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Javier Echeverría, Manuel Millera, Raúl Ciriza, Pablo Archel | Miembros de Attac Navarra-Nafarroa

Una tarea formidable

 

Desde tejados y balcones, por encima de una multitud efervescente, millares de personas levantan sus puños y se desgañitan en gritos de victoria. Abajo, un tranvía atraviesa el eje de la principal avenida de la ciudad. Está atestado de héroes, todos ellos enfundados en camisas o camisetas rojas y con los brazos en alto, con sus cuerpos fuera del convoy en respuesta a los vítores. El griterío es ensordecedor. Un turista extranjero, quizás de otro planeta, mira asom- brado, pero desconoce los motivos. Posiblemente se haga algunas preguntas. ¿Los puños están cerrados para enarbolar el saludo comunista o son teléfonos móviles para obtener la mejor foto? ¿Celebran la cancelación de la deuda o la victoria de su equipo? Todos hemos vivido esta escena, y podríamos responder a las preguntas del boquiabierto visitante.

«Es lo que nos apasiona», podríamos decirle. Y seguir mirando hacia otro lado cuando no nos gusten las noticias. Según Arcadi Oliveres, 100.000 personas mueren al día a causa de la pobreza. La cifra se nos va de las manos, pero si la comparamos con los muertos de la segunda guerra mundial -10.000 diarios- cobra una magnitud diferente. Podríamos defendernos, en nuestra ignorancia, y responder que casi todas esas personas mueren lejos. Podríamos olvidar las cifras y los engaños. Incluso podríamos dejarnos mecer por las cortinas de humo que nos lanzan y ofuscados recogemos.

Otro dato más cercano: el pasado 2012, mientras los asalariados chillaban, han perdido en el Estado español 25.842 millones de euros. Los grandes empre- sarios, callando, han ganado 12.000. De ahí el título. Es necesario que la gente canalice debidamente su frustración. No podemos conformarnos con un éxito deportivo sino luchar por el nuestro propio, y por el de las generaciones futuras. No podemos demorarlo más: debemos liberarnos, olvidar el bienestar presente restante, y conseguirlo.

Alexis Tsipras asegura que la crisis española es calcada a la griega. Allí se inventó la democracia y, quizás, 25 siglos después de aquello consigan reinventarla. La crisis de legitimidad del sistema actual está fuera de toda duda: «No nos representan». Tsipras ha hablado muchas veces en la plaza Eleutherias, en el centro de Atenas, debajo de una foto del Che Guevara envuelto en una nube de humo. Va pulcramente afeitado y luce una camiseta de imitación Ralph Lauren: parece todo menos un revolucionario radical. Pero a sus 38 años lidera la coalición Syriza, el ejemplo que ha animado a todas las izquierdas europeas. Desde hace tres años se han opuesto firmemente a todas las medidas de austeridad adoptadas en Grecia y, por fin, se han atrevido a tocar el pilar fundamental sobre el que se asienta la crisis actual: la deuda. La amenaza de realizar una moratoria sobre los 350.000 millones de euros que adeuda Grecia es como lanzar una bomba nuclear sobre todo el sistema.

El objetivo de la doctrina del shock que explicó tan didácticamente Naomí Klein, y que experimentalmente se ha aplicado sobre Grecia, se está imitando en otros países como Italia o España, e incluso salpica ya al corazón de Europa. Las tres calificadoras de riesgo, oráculos del verdadero gobierno mundial, han devaluado la nota de Francia desde el sobresaliente hasta el muy deficiente en pocos meses. ¿Podemos aceptar este tribunal tan antidemocrático? De momento, la experiencia griega nos ha traído a Syriza, un ejemplo de lo que se puede conseguir en tan sólo tres años, con un enfoque correcto y adaptado a la realidad de un país. Primero, quitarnos el flotador de plomo; luego, aprender a nadar. El pasado 14-N trajo tres lecciones básicas: que la huelga no puede ser el único ni principal sistema de lucha ciudadana, que es necesario actuar y, sobre todo, que sin unidad no hay salida. ¿Es posible una Syriza en el Estado español?

Alter Summit cree que sí, que se pueden integrar los movimientos sociales y ciudadanos de protesta, las redes sociales, junto con el capital propio de partidos y sindicatos de izquierda, hasta confluir en un programa de mínimos que sirva tanto para la lucha en la calle como para la contienda electoral. Debemos construir algo distinto.

Según un viejo proverbio palestino, las mejores salidas están en los callejones sin salida. Hay un calendario para converger en Túnez 2013 mediante el Foro Social Mundial. Con el mismo propósito llegaron a Madrid el 24.11.12 Olivier Besançenot, dirigente del Nuevo Partido Anticapitalista de Francia; Maria Bolari, diputada griega de Syriza; Bruno Maia, del Bloco de Esquerda portugués, y Andrés Bódalo, del SAT. Todos los caminos suman.

Mientras tanto, debemos mantener una movilización unitaria, creciente y permanente. Recurramos a la desobediencia civil, al boicot a ciertos productos comerciales, a la banca clásica. Recuperemos y actualicemos el 15-M. Hagamos una segunda transición, una tercera y las que hagan falta para cambiar una Constitución ya caduca y que era sagrada hasta que Berlín llamó a Moncloa. La Constitución dice que ahora somos fundamentalmente deudores, ¡cambiémoslo! Y también ese dúo UE-euro que no nos permite salir de esta situación por los cauces constitucionales o democráticos actuales. Pero no tardemos en reaccionar, pues cada día nos hacen más pobres y tendremos que saltar desde más abajo. Recuperemos el nexo con el pasado que la guerra civil quebró. Urge el esfuerzo y la mentalización de todos y todas, urge rescatar las otras camisas rojas, las que descansan en el fondo del armario, y juntarnos, también con los descamisados. Ya no es una cuestión deportiva: podemos y debemos ganar otro campeonato.

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