.

La semana ha sido muy extraña en el seno iruindarra, sobre todo tras conocerse la salida al Obradoiro de Iñaki Sanz, base titular del conjunto navarro en las seis últimas temporadas -seis campañas en las que «el galgo» solo se perdería dos jornadas- y la llegada a última hora de Adrián Fuentes, jugador que viene a sustituir a Sanz y a conformar junto a Álvaro Frutos el dúo organizador. Todo ello sumado a un mal resultado, lleva a los de González Jareño a jugar con muchas inseguridades encima a la pista de un Palencia que, entrenado por el exbaskonista Natxo Lezkano, ocupa la cuarta plaza clasificatoria, después de ganar en A Coruña el viernes pasado.

«No sé lo que le pasó al equipo. Si lo supiera, no se volvería a repetir», declararía Ángel González Jareño. «Los jugadores tampoco lo saben; de hecho, son los primeros que no se explican lo sucedido en Lleida. El equipo en principio está muy bien, pero de vez en cuando desconecta. Y en esta liga, si no estás mentalmente, te castigan muy duramente», añadía el técnico madrileño.

El «clínic» de Urko Otegi

«Esas desconexiones nos han sucedido cuatro veces. Uno de ellos en casa, precisamente ante el Palencia», recordaba González Jareño. Urko Otegi, con 16 puntos y 11 rebotes, fue el máximo responsable del 77-98 en Anaitasuna. Por eso, Planasa Navarra viaja a Palencia para, al menos, competir.